Una no-muerta. Parte 2

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Richardson caminaba de un lado a otro, inquieto. Los disparos se habían detenido, pero Fate aun no salía de la fábrica. El G-5 aun se mantenía en sus posiciones, y su Comandante les encabezaba mirando fijamente hacia la puerta doble por la que la vampira había entrado. El hombre suspiró, y fue hacia el General.

- Jefe, sugiero que enviemos una unidad para un informe del estado actual. – le dijo con firmeza y sin perder su postura.

- Hay que esperar – respondió sublime tras expulsar el humo de su cigarrillo. – Fate tendrá todo controlado.

Un fuerte estruendo alerto a todos, y alzaron sus armas a la puerta. Richardson se apresuró a encabezar la línea frontal de las tropas, pudiendo ver como un cuerpo atravesaba las paredes de piedra, y se estrellaba contra el suelo. Era Fate. La aludida rodó por el suelo, y se apoyó de su rodilla mirando la abertura por la que había salido disparada. Jadeaba, tenia el rostro un poco magullado y se veía aun mas furiosa que antes.

- ¡FATE! – gritó Richardson ceñudo, y dejando caer su cigarrillo.

- ¡Aléjense y no interfieran! – gritó ella y de inmediato las tropas retrocedieron unos pasos.

- ¡Prepárense para disparar! – dijo el Comandante, por lo que Richardson se le acercó con expresión molesta, y le encaró con severidad.

- La primera ronda de municiones de esos soldados tienen aleación de plata. Si disparan pueden herir a Fate, si lo hacen... – hizo una pausa para mirarle fijamente a los ojos, y decretar: – están muertos. – sentenció con el ceño hundido y la nariz arrugada mostrando su ira ante el estúpido mandato.

- No sabemos a que se esta enfrentando su "agente especial" – hizo un gesto de comillas con sus dedos. – pero mis soldados también están en peligro si lo que esta allí adentro decide salir – replico sin perder la postura. – ¿No cree que confía demasiado?

- Aun no ha terminado. – le dijo encendiendo otro cigarrillo, y con una calma que afirmaba su pregunta. El Comandante exhalo con fuerza.

- ¡Bajen las armas y esperen nueva orden! – ordenó.

Luke salió por el mismo lugar por el que Fate. Su ropa estaba estrujada y con manchas de su propia sangre, tenia una mueca de enojo y sus avivados ojos estaban fijos en la Draculina, quien se impulso contra el suelo para correr de nuevo hacia él, y aventarle un golpe el cual Luke detuvo con sus antebrazos, y luego le lanzó un puñetazo a la mandíbula él cual ella esquivo y se alejó un poco para lanzarle una patada al cuello que el logró esquivar. Gruñó y se lanzó hacia atrás.

Ambos jadeaban, y sus miradas continuaban la batalla. La ególatra actitud de Luke se resumía a esa sonrisita que de nuevo embozó mientras observaba a Fate colocarse en posición de ataque.

- Una sirvienta como tú, nunca podrá con un verdadero vampiro como yo – se inclinó un poco dando la impresión de que se lanzaría a ella. – ¡Así que rinde...!

Sus palabras se cortaron en un sopló que abanicó su rostro, y en un pestañar Fate había hecho un pequeño movimiento y ahora su cuerpo estaba relajado, portando una pequeña daga en su mano que goteaba un liquido oscuro.

- ¿Dónde está el verdadero vampiro? – cuestionó con voz carrasposa.

El pánico se reflejó en los ojos de su enemigo, en el momento que su cabeza se desprendía de su cuello.

Fate pasó el dorso de la mano por sus labios para limpiar su propia sangre. Se apoyó sobre una de sus piernas, y quedo suspendida por unos minutos, en un evidente estado de reposo. Sintió un cosquilleo en sus encías.

FATE: RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora