Fui a la tienda de Piercings, bueno, más bien estaba afuera debatiéndome en si hacerlo o no; por una parte quería, pero, ¿qué tal si me dolía?
Lo estuve pensando hasta que recordé lo que Michael me dijo un día mientras le hacía un blowjob: "como me gustaría que tuvieras un piercing en los labios y así poder sentir el metal" Sonreí con maldad, claro que me lo haría, Michael debe de aprender que de hoy en adelante las reglas las pongo yo.
Caería en su propio juego, porque digo, el me enseñó lo que ahora sé, desde sexo hasta sus malos tratos y palabras, quién diría que en un mes cambiaría mucho.Entré a la tienda, un chico de piel blanca, lleno de tatuajes en los brazos, piercing en el labio y nariz, ojos azul y cabello negro oscuro me atendió.
Me mordí el labio disimuladamente al mirarlo, diablos... Debía concentrarme.
Después de hablar con él, supe que se llamaba Andy.
Andy me llevó a un cuarto, el cual llamaba "el cuarto del dolor" las paredes estaban pintadas de negro, con imágenes coloridas de calaveras, llamas y otras cosas pintadas en éstas, había una gran silla alta como se esas que hay en un consultorio de un dentista, pero esta era de piel negra, pude notar que en el respaldo había un estampado de una calavera mordiéndo una rosa roja con espinas, admito que el lugar me había asustado un poco, pero era genial.Me acosté y Andy comenzó a preparar todo, yo lo miraba de reojo, hasta que su mirada se encontró con la mía, sonrió y se acercó a mí, mientras de colocaba guantes en ambas manos.
-no te dolerá mucho, pequeño
Asentí levemente, el me indicó que cerrara los ojos y que pensara en algo que me agradaba, y así fue hasta que sentí un pequeño dolor debajo de mi labio, apreté los ojos y para cuando los abrí, Andy ya había terminado.
-listo, ya quedaste, espero y no te moleste que haya escogido por ti, pero en mi opinión ese arito negro te queda genial -me pasó un pequeño espejo y me miré el labio, con un poco de dolor sonreí-.
-me gusta -el me devolvió la sonrisa.
Me estuvo hablando y explicando sobre los cuidados que debía tener, por suerte no me pidió alguna identificación.
Pagué y salí de la tienda, traté de no pensar en el pequeño dolor que el piercing me producía y me senté cerca de la entrada a esperar a Calum.
Hasta que lo miré pasar, buscándome, me puse de pie y caminé detrás de él.
-¡Calum! -él se giró y me miró sonriendo.
-Lu... ¿Luke? -me miró con los ojos bien abiertos- ¿quién eres y qué hiciste con Luke Hemmings? -reí ante su comentario -.
-eres un bobo
-te miras tan bien que si fuera gay saldría contigo -me sonrojé y bajé la mirada.
-basta
-bueno ya, oye, no te había dicho pero invité a Ashton y a MichaelJoder, y yo que no quería mirar a Michael, por lo menos hoy.
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Yo sé que les dije que ayer iba a subir otro, pero me dormí y después recordé que tenía cosas que hacer, lo siento ):
-Bri<3