La llave del paraíso y del infierno la hallé en su boca.
Grandes y carnosos, el toque perfecto para resaltar su rostro pícaro, deseoso y malicioso. Así eran sus labios, labios que sellaron mi destino y que a la par dictaron mi sentencia.
Entre la maravilla que era el "te amo" fugitivo y espontaneo y la orgásmica sensación de sus besos.
Experiencia religiosa.
Sólo así podría yo describir la primera vez que nuestras bocas se encontraron.
Una noche, aparentemente casualidad, concretamente nuestra química.
La primera vez que lo vi, la primera vez que durmió a mi lado, la primera vez que me enamoré de alguien.
Supongo las primeras veces nunca se olvidan. ¿Cómo olvidar aquella sensación de felicidad y protección? Sus brazos envolviéndome como araña a su pequeña presa, sus ojos más brillantes que la luz de un faro y sus labios danzando con los míos.
Eso, era felicidad, felicidad pura y tangible. Ese fue mi primer contacto con un episodio que podríamos nombrar "eterno por segundos." Estoy completamente seguro de que saben de qué hablo.
Aún puedo sentir la lluvia torrencial empapando mi cabeza, sus ojos mirándome fijamente, como nadie más lo había hecho jamás, con tanta nobleza y sensatez.
Beso tras beso, todo un espectáculo para nuestros sentidos. Como únicos testigos; las frías gotas escurriendo de nuestros rostros, la oscuridad de la noche y aquel rincón entre la malla metálica y una caceta de vigilancia abandonada.
Aquel fue mi segundo momento "eterno por segundos" ocasionado por sus besos. Hasta el día de hoy, llevo tatuado en la piel y en mi mente esa noche.
Sus labios fueron trotamundos, por el atlas de mi cuerpo.
No quedó fracción en mi ser que no fuera visitada por su boca y donde no clavara su bandera, como conquistador, el conquistador fuerte y brutal que es él.
Reclamó cada parte de mí en la intimidad. En la intimidad que construimos con caricias y ósculos que coronaban la cúspide de nuestro erotismo y romance clandestino.
Todo esto son memorias de glorias pasadas.
No puedo recordar cuando fue la última vez que me besó, o en la que me miró con deseo.
Aunque prefiero permanecer en la ignorancia respecto a eso. Ahora sólo puedo portar dichos recuerdos como emblema de mi felicidad anterior, remembrar la pasión de sus labios acariciando los míos y vivir de las partículas restantes de los momentos eternos que duraron segundos para él, y los segundos que duraron momentos eternos para mí.
La llave del paraíso y del infierno la hallé en su boca.
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Fragmentos del alma
Poetry"De los sentimientos se escribe." Abriendo las puertas a un mundo de pensamientos. Con el tiempo te vuelves capaz de expresar en fragmentos los sentimientos que florecen en un momento pero que te persiguen por la eternidad. *PAUSADA TEMPORALMENTE* ...