No hay tiempo II: Esperaré... Hasta que me perdones

La boda

PRIMERO QUE TODO, LES PIDO MIL DISCULPAS POR ESTAR TANTO SIEMPO SIN SUBIR NINGÚN CAPÍTULO PERO ENTRE ESTAR ESTUDIANDO Y HACIENDO LA TÉSIS SE ME HA IDO EL TIEMPO VOLANDO PERO PROMETO VOLVER A ESCRIBIR, ADEMÁS VIVO EN DOS LUGARES AL MISMO TIEMPO LO QUE ME COMPLICA UN POCO PERO YA LES DEJO ESTO CON UN FINAL QUE MUCHOS ESTABA DESEANDO Y BUENO...CADA VEZ QUEDA MENOS PARA EL FINAL DE LA HISTORIA...

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-Estás emocionada –Preguntaba Evan a su amuga mientras la tomaba del brazo para dirigirla hacia el altar

-Más que eso… Estoy feliz –Respondió ella mirándole a través del fino velo que cubría sus ojos

Todo estaba dispuesto de manera perfecta, el altar estaba al final del patio, hecho de rosas de distintos colores y algunas ramas de color verde para darle soporte y forma, las sillas dispuestas en filas cubiertas por una tela de color celeste  con un lazo azul para complementarlas, el altar tenía una pequeña escalera de color también celeste que a medida que subía los 3 escalones iba cambiando a un tono más oscuro para terminar con un azul del mismo color que el lazo en la tarima donde Ross esperaba impaciente a su futura esposa.

Ross estaba con un traje de pingüino y un chaleco de color negro, su camisa era celeste con una corbata roja que le combinaba a la perfección con el rojo de sus labios tan espesos como los de su hermana, Criss estaba a su costado sosteniendo los anillos y Violeta en frente esperando a que llegase la novia que caminaba a paso ligero como si de un ángel se tratara, el vestido que Jenna le había escogido era perfecto, todo en tonos azules con un cinturón rojo en el centro que le hacía resaltar su curvilínea cintura, Jenna había hecho del color azul su color favorito después de enterarse que era el predilecto de Ross y era un detalle que había querido incluir para la boda, quería que fuera perfecta, tanto para ella como para su amado casi esposo.

Evan tomó la mano de su amiga y la ayudó a subir por las escalinatas, estaba un poco nerviosa pero más que nada eran ansias de felicidad, sabía que no tendrían una familia, pero le bastaba con formar una familia con el hombre que ama y a su mismo modo tenerla aunque fuese sin sus propios hijos como lo había imaginado desde pequeña… Terminó de subir las escalinatas y se paró en frente de Ross, se veía guapísimo y lo único que quería era estrecharse en sus brazos y besarlo como si no existiera un mañana, pero primero había que hacer otras cosas, sintió como la mano de Evan le tocaba la espalda y la dirigía hacia el sacerdote que le estaba hablando pero ella no se había percatado.

-Desea la novia intercambiar votos con su futuro esposo

-Si –Dijo ella tomando aliento para sí misma-.

-Tú puedes –Escucho en un susurro la voz de Evan

-Desde que te conocí giraste mi mundo por completo, pensé que no necesitaba a nadie, que con haber encontrado a mis amigos bastaba para ser feliz, pero  al verte me di cuenta que esos sueños que tenía de pequeña seguían vigentes aun después de decenas de años y que lo que mi corazón realmente quería era formar esa familia, tener ese hombre especial a mi lado que resultaste ser tu… el hermano de la linda humana de la que mi mejor amigo está enamorado… pero cómo no amarlos si son perfectos en todo su esplendor, es por ello que quiero pasar mi vida contigo, porque con tu luz llenas cada rincón de oscuridad que tenía esta pequeña niña olvidada en mi interior y la hiciste llegar a ser esa mujer que siempre quiso.