Capitulo 6

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-Baja, te están esperando

Asenti, no quería discutir, verdaderamente me sentía un tanto mal.

Suaves pecas adornaban el rostro de la mujer, su cabello eran lindos rizos de color chocolate y tenia ojos en un tono miel. Sonreí, esperaba que esta vez todo fuera diferente.

-¿Señorita Smith?

-Sí, soy yo.

-Por aquí, la estábamos esperando.

Di una ultima mirada al auto que desapareció en la carretera minutos después.

-Es bueno tenerla por aquí. ¿Podrías poner tu mano aquí? Solo serán unos segundos.

Cerca de la puerta había un escáner o eso parecía. Sentí un pequeño pinchazo en la palma, al instante un mareo me invadió por completo, todo comenzó a ponerse borroso.

-Llevensela.

Un hombre robusto, que no había visto, me cargo antes de que cayera al suelo, mis ojos comenzaban a sentirse pesados, y eso es lo ultimo que recuerdo de aquel nefasto día.

Desperté en un habitación un tanto oscura, escuchaba leves susurros a mi al rededor, con forme mi vista de fue aclarando puede ver a algunos otros chicos.

-Cometiste un gran error al venir aquí.

El primero en hablar fue una chica rubia y ojos cafés.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

Fue mi respuesta inmediata. Una leve sonrisa burlona se formo en los labios de ella, para que segundos después comenzará soltara una sonora carcajada.

-¿La escuchaste Matt? ¿No sabe que hace aquí?

Seguía riendo mientras hablaba, parecía estar realmente loca.

-No le hagas caso, a veces tiene alucinaciones. Un gusto, soy Matt.

Él tenia un lindo cabello pelirrojo, sus ojos eran de color miel.

-Natalie.

Estreche la mano que me extendía en forma de saludo.

-¿A que se refiere?

Pregunte mirándola a ella, era curioso como sus ojos cambian de color cuando reía.

-Oh, ella habla sobre que es imposible salir de aquí, ha estado encerrada aquí casi toda su vida.

-¿En dónde estamos?

-¿Eres diferente, cierto? ¿Quién te trajo aquí? ¿De dónde vienes?

Sus preguntas me aturdían, comenzaba a creer que ambos estaban locos.

-Yo... se supone que debo estar en un internado, no encerrada aquí.

-Estas en un internado. Te contaré, pero no debes decírselo a nadie.

La manera en que lo decía provocaba que me sintiera aun más ansiosa por saber.

-No la haré, no diré nada.

-¿Lo prometes? ¿Por rey Haras?

¿Haras? ¿Quién era ese tipo?

-¿Quién es...

-¡Prometelo!

Matt había comenzado a temblar, su voz era más gruesa.

-Esta bien, esta bien, lo prometo.

-Escucha bien, niña. Hace mucho mucho tiempo, hubo una guerra entre el cielo y el subsuelo, todo era caos, era imposible tener una vida en paz en cualquiera de esos lados. Los HÍBRIDOS, comenzaron a habitar su punto intermedio, la Tierra, ellos se enamoraban de mortales y tenían aventuras con ellos, ¡estaba prohibido! Cuando acabo la guerra, castigaron a todos los que tenían una relación con los mortales, eran mandados al inframundo. El primer rey Haras, tenia dos hijos, Ciro y Conerlius. Ciro era el hijo mayor, la mano derecha del rey, pero cometió un terrible error, se enamoro de una mortal, su padre lo desterró enviándolo al infierno, tiempo después Haras murió, dejando a Cornelius como nuevo rey, aunque en realidad debe de ser Ciro. Por eso es que nos buscan, nos atrapan para que los mortales vivan en paz, creen que somos una amenaza.

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