Novio Obsesivo y Agresivo (Raura) |ADAPTACIÓN|

Capitulo XLIII

- Todos nos dimos cuenta, menos tú - dijo Raini, entrando a clase de literatura.

-¿Porqué no me lo dijiste? Tú lo sabías - reclamó Laura.

- Eso no me corresponde a mi, sino a él.

- Pero él ni siquiera me responde las llamadas - dijo Laura sentándose en su pupitre.

Suspiró pesadamente.

- Hey tranquila - dijo Raini, dándole una palmadita en la espalda - Tendrán que hablar tarde o temprano.

- Si - dijo Laura - Eso creo

- Cambiando de tema...¿Tu madre ya lo sabe? - dijo susurrando, Laura negó con la cabeza. - ¡Porque!

- Porque Ross dijo que es muy pronto.

- Por dios Laura, llevas 2 semanas de embarazo.

- Shhh - dijo callándola - Estamos en la escuela, las paredes escuchan..

- Pero debes decirle - dijo susurrando.

- Lo haré

-¿Cuándo?

- Pronto

///

La campana de salida tocó, todos los alumnos salieron de sus clases.

Laura se encontraba sentada en la tribuna del campo de fútbol viendo la práctica de porristas, como las chicas corrían y bailaban dando vueltas por los aires. Suspiró resignada, eso te pasa por **** Laura - pensó.

Ahora Bella era la nueva capitana, ya que Raini se rehusó a tomar el puesto de su mejor amiga, igual Camille, Emily, Michelle, y las demás.

Como le hubiese encantado estar en el lugar de ellas, animar era lo que más le gustaba hacer.

-¿Porqué tan solita?- preguntó Ross sentándose junto a ella.

- Solo las veo practicar

- Ohh - dijo viendo a las chicas - ¿Quieres ir por un helado?

- No - dijo seca

- Desde ayer estas muy rara, ¿Qué pasa, cielo?

- No, Ross, no me pasa nada.. Quiero ir a casa, no me siento bien..

-¿Qué tienes?- dijo preocupado - ¿Qué te duele? ¿Qué te pasa?

- Ross sólo es dolor de cabeza- aclaró - ¿Qué tienes? Estás muy paranoico últimamente.

- Tengo que decirte algo... Y no sé como lo tomarás - dijo nervioso

- Me lo dices en el camino, quiero ir a casa.. ¿Me llevas?

El asintió y ambos salieron caminando hacia el auto de Ross

Todo el camino ella pasó tranquila, no hablaba mucho, él trataba de hacerla sonreír, pero era muy difícil, algo definitivamente le había sucedido.

Cuando llegaron, él se estacionó frente a su puerta y ambos bajaron.

- Gracias por traerme, adiós

- ¡Laura, espera! - la detuvo - Tengo que decirte algo.

- Si, dime - dijo mirándolo a los ojos.

La voz le tembló, tragó saliva, sus manos comenzaron a sudarle.

- Mi amor... lo que sucede.. es.. es que..

- ¡Laura, es hora de cenar! ¡Adentro!- gritó Ellen abriendo la puerta.

- Ya - dijo Laura- Me lo dices mañana en la escuela si.

- Pero es importante...

- ¿Podría esperar un día más?- preguntó la castaña.

Ross suspiró resignado y nervioso.

- Si

- Okay - dijo Laura - Adiós.

///

Laura y su madre se encontraban cenando en la mesa, todo estaba en silencio.

Lo único que se oía era los cubiertos sobre sus alimentos, se miraban una a la otra como queriendo descifrarse, el silencio comenzó a ser incómodo después de unos minutos.

- ¿Cómo te fue en la escuela?- preguntó su madre cuidando de no hacer el más mínimo ruido.

- Bien – dijo Laura seria mientras masticaba lentamente.

-¿Y cómo te trata Ross?

- Bien - volvió a decir, porque probablemente sabia que ocultaba un gran secreto.

- De acuerdo - dijo su madre.

Y ahora otra vez, ese silencio incómodo invadió el comedor, calladas, sin decir nada, apenas observándose con miedo y nerviosismo.

Hasta que el estómago de Laura se revolvió, lo vio venir, sintió como un ácido fuerte subía por su garganta, quemando sus paredes estomacales, no pudo controlarlo, cubrió su boca y salio corriendo al baño.

- ¡Laura! - gritó su madre.

Ella se arrodilló frente al retrete y empezó a vomitar todo.

- ¡Dios mío!- dijo su madre al ver que lo que vomitaba su hija no era comida, sino sangre.

Cogió su cabello para que no se manchase, Laura terminó de arrojar lo que podía, entonces miró a su madre nerviosa.

-¿Qué tienes?- dijo su madre - Esto no es normal - dijo preocupada

- No mamá..

- ¡Quiero saber que te pasa y quiero saberlo ahora!

Laura calló, porque comenzó a llorar, llegó el momento de ser sincera.

Levantó la cabeza como pudo, tenía mucha vergüenza, y al fin confesó, mirando los intensos ojos de su madre.

- E-estoy... embarazada. - dijo sollozando

- ¡Qué!- gritó Ellen sin poderlo creer - ¡Qué dijiste!

- Perdóname mamá - dijo llorando

- ¡Laura acabas de escupir sangre!...

- Lo lamento

- ¡Dios mío, no puede ser!-dijo Ellen al borde de las lágrimas -¿Porqué? ¿Cuándo paso esto?

- Hace 2 semanas...

- Porque hija.. ¿Tienes idea de lo que estas diciendo?

- Lo sé mama, perdóname, he sido muy ****...

- ¿Quién es el padre? - dijo sollozando junto a Laura.

- Ross - dijo en un hilo de voz

- ¡Cuándo ibas a decírmelo!

- Te lo iba a decir...

-¿Y como lo sabes?

- Por los síntomas, y porque Ross y yo vimos a un médico.

-¿Qué médico?

- Un doctor conocido de Ross

- No confío en Ross

- Mamá ...

- Vamos – dijo Ellen cogiendo su bolso.

- ¿A dónde?- dijo Laura secando sus lágrimas

- A mi ginecólogo

- Pero ya he ido - dijo Laura

- Y yo te he dicho que no confío en Ross, y quiero una segunda opinión.

Ambas salieron de la casa rumbo al ginecólogo de Ellen.

Esta vez Ross, es tu fin.