Llegué a la escuela y caminé hasta que me topé con Michael.
-hola Michael -lo saludé sonriente.
-¿qué quieres? -me preguntó indiferente, yo solo bajé la mirada.
-solo quería saludar
-bien, ya lo hiciste, ya vete, por cierto, te miras horrible hoy, como siempre
-si, yo ya me iba... -mordí mi labio inferior y me di la media vuelta para comenzar a caminar. Siempre mordía mi labio cuando me sentía nervioso o quería llorar.
-Lukey, ¿qué te pasa, pequeño? -Ashton me miró con preocupación.
-no es nada, Ash
-algo le hicieron a mi Lukey y no quiere decir -me abrazó y yo reí ante su comentario y sonreí.
-estoy bien, Ashton
-me dan náuseas-comentó Michael, quien se encontraba detrás de nosotros mirándonos con desaprobación.
-solo quería animarlo -dejó de abrazarme- actúas como si estuvieras celoso -Michael río ante el comentario de Ashton.
-no tendría por qué celarlo, además, ¿quién quiere a Luke? Luke es esa persona que solo te sirve solo cuando tus amigos no están, el plato de segunda mesa, la última opción
Me sentí tan mal con lo que había dicho, que en ese momento miré a Michael con los ojos llorosos, el se dio cuenta de lo que había dicho.
-¿qué mierda acabas de decir? -Ashton le gritó a Michael.
-Luke... No, perdón.. Yo no quise... -negué con la cabeza y camine de prisa hasta el baño, donde estuve alrededor de 15 minutos llorando dentro de un cubículo, lo que me había dicho Michael había dolido, y más porque venia de él.
Salí del baño tapándome un poco la cara y me dirigí a la biblioteca, supongo que ahí nadie me vería llorar. Me senté y tomé un libro, el cual no leía, hasta que sentí a un profesor detrás de mi. Tuve que mirarle la cara y el a mi, por lo que descubrió que había estado llorando, le dije que me sentía mal y no se como fue pero me dejó ir a casa. En cuanto llegué me acosté en la cama y me quedé dormido, por suerte no había nadie en casa.
Desperté, eran la 7 de la tarde y Michael me estaba mirando.. ¿QUÉ? Me sobresalté.
-¿qué haces aquí? -volví a hundir mi cara en la almohada.
-vine a ofrecerte disculpas
-oh...
-¿por qué no me miras? -trató de quitarme la almohada pero yo la aferré a mi cara- te asfixiarás
-soy horrible, no me mires...
-quita eso de tu cara
-no quiero
-oh Lukey... Eres como un pequeño bebé -sentí presión sobre mi cama y después sentí su mano acariciar mi espalda- perdón por decirte que eres horrible, no pienso que seas horrible.... Mírame -siguió acariciando mi espalda, levanté la cara y lo miré, el me sonrió, me atrajo a él y me abrazó- sabes Luke... Te odio
-¿de verdad? -lo miré con preocupación y este río.
-eres tan adorable y luego tienes una carita de bebito -me sonrojé aunque no entendía su bipolar y confuso argumento.
-¿por qué me odias?
-te odio por ser increíblemente hermoso...
