El Comienzo

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¡Ah! ¡Mi cabeza! ¡¡¡maldita resaca!!!... ¡nunca más vuelvo a salir con Vlad! No sé cómo logro convencerme a salir a beber...

Acabo de despertar y lo único que puedo recordar de aquella fiesta con música estruendosa y luces parpadeantes, es a mi vecino Mark que bebía con amigos, he de suponer, y que me miro, aunque sea posiblemente porque yo estaba demasiado embobado con su cautivadora belleza natural que no note cuanto tiempo pasé así.

No pude responder más que con un sonrojo y el fin del contacto visual, intenté huir cayendo por andar aún en las nubes, sin embargo, Vlad me sostuvo con un brazo mientras en la otra mantenía intacto su vaso con alcohol, lo más probable es que fuese ron, su favorito.

Él se mofó de mí y yo también lo acompañé, contagiado por su risa, tal parece que ya me había pasado de copas e incluso acepté que continuáramos festejando con algunos amigos en el departamento... no quiero ni imaginar como quedó el lugar, pero valió la pena salir por ver a Mark, lo admito, me gusta, desde el primer día que lo vi llegar al departamento desocupado, aún recuerdo que intenté ayudarlo por conocerlo, pero soy un debilucho y pase casi el día entero adolorido de la espalda por cargar cajas... tras esa ocasión no volví a intentar hablar por nerviosismo, tampoco es como si lograra acercarme mucho a la gente por mis problemas con las interacciones sociales... bueno, da igual, el verlo de nuevo me hizo feliz y eso es más que suficiente para calmarme.

De regreso a la realidad, salí de mi cuarto aún tambaleante, no recuerdo ni cambiarme de ropa, da igual, posiblemente lo hice yo o Vlad, por cierto, lo logro ver yacido en su cama, con solo ropa interior que lo cubra, sin contar los besos de labial rojo que cubrían parte de su cuello y aumentando a medida que se acerca a su entrepierna, se nota a leguas que estuvo con Mayra.

Ella es como ver la versión femenina de Vlad, de cabello largo y oscuro como la noche, ojos casi de la misma intensidad de su cabello, que contrasta perfectamente con su tez clara, sin contar sus prominentes caderas, una figura marcada que debe ser por ello que Vlad aún perdura con la relación bastante tóxica, por sus celos, aunque comprendidos por lo mujeriego que es Vlad, sin contar sus respuestas altaneras y arrogantes que enojaría a cualquiera, no tiene mucho sentido que él y yo vivamos en paz...

Sin embargo, ello no significa que no me molesten mucho ciertas características de mi compañero de piso, es un flojo, excepto cuando llega Mayra... aquellas malditas sesiones de sexo que no me dejan dormir de tanto ruido que hacen.

Recuerdo una vez que logré dormir aún con todos esos sonidos obscenos, pero llegué a soñar que yo... y Vlad... supongo se comprende...estuve un buen tiempo sin acercarme a él, saliendo mucho de casa, pero ¡vamos! el imaginarme con ese...es perturbador.

Me dirijo a la cocina, luego de tomar agua como si no hubiera un mañana y que no se me quitara la sed y menos el malestar, preparé un café y observe el desastre del cuarto de estar, me va a costar ordenar todo esto.

Salí de mis pensamientos al ver a Vlad despierto e intentando caminar hasta el baño ya vestido, aunque muy mal hecho, me da mucha risa verlo así, o sea, en todo el tiempo se queda de lunes a jueves en casa hasta las cinco de la tarde y luego se va a trabajar, pero de viernes a sábado sale posiblemente a acostarse con quien sea y el domingo acaba casi en coma por la resaca, recuerdo la primera vez que vi su rutina semanal, me preocupe tanto por él que hasta lo cuide todo un día, faltando al trabajo, pero ya es costumbre verlo así.

Yo, por otro lado, soy un secretario y aún estudio idiomas, sé que me ayudarán. Soy muy responsable tal como me enseñaron mis padres adoptivos, sí, soy un chico abandonado por quienes me concibieron y cuidaron hasta que... no quiero recordar eso.

Otra interrupción a mis pensamientos, escucho el timbre que interrumpe a la muerta estridencia del ambiente, fui a la puerta aún a paso lento para abrir y saber si era algún vecino con quejas, sería de esperar, el alboroto de ayer debió ser grande, mas ahí me encuentro algo singular, nada más y nada menos que ¿una canasta?... sí, una canasta bastante grande... será el clásico cliché de un bebé en ella o un pedazo de algún cuerpo.

Amigos igual a Padres ♢Yaoi/Gay♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora