Capítulo 10: Lynchs por todos lados...

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Narra Irene

La irritante alarma suena de nuevo y me obliga a dejar atrás un concierto emocionantísimo. Quizás nunca vuelva a tener ese sueño épico de nuevo.

Me desplazo de la cama y llego a la ducha a despejarme un poco. Una vez fuera me seco bien y me pongo lo básico. Me dirijo al armario a escoger la ropa.

El armario gris luna lleno de dibujos de brillantes colores y parches. Solía escribir en el armario cuando era pequeña, tengo la letra de mi primera canción escrita en boli en la pared del fondo cubierta con un plástico para evitar que se borre. También está todo repleto de pegatinas, fotos, dibujos, etc...

Abro las puertas y los primeros jeans que veo son los negros de cintura media y ajustados en las piernas. Luego abro el cajón de las camisetas. Cojo la de los Dallas Cowboys y me la pongo. Elijo mis vans nuevas. Cojo una goma del pelo y me hago una coleta alta. Problemas capilares mañaneros resueltos.

Bajo la escalera y digo buenos días mientras cojo mi taza y me echo algo de zumo de naranja. Mis padres responden y hablamos un poco de la mañana. Papá se va temprano. Tiene unos asuntos de los que ocuparse y mi móvil vibra en mi habitación y no tardo en escuchar la música. Subo las escaleras para responder a la llamada.

Bajo de nuevo a la cocina y me despido de mi madre. Había quedado con Liberty ayer para ir al instituto. Me dirijo a nuestro punto de encuentro. Un punto medio entre las dos casas.

Ayer, tras averiguar que su tutor no podía ocuparse de su transporte al instituto decidí ayudarla e ir con ella por la mañana y por la tarde. De paso ella podría integrarse más rápido y aprender un poco donde está todo en esta urbanización enorme.

Al llegar al punto de encuentro Liberty ya estaba ahí. Aprovecho el momento para darle un pequeño susto. Me reía mucho con esta chica asustadiza. Entre bromas llegamos al colegio donde nos dirigimos a nuestras taquillas y escuchamos un revuelo desde la puerta principal. Venía el director con el jefe de estudios corriendo.

Ambas decidimos salir al patio y mis ojos me engañan. Me tienen que estar engañando. El todoterreno de mi padre esta aparcado y veo salir de él a mi padre quién me saluda con la mano. Le devuelvo el saludo. Agarro a Liberty y vuelvo dentro.

—¿Qué te pasa? ¿Qué pasa Irene?— me pregunta preocupada. Trato de tranquilizarme. Es imposible que mi padre lo haya hecho. ¿Verdad? Sería una locura.

Miro por encima del hombro de Liberty y mi peor pesadilla se confirma. Veo que una cabellera rubia me localiza y se dirige hacia mí. Todos le siguen como el capitán que es.

—Hola Irene, ¿me recuerdas?

Liberty cierta la boca y enmudece. Ella está blanca como la pared y es como si reconociera la voz.

—Riker, ¿qué hacéis aquí?– Pregunto rezando por que esa frase no salga de su boca, su preciosa boca. Pero el dios al que rezo me traiciona.

—Ahora estudio aquí.

Perfecto................. Ayuda. Ya tenía bastante problemas cuando era Candy con ellos. Miro detrás de Riker. Cinco cabezas más asoman. Rocky, Rydel, Ell, Ryland y Ross.

—¿No me vasa presentar a tu amiga?

—Oh, emmm...., claro. Liberty, él es Riker. Riker, ella es Liberty.

Sombras de una realidad. Ross Lynch y tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora