Fragmentos del alma

Carta a mi mismo...

No sé cómo empezar, hace tanto que no hablo contigo, quiero decirte que estoy aquí, contigo. Sin importar lo que haya pasado estoy aquí no iré a ninguna parte, si quieres hablar no dudes en escribirme, saca todo lo que llevas dentro no te guardes nada, déjame abrazarte, te quiero.

Te has convertido en alguien más callado, duro, innato, nada te ha frenado antes, ¿por qué dejarías que un tropiezo te frenara ahora?, esas cosas pasan, no son errores, son lecciones, aprende de ellas.

No es tu culpa, a veces nos encontramos con ese tipo de gente en nuestro camino, pero no son más que pruebas, no dejes que alguien así te afecte, ¿te has rendido antes?, no.

Quiero preguntarte, ¿crees que esa persona valga tanto?, tal vez para ti sí y mucho, pero tú también vales, tú vales cien y mil veces más, no quiero que permitas que nadie te menosprecie, que te hagan sentir menos, eres especial.

Le permitiste a tu corazón abrirse, pero se lo abriste a la persona incorrecta, a la persona equivocada, pero ya vendrá alguien, alguien que te merezca, que aprecie ese corazón de oro, que no dude en decirte cuanto le llenas, cuanto te ama, alguien que desee despertarte cada mañana con besos tiernos en los ojos, cuando llegue a ti, vuelve a escribirme, no dudes en hacerlo, estaré aquí y me alegraré por ti.

Algo más, quiero que mires a tu alrededor, ¿qué ves?, sí, eres privilegiado, estás rodeado de gente que te ama, aunque algunas personas no acepten realmente lo que eres y se excusan en ideas erróneas para esconder el verdadero ser que está en ellos, y sí, mantén la esperanza de que esas personas algún día van a cambiar sus ideas, cambiarán sus estereotipos por amor, comprensión y cariño, y mientras algunos sufren por no poder llevar una vida a un ritmo más lento, tú puedes darte el privilegio de vivir la vida a tu ritmo, deja que la vida se adapte a ti, fluyes como agua.

Piensa en todas las cosas buenas que has tenido oportunidad de experimentar, piensa en los viajes, en las reuniones en familia, en aquellos momentos de risas entre amigos, recuerda todo lo positivo que te rodea, en las metas que aún tienes que cumplir, en los sueños por realizar, es más, recuérdale, eso siempre te hace sonreír, porque le amas y te hace sentir bien a pesar de todo lo que haga contigo, de cómo se porté, pero recuérdale, eso, eso es lo importante, que tú sonrías y seas feliz.

Piensa en todo esto cuando sientas que ya no puedes dar otro paso más, recuerda que nadie tiene derecho a hacerte sufrir, nadie, ni siquiera tú.

Recuerda que te quiero, que estaré aquí siempre que quieras hablar...