Cuando tu me ames ®

Capítulo 38

Parpadeo varias veces hasta que mis ojos se acostumbran a la escandalosa luz blanca, paseo mi vista por el alrededor, me encontraba en un cuarto de hospital, trato de incorporarme de la mullida cama, pero al intentarlo suelto un gemido de dolor, bajo mi vista hacia mis brazos y estos tienen moretones, a pesar de que mi piel es morena estos aún así se podían notar sin ninguna dificultad. Trato de recordar que fue lo que pasó, pero lo último que mi mente reproduce es a Bryan gritandome palabras obscenas. Peino la habitación con la mirada pero no se encontraba nadie en ella, solo yo. Decido cerrar mis ojos para descandar un rato, mi cuerpo dolía y sentía una leve punsada en mi cabeza...

Siento que alguien me toma del brazo, abro nuevamente mis ojos y veo a una enfermedad con expresión amigable

-Al fin despiertas, te pondré esta inyección para que el dolor apasigue un poco - esta me da una leve sonrisa - Mi nombre es Clarissa

-Hola Clarisa ¿donde esta mi mamá y Bryan? - digo en un hilo de voz, siento mi garganta seca. Cierro mis ojos al sentir la inyección perforar la fina piel de mi brazo - ¡Ah! - me quejo

-Listo - Clarissa me da una sonrisa y pone un poco de algodón en mi brazo - tu madre se encuentra en la cafetería, les avisaré que ya despertarte- esta toma una jarra y en un  vaso de vidrio sirve un poco de agua - toma, tienes varias horas sin consumir alimento o bebida - esta me extiende el vaso

-¿Hace cuanto estoy aquí? ¿horas? ¿Días? - le preguntó completamente confundida mientras recibía el vaso en mis manos

-Si, aquel muchacho te dejo muy mal. Llevas inconsciente un día

-Llama a mi madre ¡por favor! - le pido

-Enseguida vuelvo, no te altares - la enfermera se da vuelta y acto seguido sale de la habitación. - o te pondré un calmante - asiento con calma y tratando de calmarme lo maximo qué me permitieran mis nervios

Mi rostro se llena de lágrimas al recordar como Bryan me golpeaba, llevo mis manos a mi rostro y las limpio al oír la puerta abrirse nuevamente, dejándome ver a Daniels y a mi mamá entrar con rostros cansados y preocupados

-¡Cariño! - mi madre corre a mi lado y me da un abrazo, me quejo ya que mi cuerpo dolía aún - lo lamento, me tenias preocupada

-Tranquila mamá ya estoy bien - le doy una sonrisa y giro mi vista hacia Daniels, este temí la vista pérdida en algún punto, su expresión tenía una mezcla de culpabilidad y tristeza. - mamá me podrías dejar a solas con Daniels, por favor - mi madre asiente

-Las chicas ya vienen en camino - esta se acerca y me da un leve beso en la frente antes de salir de la habitación

-¿Que pasa? - le pregunto a Daniels una vez solos

-Nunca debí dejarte sola,  mira como te dejo. Es un bastardo

-Daniels ven - le pido, este se acerca a la orilla de la cama, tomo su mano y la entrelazo con la mía - no es tu culpa, Bryan esta algo loco

-No pude protegerte ¿por que nunca me hablaste de él?

-No tenía caso, él era mi pasado y bueno no le vi importancia ¿que paso con él ? - digo tratando de restarle importancia al asunto

-Va a pasar unos meses en el reformatorio, por ser menor de edad y eso. Cassandra puso la denuncia - asiento

-¿Como llegue aquí?

-Después de dejarte en aquella calle espere unos minutos, pase por tu casa para saber que habías llegado, al aparcar mi auto vi a Cassandra tirada en el suelo y había un chico parado junto a ella, no supe que era Bryan hasta que Cassandra grito su nombre. Al salir del auto y acercarme más, te vi a ti en el suelo inconsciente.. Me sentí miserable, nunca debí dejar que te quedarás sola, yo tenía que dejarte en tu casa o al menos seguirte y no dejar ventaja. Yo... - poso mi dedo índice en sus labios, silenciandolo