Capítulo 19

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Suena el despertador... Mis ojos se encuentran irritados, últimamente al llegar la noche la depresión me inunda, al llegar la  noche mi mente recuerda y fórmula preguntas que no podré responder ¿Porque me paso eso a mi? ¿Porque no puedo ser feliz?, es inevitable contener las lágrimas al recordar lo sucedido esa noche, duele tanto como millones de cuchillos atravesando mi pecho. Hace una semana que Daniels se fue, desde esa noche no volví a saber de él, no lo volví a ver.
Me pongo mi uniforme y me hago una coleta alta sin muchas ganas, algunas cosas perdieron sentido para mi.

Alumnos de aquí para allá, hablando y cuchichando  algún chisme nuevo qué rondará por los pasillo de este instituto, es el último día de clases para dar entrada a las codiciadas vacaciones de verano.
Llego al salón y me siento en los últimos asientos, me pongo mis audífonos y pierdo la vista en el vacío. Siento a alguien acercarse y sentarse a mi lado, levanto la vista y visualizo a Fer.
Esta posa una mano en mi brazo y  quita uno de  mis audífonos

-¿Que pasa? - le pregunto molesta

-Carola - esta supira - voy a ir al punto y es que ya no me gusta verte así, no es propio de ti, no se que fue lo que te paso y es que desde esa dichosa fiesta de despedida ya no eres la misma, no hablas, no contestas las llamadas, los mensajes, no sales del salón ¿Que te pasa? Sabes que puedes confiar en mi ¿Que fue lo que pasó?

-Fer no tengo ganas de hablar en estos momentos, por favor dejame sola - reconozco lo que dice Fer, pero como ser feliz si la persona que amas, te ignora durante meses y antes de irse te dice que siente algo por ti y después te deja sin más, ¿Como ser feliz? Me siento pérdida, tan desolada, no se que hacer, esto es un maldito laberinto. Quiero y deseo sacarme a Daniels de mi cabeza

-Me duele verte así Carola, eres mi mejor amiga - Fer me mira suplicante

Mis lágrimas amenazan con salir nuevamente.

-Mi vida está hecha patas arriba, me siento sola, pérdida, no se como quitarme este dolor que otra vez me han proporcionado, las peleas constantes en mi casa no me ayudan y él, él ... Me dio la felicidad, pero me la quito en ese mismo instante - suelto un suspiró ahogado. Inclino mi cabeza y parpadeo para poder espantar mis lágrimas

-No estas sola, me tienes a mi ¡¿Que fue lo que pasó?! - bajo la vista a mis manos, me dolía hablar de ello, hablar de su adiós. Me quedo en silencio - ¡Habla de una vez Carolay! - suelta Fer desesperada ante mi silencio - tengo días pidiendo que me cuentes lo sucedido esa noche y nada. Lo que haces es ignorarse y así no te podré ayudar

Rendida ante su insistencia, le relató lo que sucedio esa noche, entre lágrimas, suspiros y lamentos: - Fue tocar el paraíso por unos minutos, después volví a la realidad y dolió tanto - suelto un suspiró ahogado  - Y las pelas con mamá ya lo sabes, siempre es la misma historia, el  mismo motivo

-¡Ese hijo de perra! Como fue capaz de hacer algo así - Fer golpea la mesa - Vez siempre te dije que él imbécil ese siente algo por ti, lo sabía, se veía, en como te miraba, en sus acciones...

-Fer basta, eso lo que hizo fue algo tan reconfortante y a la ves algo que dolió como nunca, saber que no le soy indiferente, sentir sus labios sobre los míos, fue estar en el paraíso por primera vez, nunca había sentido esa sensación, ni siquiera con Eric... Pero la realidad es otra, su partida y saber que ya no lo veré y que quizás con lo que pasó sea más difícil olvidarlo, superarlo, me tiene destrozada, no tengo ganas de nada, no se que hacer.

-Carola, necesitas ayuda lo que te hizo, te dejo mal, solo mirate no te arreglas, no sales. Solo mira esas ojeras, tu no eres así, otra vez no puede estar pasando lo mismo, eres muy debil

-Ya paso. Volví a caer - las lágrimas brotaban de nuevo - y si soy débil, siempre lo he sido y por esa razón me han pisoteado el corazón de la peor manera

Cuando tu me ames ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora