Me siento en aquel suelo húmedo, que no consigue fabricar un solo silencio. Me apoyo en las rodillas, escondo la cara entre mis piernas y suelto las pocas lágrimas que me quedan en los ojos, me intento desahogar, pero no puedo. Respiro cada vez más deprisa y libero suspiros al tiempo que vomito. Siento como recorre el ácido por la garganta y levanto la cabeza para retenerlo. Respiro con dificultad y recuerdo, recuerdo quien me hizo esto, y golpeo el suelo con fuerza. Que maldito carbón, me prometió una noche feliz pero solo lo fue para él, yo solo sufrí. Recuerdo su tacto y su olor al acercar sus labios a los míos. Recuerdo su sonrisa, maligna e intimidante, y me propongo levantarme e ir de vuelta, pero me detengo y lo veo al otro lado de la puerta parado y sonriendo. Retrocedo y siento como me tiemblan las piernas. No podre quedarme allí siempre, he de plantarle cara. Abro la puerta y miro, esta ahora apoyado sobre el coche y camina hacia mí abriendo y cerrando las manos, intento correr pero las fuerzas de mis piernas han desaparecido por completo. Me agarra con firmeza de la cadera y me acerca, su aliento a alcohol me hace girar la cara, no se porque acepte la cita, soy idiota. Quiéreme me dice, pero no puedo decir nada, tenerlo cerca me paraliza. Rechazo su beso y me agarra del cabello y me arrastra al coche, pero el dolor me hace caer al suelo y él me propina una de las tantas patadas que ya me ha dado me rebuelco en la calle de dolor y él continua, no se cansa, pero se ríe y me sigue pegando. Me levanta y me golpea la cara, siento como me sangra la boca y me suelta, y una patada en la cara hace que se me nuble la vista, pero intento levantarme agarrandome la barriga pero me fallan las fuerzas y vuelvo a caer. Él se ríe, siento el ruido de como se sube al coche y lo veo alejarse en el. La vista vuelve a nublarse y suspiro por última vez, fotos y momentos de mi vida pasan por mi cabeza y me veo de vuelta sentada delante de ese teclado y... se me corta la respiración y... me voy... para siempre.