Izuku Midoriya, un omega híbrido de vaca se fuga del campo en el que era sobre explotado con su amiga Helena por una vida mejor en la ciudad moderna.
Bakugou Katsuki un alfa empresario quien tiene un vacío en su vida monótona deseando un omega que l...
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No podía moverme, estaba paralizado del miedo. No era la misma sensación ver los ojos rubíes de Tomura que ver los de Kacchan, aquellos ojos carmines solo transmitían peligro y sed de sangre. Un nudo en mi garganta no me permitía pedir ayuda y apenas vi a Helena sabía que estábamos en peligro.
—Tomura — murmuró Helena asustada apunto de caer al suelo por el temblor de sus piernas.
—Justo a tiempo querida, vendrás conmigo junto con Izuku — dijo arrastrándome del brazo.
—¡Huye! — Exclamé con voz quebrada.
Helena no podía hablar estaba en un estado de shock, solo podía llorar. La gente se encontraba en la fiesta y debido a la música y el bullicio era casi imposible que alguien nos escuche.
—¡Ayudaa! — supliqué pero en su lugar quedé mudo al recibir una bofetada.
—¡Cállate maldita sea solo eso sabes hacer!— exigió agarrando a Helena del brazo.
Comenzaba a entrar en crisis cuando un olor familiar se cruzó, junto a las feromnas fuertes que se esparcieron en el aire.
Canela y miel
Todo pasó en cámara lenta, cuando Tomura fue derribado contra la pared, Helena y yo nos refugiamos en Taishiro, y mi alfa golpeándolo sin piedad a Tomura. Todo el pasillo inundado de feromonas de ira.
—Dame una razón para no matarte en este momento por tocar a mi omega — sus dientes crecían siendo mas peligrosos, sus ojos tenían un intenso color sangre.
—Ellos son míos, escaparon del granero ahora que paguen las consecuencias sonrió con arrogancia.
Grave error al recibir un golpe casi rompiendo su quijada escupiendo sangre con el cenizo agarrando su cuello con fuerza.
—Vuelves a tocarles un pelo encima y te juro que vas a conocerme bastardo — gruño en respuesta cruzando miradas borgoñas asesinas.
—Por ley ellos me pertenecen son solo putas, ni siquiera son del nivel de ciudad — denigró volteando a vernos con sarna
—No creo que sigas alardeando cuando recibas una demanda por explotación de híbridos de vacas — amenazó afirmando su agarre.
—Jajajaja ¿Es enserio? desde hace años nadie ha hecho nada contra la explotación de híbridos de vaca y no cambiará eso ahora — se reía de la sola idea de defender a los nuestros.
—Ya lo veremos, vete antes de que te saque a patadas de aquí — dijo a punto de lanzarse a golpearlo de nuevo si no fuera por Kirishima.
