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Lloraba. No era un simple llanto como cuando te raspas la rodilla, este era como si el mundo se me fuera a acabar, y no ayudaba para nada el viento tan frío que podía llegar a sentir, Solo aumentaba el vacío que sentía acerca de mis padres.

Oficialmente ya no tenía a nadie más que a esa persona, que era la única que podía entenderme en estos momentos.

Ahora me encontraba buscándolo a él, al único que me comprendía, me escuchaba y lloraba conmigo.

Solo quería estar con alguien que me consolara, él era el único que me podía quitar ese vacío que sentía, podía hacerme olvidar todo, imaginándome que solo los dos estábamos ahí y todo la gente sobraba.

No sabía cual era su habitación tampoco podía tocar la puerta así que decidí buscar su ventana.

Limpié las lagrimas que yacían en mis húmedas mejillas, necesitaría un balde por el momento. Busqué la ventana para encontrarlo, solo había ido una vez a la casa de Step, era pequeña, pero acogedora eso de cierta manera me hacía sentir mejor. Localicé una ventana en el primer piso, era una habitación sencilla, solo había una cama y un mueble, en la cama se hallaba Step durmiendo. Abrí la ventana y lo observé detalladamente. Se veía relajado y eso tal vez me daba algo de envidia porque mi vida ahora era un revoltijo, pero saber que él estaba feliz hacía que mi día valga la pena. No saben cuan sola me podía llegar a sentir, pero tenerlo a mi lado hacía que me sienta completa.

Me encantaba como se encontraba su cabello, sus labios, todo de él era perfectamente imperfecto. Decidí dejarlo tranquilo y me aparté sigilosamente de la ventana, pero mi camisa se atoró con algo haciendo que me tropecé, solté un pequeño grito.

-Quién anda ahí?-susurró.

Esa voz, yo conocía cada tono de aquella melodiosa voz.

No respondí y me oculté. Entonces sentí como alguien me tomó del hombro.

-¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa.

-Ahora estoy en casa-respondí.

Él me tomó en sus brazos desnudos, esos abrazos que te remueven la cabeza y olvidas todo. Step podía descifrar como me sentía. Solté unas lágrimas no podía soportar esta presión en el pecho, él tomó mi rostro en ambas manos, comenzó a limpiar cada gota que caía de mis ojos.

-Pequeña, no llores. Yo estoy para ti-Susurró Step.

-Siempre?-pregunté en un sollozo.

-Hasta el final.

Step besó mi frente y eso bastó más que mil palabras. Hizo que olvide todo, él era el único que podía hacerlo, me hacía sentir como si estuviera en las nubes.

-¿Quieres algo de tomar? te traeré un vaso de agua-ofreció Step.

-Agua? A mi trae algo más fuerte, como una botella de alcohol, quiero olvidarme todo por lo que estoy pasando.

-Iré por agua-ignoró lo que dije.

-Pero yo no quiero eso-reproché.

-No estas en condiciones para beber.

-No te estoy preguntado.

-¿Acaso no son suficiente mis besos y abrazos?-preguntó mientras besaba la punta de mi nariz.

-Eso lo es todo para mi, pero ahora deseo algo mas fuerte-sabía que él quería simplemente escuchar eso.

-No iré por una botella, iré por dos-propuso sonriendo.

Más allá de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora