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Harry se sentó en la mesa larga, inclinándose atrás en una de las muchas sillas de oficina, con sus pies apoyados en la mesa de reunión larga y girando sus pulgares cuando esperaba a Simon para entrar

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Harry se sentó en la mesa larga, inclinándose atrás en una de las muchas sillas de oficina, con sus pies apoyados en la mesa de reunión larga y girando sus pulgares cuando esperaba a Simon para entrar. Nunca fue un buen signo cuando el hombre llamaba a cualquiera de ellos para una reunión, sobre todo cuando lo avisaba a él. La memoria de su última reunión privada vaciló en su mente cuando se sentó allí, contando los azulejos del techo. Simon le había implorado para que cesara su comunicación con Louis, que había causa la lucha más grande. Harry no se disgustó con el hombre o algo, entendía que todo lo hacía para ayudar y por protección, pero se condenaría si controlaran de quién era amigo. La charla había terminado cuando Harry salió del cuarto, cerrando de golpe la puerta tras él y yéndose detrás, también con un Simon no tan divertido. Desde entonces había rechazado hablar con él, optaba por lo mensaje, pero ahora que estaba solo en ese cuarto otra vez, no tenía otra opción, sólo estar frente de él.

Realmente, lo debería haber visto venir. No era como si él no supiese que invitando a Louis al concierto sin decírselo a nadie de antemano causaría problemas. Una gran cantidad de problemas en realidad. Él nunca había peleado con Paul hasta que le había dicho que no podía ver al chico mayor hasta después del show, porque no estaba autorizado a estar ahí y que era por "razones de seguridad". Sin embargo, cuando Harry iba a mandarlo a la mierda, él le había recordado que tuvo suerte que dejaron al muchacho misterioso y a su amigo alojarse, así que consiguió que Harry se callara, pero seguro como el infierno no fingió que eso estaba bien con él. Y no lo hizo. El resto de la tarde había pasado dando a todos los del equipo de gestión su mejor mirada, resumiendo y recortando frases. Mirando hacia atrás, podría admitir que estaba siendo infantil, pero él tenía ganas de conocer al chico de Internet, que estaba tan cerca y tan lejos. Nunca había estado tan agitado cuando estaba frente a la multitud en un concierto, pero siempre hay una primera vez para todo, ¿verdad? Entonces, había visto que Louis realmente estaba de pie en un lado del escenario, tal y cómo había prometido que iba a ser. Una pequeña sonrisa tiró de la comisura de sus labios mientras mentalmente imaginó al chico de pie, allí, con una sonrisa tonta grabada en su rostro y una camisa apretada a rayas. Y ni siquiera había empezado con aquellos pantalones...

La puerta de la sala de reuniones se abrió de repente, golpeando contra la pared y causando que él se parara para brincar de su asiento. Sus amplios ojos verdes vieron a Simon, que estaba de pie en la entrada con una mirada suavemente desaprobadora ya que había conseguido ver a Harry con los pies en la mesa. Corrió rápidamente para conseguir alejarlos antes de recordar que todavía era el loco Simon y que por lo tanto debería actuar como cuando tenía 18 años. 

Caray, pensó cuando vio la pequeña cabezada de aprobación del hombre, que cerró suavemente la puerta tras él.

"Harry, tenemos que hablar." Dijo seriamente mientras entraba en la habitación y se sentaba en un asiento frente a él.

"Sin animo de ofender, pero ya me lo imaginé cuando leí el mensaje diciéndome que viniera." Dijo Harry, en modo provocativo. Simon le lanzó una mirada de advertencia, a la que restó importancia. No quería oír lo que la gestión tenía reservado para él ahora y realmente no quería desperdiciar su tiempo diciéndole cosas que ya conocía.

Tweethearts - Larry Stylinson |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora