Capítulo 33

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Me encontraba con la vista perdida en las gotas de lluvia que azotaban en la ventanilla del auto, Daniels tenia su vista fija en la carretera, el auto se encontraba en un total silencio. Mi estado de animo estaba por los suelos, al fin había llegado el día de su partida, espero que esto dure y que nuestra relación sea fuerte ante la distancia. Tenia unas ganas inmensas de llorar, nunca me han gustado las despedidas y despedirme de Daniels, era como despedirme de mi felicidad, de mi motor. Esa sensación era tan terriblemente desgarradora

-Mi madre te llevara a casa después de que el vuelo salga - dice cortando el silencio que se había creado

-Nunca he hablado con tu madre. Espero caerle bien - me encogo un poco de hombros

-Le he hablado de ti - siento como las lagrimas llenan mis ojos, muerdo mi labio inferior para poder retenerlas. No me gustaba la sensación que tenia, tenia un nudo en la garganta. Daniels detiene el auto, me toma de la barbilla y gira mi rostro, pega sus labios a los míos en un dulce y suave beso

-No te preocupes muñeca, todo estará bien yo volveré te lo prometo

-Espero que esa promesa se cumpla no soportaría perderte, han pasado muchas cosas... - este se remueve en su asiento, el sabia perfectamente a que me refería

-Lo se, y no me arrepiento de nada o ¿tu si?

-Para nada, han sido las mejores noches de mi vida. Te amo

Daniels se queda en silencio, era la primera vez que le decía un te amo, nunca pasaba de un te quiero. Por su expresión creo que le incomodaron  mis palabras tan fuera de lugar en lo que había entre los dos. Pero en realidad yo si sentía un  amor puro y verdadero hacía él, sentía ese sentimiento tan inexplicable y hermoso que es el amor. No podría negarlo, estaba perdidamente enamorada de él.

-Carola yo...

-Shh. No digas nada... - poso mi dedo índice en sus labios para silenciarlos. No quería escuchar su explicación - se lo que sientes y también se perfectamente que no soy correspondida de la misma manera pero aun así estoy aquí contigo. Solo espero que no destroces mi corazón - le interrumpo llevando mi vista a mis manos algo temblorosas

-No lo haré preciosa, lo prometo - este pasa sus manos por mis mejillas y deposita un beso en mis labios - te quiero - dice después de soltarme -  aun faltan tres horas para que mi vuelo salga, podemos ir a mi casa - dice con voz seductora

-Como tu quieras - le sonrió y nuevamente muerdo mis labios pero esta vez para reprimir una sonrisa

Minutos mas tarde nos encontrábamos en su casa, para ser mas precisos en su habitación. Sus manos recorrían mi espalda con desesperación, me sentía bien cuando me encontraba con él haciendo el amor o  teniendo sexo. No sabía como llamarlo aun

-¿No hay nadie en la casa? - le pregunto con voz entrecortada, mientras este repartía besos cerca de mis pechos

-No, estamos solos - sube su boca hasta mi oreja y muerde mi lóbulo, un gemido se escapa de mi boca - ¿te he dicho lo mucho que me fascinas?

-No - digo con voz juguetona, rió por lo bajo

-Me encastas, eres tan perfecta en todas tus facetas. ¿Como no te pude ver antes?

-No lo se - este me mira a los ojos y sonríe de lado, baja su mirada

-Espero que el reloj mueva rápido sus manecillas - ríe y retoma su trabajo de desasearse de las prendas que cubrían mi cuerpo

Enrosco mis piernas en su cintura y sigo el ritmo de sus labios, me sentía como una reina bajo su control, siempre era así cada vez que este tomaba todo de mi. Daniels era mi éxtasis, nunca me cansaría de sus besos, ni de sus caricias, él era completamente fabuloso. Sus labios trazaron un camino hasta mi sexo, un cosquilleo se apodero de mi cuerpo y un gemido lleno de placer se ahogo en mi boca al ser tapado por su mano, escucho su risa

Cuando tu me ames ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora