Mikan (2)

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Estoy hablando por whatsapp con Ana. Me ha preguntado si Shiro se ha explicado ya. Le digo que no pienso ponerselo fácil, ha pasado demasiado tiempo como para ganarse ese derecho. De pronto los dedos de Shiro aparecen sobre mi móvil. Apenas puedo levantar la mirada cuando sus labios toman contacto con los mios.

Me quedo de piedra. ¿Me está besando? Noto como mi enfado empieza a diluirse entre la dulzura de su beso. Una parte de mi grita que me ponga en guardia, que no le deje conseguir las cosas fácilmente, que le sacuda de nuevo,...

Pero mis músculos no me obedecen. He cerrado los ojos ya que otra parte de mi parece ansiar este contacto. Mi corazón late a mil por hora. Algo dentro de mi estalla y recorre mi cuerpo mientras pasan los segundos. Ojalá dure una eternidad...

Noto que se separa de mi e interrumpe el beso. Abro lentamente los ojos y veo que está mirando hacia otro lado, completamente colorado. Debe estar nerviosisimo y muy avergonzado, pues se está tapando los ojos con el flequillo. Ese gesto tan típicamente suyo me hace reir por lo bajo. No recordaba lo mono que es cuando se pone vergonzoso.

Creo que tengo una sonrisa tonta puesta. Aunque la sorpresa sigue marcada en mi rostro. Mi mano derecha se alza inconscientemente para tocarme los labios. Donde hace escasos segundos los de él hacian contacto.

-Bueno...-empieza a decir Shiro-. Creo que esto dice más que miles de explicaciones...

-Shiro...

Suspira profundamente y alza la mirada. Por unos segundos me mira a los ojos antes de volver a ponerse colorado bajar la mirada de nuevo.

-Verás Mikan... -me estremezco al oir el mote cariñoso que me puso. Fue un contra-ataque tras nombrarle Shiro, pero me encanta-. Me marché porque... ¡dios! ¿Por qué es tan difícil decirlo?

-Shiro no hace falta que...

-No... debo decirtelo... Mikan, yo te...

-¡Eh Xabi! -lo interrumpe una voz desde detrás mio-. Por si se te ha olvidado tenemos actuación en media hora y prometiste decirme las canciones para hoy... ¡y aún no las tengo!

-Manuel, ¿no puedes esperar?

-¡Que vengas cojones!

Shiro me mira con tristeza y hace su clasico gesto para pedir disculpas. Niego con la cabeza y le digo:

-Ve.

La verdad es que me siento curiosa. No sabía que Shiro cantara. ¿Cuándo empezó? ¿Lo ha mantenido en secreto desde antes de marcharse o es algo más reciente?

El móvil vibra. Es Ana.

Ana: qué, ya se ha explicado?

Yo: aún no...

Ana: será idiota... lo voy a matar

Yo: Ana...

Yo: me ha besado...

Yo: Shiro me ha besado...

Ana: que ha hecho QUÉEEEEEE?

Yo: y puede que no sea lo único que vea de él hoy. Al parecer canta...

Yo: te mandare video de la actuación

Ana: bueno... Beñat me dijo que Shiro sabía tocar la guitarra y que a veces componía canciones

Ana: pero seguro que es divertido verle cantar cuando es tan tímido e inseguro en público xD

Yo: bueno... eso lo veré en nada...

Alzo la mirada y veo que el bar se va llenando. Sólo han pasado 10 minutos y está a media capacidad. Oigo a unas chicas sentadas cerca mio hablar.

-¿Qué creeis que cantaran hoy?

-No lo se... pero como canten baladas me voy a morir... el chulico vasco es tan mono y guapo...

-¿Creeis que tendrá novia?

-Si no la tiene pienso lanzarme a por él como una loba.

-Yo he oido que ha rechazado ya a varias. Que su corazón ya está ocupado -sonrio para mi al escuchar esto.

-Pues la que esté en él que se aparte. Esta noche me lo llevo al catre.

Al oir esto el resto del grupo empieza a reir. Mi corazón da un vuelco y tengo que contenerme para no soltarle una borderia. Tiene el tipico aspecto de pija zorrón. Vestido corto apretado de color negro, pendientes y collar de plata. Pero lo que me llama la atencion es el tatuaje de su brazo, a la altura del hombro, de la trifuerza del videojuego Zelda con la ocaria debajo.

El local sigue llenandose y la gente charla, bebe y rie. Pasan 45 minutos y el escenario sigue vacio. Nadie se queja asi que debe ser normal o aún no es la hora de la actuación. De pronto las luces del local bajan de intensidad y empieza a sonar un teclado seguido de una guitarra y la bateria. La gente grita, emocionada. Las luces del escenario se encienden y ahi esta, rodeado de una leve capa de humo, Shiro. En sus manos una guitarra negra por la que sus manos vuelan.

Abre la boca y empieza a cantar. Mi corazón se olvida de latir al reconocer la canción...

-En el paseo de los tristes hay un alma que llora en las noches de san Juan.
La Luna insiste en que pena por amor, que es fruto de una maldicion...
La Alhambra recuerda que alli les contemplaba sonreir. Y al alba... se amaban... Granada se ruborizaba al ver su amor...

La gente está emocionada. Yo no puedo evitar cantar tambien entre susurros. Una lagrima cae por mi rostro. En el solo de guitarra Shiro conecta su mirada con la mia y un escalofrio me recorre al ver la pasión que destilan sus ojos.

El chico al que llamó Manuel está guiñando constantemente a su propio grupo de fans. La verdad es que toca genial también. El grupo son cinco en total: el bateria, un chico con el pelo gris-ceniza; el bajista un chico con la cabeza rapada y manos con vendajes de boxeo; el teclista con el pelo dividido entre rojo y verde; Manuel y Shiro.

Shiro es completamente distinto en el escenario a como es fuera de él. Demuestra una seguridad y una firmeza que lo hacen hipnotico. Me doy cuenta que se ha cambiado de ropa. Su camiseta del Capitán America a sido sustituida por una negra de tirantes, sus pantalones cortos por unos vaqueros pirata con cadena y botas de monte como las que llevaba cuando quedabamos con el grupo.

Llesa su corta melena recogida en un copete alto que, junto a su corta barba, le da un aire a samurai. La verdad es que no se parece en nada al chico que conocía. Antes no tenía tan marcados los músculos ni estaba tan...tan...tan bueno...

Acaba la canción y les siguen otras tantas. La gente canta a coro con ellos y yo cada vez estoy más euforica. Creo que me he tomado tres cubatas, invitada por el dueño del bar. Según él sabe perfectamente quien soy para Shiro. La música para y los cinco chicos beben agua y se secan el sudor. Aprobecho y le mando a Ana lo que he podido grabar de la actuación. Son las 12:00 de la noche. El público está entregado y les vitorea. De pronto Shiro coge el micro y, tras buscarme con la mirada, clava sus ojos en mi y sonrie. ¿Qué está tramando?...

Amor en sus dos carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora