Mikan II (2)

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La alarma me despierta, sobresaltándome. Siempre se me olvida quitarla para mis días libres. Aunque eso me ayuda a aprovecharlos lo máximo posible. Me doy una ducha rápida mientras el reproductor se pone en marcha gracias al sistema de autoencendido programable. El primer tema empieza a sonar y me envuelve. Es "A frozen rose" uno de los primeros temas de "Ravens Nightmare " y mi favorito. Es considerado ya un clásico. Cada instrumento suena de forma delicada, tejiendo un ambiente de fantasía que acaba transportándote al norte de Europa. A los fiordos escandinavos. Es el tema de obertura del primer disco y uno de los pocos exclusivamente instrumental. Se pueden apreciar dos guitarras junto con el bajo aunque creo que no hay teclado. No me había fijado nunca pero creo que hay un violín en vez de teclado. Me preparo el desayuno y las canciones se suceden. Apenas empiezo a llevarme el café a la boca, mi teléfono empieza a sonar. Cojo y la voz Chizuru suena por el auricular.

-¡Mai-chan! ¿Estás decente o te he despertado?

-Tranquila Chizuru. Estoy desayunando, ¿no habíamos quedado a la tarde?

-Ábreme que estoy en la puerta. Hay que preparar todo para esta noche.

Voy a la puerta y compruebo si es verdad mirando por la mirilla. Ahí está mi senpai, saludando efusivamente mientras sujeta el móvil con la mano izquierda. Su melena oscura está decorada con fugaces mechones verdes. Lleva ya una camiseta de "Ravens Nightmare", con la silueta de Kentaro rodeada de un aura azul. Por lo demás va bastante normalita, con un pantalón vaquero y unas botas de cuero. Un bolso de cuero marrón con flecos cuelga de su hombro. Le abro la puerta y entra corriendo. Medio boqueando me mira interrogante.

-¿Escuchaste el programa anoche?

-¿Qué programa?

-La radio chica, la radio. ¡Que estuvieron Kentaro y Tōshiro dando una entrevista en exclusiva!

-¡Ah sí! Perdona es que me tiene aturdida que hayas venido.

Entramos en la cocina y el corto silencio se vuelve a interrumpir.

-Kentaro-san fue como me lo imaginaba, tan espontaneo... -suspira-. Si Shou no fuera el amor de mi vida estaría como muchas, intentando saber donde vive -ríe-. Y tú, ¿qué? ¿te imaginabas a Tōshiro así?

-Si te digo la verdad -digo mientras acerco la taza a mis labios-, creo que he escuchado su voz antes. Y no bromees con lo de los discos...

-¿Lo dices en serio?

-No bromearía con algo así.

Me mira incrédula. Empieza a pasear por mi pequeña cocina mientras juguetea con el móvil. Un par de veces se para, me mira, hace un amago de hablar y continua andando. Mientras tanto, yo, termino de desayunar y me cambio de ropa.  Cuando salgo de la habitación vestida con mis pantalones vaqueros, con las rodillas agujereadas, y la camiseta morada sin mangas con un gigantesco cuervo negro que desciende con las garras por delante y las siglas RN en el torso del ave; Chizuru ha aprovechado para comerse un yogur. Echo mano de un pañuelo morado con diseños blancos, el cual empleo como muñequera. Me recojo el pelo en una coleta y me pongo los escasos y diminutos aros que tengo como pendientes. Dos por oreja. De pronto noto como Chizuru me sujeta por el brazo izquierdo y levanta mi coleta.

-¿Y esto? No me había fijado en que llevabas ese tatuaje ahí. Como normalmente te sujetas el pelo en el trabajo con una diadema...

-Me lo hice hace muchísimo tiempo. En la etapa del instituto. Un absurdo reto con un amigo.

-Te queda bien, aunque...

-¿Qué?

-¿Por qué es una pluma negra y un colmillo de diseño tribal entrecruzados?

Amor en sus dos carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora