Te contaré una historia, dijo mamá. Una que ocurrió hace mucho, mucho tiempo.
Vivió una vez, en la isla Lilliot una niña, de unos 13 años llamada Lucy. Era hermosa. Tenia el pelo rubio paja y ojos azules claros y profundos como el cielo. Su tez, blanquecina, parecia ser de cerámica, y se complementaba con su bello y bello rostro. Era bien proporcionada y era dulce y cariñosa. No hacia daño ni a una mosca y cuidaba de todos con los que se relacionaba.
Aunque pareciera perfecta y mimada, no tenía padres, pues no sabía quien fue su padre y su madre murió poco despues del parto. Toda la aldea se comprometió a ayudarla y los habitantes se convirtieron por lo tanto en su familia.
Era de esperar qu todos los chicos de su aldea se derritieran por ella. Lo cierto era que lucy no amaba a nadie y nunca había sentido lo que es el amor verdadero.Las niñas de su edad empezaron a sentirse celosas de ella y la insultaban a sus espaldas. A una chica llamada Andrea se le ocurrió una idea: le harían el vacío. Las demás admitieron que la idea era buena y empezaron a llevarla a cabo.