Capítulo 4: un largo fin de semana.

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Narra Candy.

Sabía que a mi padre no le iba a gustar nada el modelito pero fue mama quien me lo compró.

Entré de nuevo en casa y fui a buscar a los chicos. Estaban en el salón hablando y cuando entré yo las bocas cayeron de nuevo.

Rydel miró a los chicos uno por uno e iban despertando. Ross era el que parecía menos embobado y Riker el que más.

-Chicos, ¿habéis cenado?-pregunté lo más natural posible dadas las circunstancias.

-No, pero no queremos ser molestia. -respondió Rydel.

-No lo sois. Para nada. - dije sonando dulce. De ahí mi nombre artístico. (Candy= caramelo)

-¿Tu ya has cenado? -me preguntó Rydel.

-Si, pero volveré a cenar con ustedes, no los voy a dejar solos. ¿Que quieren de cenar?-les pregunté.

-A ti- susurró Riker. Actué como si no lo hubiera oído. Joder con la timidez del chico. . .

Los chicos bromeaban con Riker y sus palabras mientras abría la nevera. Busqué detenidamente en la nevera comida para seis.

Encontré algo de carne picada y de me ocurrió una idea. Mi madre me enseñó una receta de hamburguesas caseras.

Empecé a sacar los ingredientes y los chicos se me quedaron mirando.

-Chicos, ¿queréis una hamburguesa?-pregunté.

-Vaya, ¿una chica como tu comiendo hamburguesas?- preguntó Ross con una sonrisa de suficiencia.

-Si, y a menudo además, - dije para borrarle la sonrisa y funcionó. - Chicos coged las maletas y acompañadme. - Dije para acompañarlos a sus habitaciones.

Cada uno cogió su maleta y subí yo primero por las escaleras para guiarlos. Me sentí incomoda subiendo primero cuando tenía a cuatro chicos pegados detrás de mi de mas o menos mi misma edad y yo en ropa interior. Con un camisón súper corto y tacones a la cabeza del grupo escaleras arriba.

Candy debía verse siempre sexy pero esto era cruzar la línea, ir demasiado lejos.

Una vez arriba me giré para observar a un sonriente Riker detrás de mi en cabeza de la fila. Por el color rojizo de sus mejillas y su labio podría poner la mano en el fuego a que había estado observando mi trasero en las escaleras y mordiéndose el labio sin quemarme.

Por detrás venía un divertido Rocky, una Rydel asombrada por la decoración bromeando con Ratliff, y seguidos por un Ross pensativo.

Fui asignando las habitaciones libres a cada uno. Señalé la primera.

-Esta será para ti Riker. - Señalé una que era la mas lejana a la mía. Mas vale prevenir que curar.

Riker cogió su maleta y entró en la habitación.

-Riker en una hora la cena estará lista. - cerré la puerta y seguí por el pasillo.

-Bien, esta y la de enfrente son para Rocky y Ellington. -Dije señalando otras dos.

Rocky y Ellington se fueron al contrario de lo que yo tenia pensado pero estaba bien.

-Bien estas dos habitaciones de aquí son para vosotros chicos. - Dije girándome y afrontando a Ross y Rydel.

-¿Cual es tu cuarto?- Rydel me preguntó.

-Ese de ahí. - Dije señalando mi habitación.

-Entonces yo quiero la que esté mas cerca tuya, estoy cansada de estar siempre con los chicos. - dijo Rydel.

Sombras de una realidad. Ross Lynch y tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora