Capítulo 45

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Un mes. El tiempo pasa como brisa en el mar, tan rápido que no te das cuenta. Las primeras semanas en Melilla, podría decir que fueron las peores semanas en mi corta vida, mi celular no paraba de retumbar, llamadas y mensajes de Daniels, llamadas a las que nunca conteste y mensajes que nunca respondí, ni leí. Las primeras semanas viví encerrada en mi nueva, blanca y fría habitación dejando que mis lágrimas salieran libremente. Me sentí sola y tan desdichada.
Después de una larga semana de noches de insomnio y días de lágrimas y recuerdos, Abu me obligó a ir al instituto, allí conocí a Federico, mi único amigo en Melilla. Federico fue el único que me hablo ya que mis ojos rojos e hinchados de tantas lágrimas derramadas no dejaban ver nada bueno en mi, solo a una chica desaliñada con sus ojos rojos.

-¡Hey! ¿Por que tan triste? - levanto mi vista para encontarme con un castaño de ojos azules. Lindo, pensé en ese momento

-No creo que te interese - giro sobre mis talones y me dispongo a salir del aula

-Creo que necesitas a alguien para votar toda la mierda que te hace llorar. No creo que esos ojos rojos sean por fumar marihuana - detengo mi marcha y lo enfrentó

-¿Marihuana? - pregunto algo confundida

-Si - este se encoge de hombros, fruzo el ceño en señal de no entender nada, a lo que este suspira y continúa su explicación - es lo que comentan en los pasillo "chica nueva se lo pasa drogada, sus ojos rojos lo confirman" - este hace comillas con sus manos y me da una amplia sonrisa - ¿Y bien?

-No me meto porquerías - digo con voz seca - creo que tus amigos tienen que buscar oficio y no andar por allí regando chismes que no son verdad en lo absoluto - ruedo los ojos

-No son mis amigos - se defiende

-¡Sos igual de chistoso que ellos. Pelotudo! - apretando mis libros contra mi pecho y lo observó

Músculos definidos, alto, castaño, ojos hermosos y sonrisa encantadora. Mi mente recuerda  mis libros de amor, chico guapo y chica completamente desastrosa, él se convierte en su príncipe azul y ella lo acepta aunque tenga que pasar por dolores que le proporcionan las perras que le hacen la vida imposible y decepciones por parte de él. Suspiró y dejo de pensar estupideces para dar vuelta nuevamente y seguir mi camino. Ya tenía a mi príncipe azul, no quería a otro, aunque este se halle a kilómetros de mi

-¿Eres de pocas palabras? - Vuelvo a escuchar su voz a mi espalda

-Si - contesto con voz queda. Suspiró aliviada al no escucharlo más

Llego al patio trasero del instituto y me siento bajo la sombra de un árbol. Saco mi libro de la mochila y me sumergo en el mundo de Cristan y Solda

-Me encanta ese libro - me sobresalto al escuchar nuevamente su voz

-¿Me estas acosando o te divierte molestar a los demás? - este suelta una leve risa

-Solo quiero ser tu amigo

-No estoy interesada en tener un "amigo" - hago énfasis en la palabra amigo

-¡Anda, solo quiero charlar contigo! - levanto mi vista y frunso en ceño - me pareces interesante

-Te equivocas, no tengo nada de interesante

-No te creo - este sonríe y se acerca a mi lado deslizándose por el robusto tronco para quedar a mi lado - suspiró varias veces y le doy una sonrisa fingida

-¿Tengo otra opción para que dejes de molestar? - pregunto con voz amable

-No - responde decidido

-Bueno ¿que quieres saber?

-Te he visto salir del baño de mujeres sollozando

-¿Me has espiado? - pregunto sobresaltada

-No, solo es coincidencia

-A claro coincidencia - digo con sarcasmo

-Te contaré pero ni una sola palabra de esto a nadie, no quisiera patearte el trasero - este ríe y asiente en un movimiento de cabeza

-Ni una sola palabra - alza su mano en señal de promesa

-Bien... Lloro por que soy una imbecil.....

Ese día saque todo lo que traía guardado desde Andalucía, Federico fue de gran ayuda para quitarme un gran peso de encima. Ya que no tenía a mis dos amigas aquí conmigo, lo tenía a él.

Las llamadas por parte de Daniels no habían sesado, como cada noche mi celular canturreaba anunciandolo, no podía negar que su insistencia me hacía feliz, eso significaba que aún no me olvidaba, ¡no me olvidaba! Hasta que una noche me quede en casa de mi nuevo amigo a ver unas películas sangrientas. Género favorito de Federico. Este tomo mi celular algo molesto por las repetitivas llamadas y contesto un:

-Esta ocupada.... Esta con su nuevo chico.

Corto la llamada y agregó:

-Es por tu bien, te fuiste de Andalucía para dejar un tiempo libre entre los dos, así no lo vas a lograr

Sin decir palabra alguna termine de atragantarme de palomitas y chocolate esa noche. No pude sacarme la imagen de un Daniels completamente cabreado por haber escuchado la voz de un hombre en mi lugar y que le dijera que estaba con su nuevo chico. Sin duda ese día llore, no quería lastimarlo.
Las chicas no me comentaban nada sobre él, tenían la misma idea de Federico. En todas nuestras charlas les pedía que me charlaran un poco de él, de como se encontraba, si bien o mal. La curiosidad me carcomia

-Anda chicas decime, no les cuesta nada. Solo ésta vez - les pido con voz insistente

-¡No! - respondieron las dos al unísono - Déja ya eso Carola, te va a costar más olvidarte de ese pendejo - responde Fer

-Si Carolay, ya déjalo. Si le pasa algo malo te lo diré

-¿Eso quiere decir que esta bien?

-No se - responde ahora Salomé, bufo y me lanzó a la cama

-Son malas conmigo - refunfuño

-Te queremos - dicen las dos

Las chicas y mamá ya sabían de la existencia de Federico, mi madre siempre preguntaba por él y si teníamos algo más allá de una amistad

-Anda nena dime ¿son algo más que amigos?

-No Cassandra. Federico tiene novia y la quiere mucho, además sabes muy bien que ahora no quiero amores

-Me gustaba ese chico para ti

-Ni lo conoces

-Es lindo y se ve que es un buen chico - esta ríe - lo he visto en fotos y tu padre me habla de él

-Bueno ahora tengo a un buen amigo que es guapo y buena persona

Abue y Puchi tenían la misma idea metida en la cabeza:

-Federico es un buen partido - repetían constantemente

¿Que a caso no entendían la frase tiene novia? A veces se hacía cansado escucharlos.
Tal y como mi padre me lo advirtió, se lo pasaba prácticamente todo el día en la oficina, ni una llamada me dedicaba. Los fines de semana lo veía ya que él venía a casa de Abu a visitarnos.

Mi vida no era en estos momentos para nada entretenida, instituto y casa. En algunas ocasiones mi buen amigo me invitaba a pasar la tarde con él, a lo que yo aceptaba sin ninguna resistencia. Aún no conocía a su novia, me contaba de ella y de como es con él, sus ojos azules se le iluminaban cada que hablaba de ella. Se veía lo enamorado que está, le tenía un poco de envidia él si podía vivir su romance sin ningún impedimento, en cambio yo solo estaba lejos de él y guardaba melancólica en mi ante sus recuerdos, nuestros recuerdos.

Cuando tu me ames ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora