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Rodrigo estaba agradecido por vivir en el 2020, la era del Internet en la que, si no tenía idea de cómo hacer algo, con un clic de un botón podía hacerlo después de diez minutos, aunque Rodrigo tenía esa ventaja,el mismo era el problema.
Había visto diferentes tutoriales pero todavía estaba confundido, era visible para los autos que pasaban y debió parecer absolutamente estúpido.
Gimió y se pasó la mano por el pelo, plantar flores no podía ser tan difícil “¿Cómo hace esto Juan?”, Rodrigo susurró agresivamente para sí mismo antes de derrumbarse sobre la dura tierra.
El hombre que lo había visto desenterrar la cápsula del tiempo una vez más estaba escribiendo furiosamente en su cuaderno de bolsillo, antes de ver a Rodrigo y caminar hacia él.
Rodrigo comenzó a entrar en pánico, ¿Porqué este extraño caminaba hacia el? ¿Quién era él? No tuvo tiempo para pensar antes de que el extraño apareciera frente a él y se bajará la sudadera con capucha para revelar a un joven de cabello castaño: —Parece que estás luchando, ¿Puedo ayudarte?—
Rodrigo lo miro con sospecha, preguntándose por qué un transeúnte¹ ayudaría a alguien como el con una conversación tan aparentemente fácil como plantar flores.
—Eh, simplemente no sé cómo hacer eesto.—
El hombre se arrodilló frente a la maceta.
—Soy Tomás, Tomás Arbillaga, vivo unas casas más abajo con mi hermano menor.— Rodrigo se sintió un poco más aliviado cuando supo que el hombre era hermano mayor.
—Rodrigo Carrera.— Se dieron la mano.
— ¿Cuántos años tiene tu hermano?—
Tomás señaló una linea de árboles en la que un adolescente estaba gritando con su celular en la mano.
—Tiene actualmente 12 años y ya sabes, obsesionado con el Minecraft.—
—¡Thiago!— Un hombre más alto, que parecía unos años mayores. — Juega bien, por favor.— Se ve que parecía acostumbrado a gritarle por alguna razón. —¡Pero me mato un Creeper!— Thiago empezó a balbucear, pero fue interrumpido de inmediato. —Es un juego, Thiago.— Le dijo el hombre.
Thiago negó con la cabeza con enojo: —Es más que un juego.— Se quejó mientras centraba su atención en su celular nuevamente.
—Parecen cercanos.— Rodrigo le dijo a Tomás, y Tomás asintió con una sonrisa.
Tomás parecía tener experiencia en plantar flores, enterrar la semilla y regar con destreza como si lo hubiera hecho tantas veces en el pasado.
—Gracias.— Rodrigo le envío una pequeña sonrisa a Tomás.
— Supongo que no es tan difícil y que soy extremadamente denso.—
—No pro.— Comenzó Tomás, pero su hermano corrió hacia el. —¡Rob! ¡Volvió!—
—¿Quién volvió boludo?— Tomás pregunto.
—¡Rush!— Señalando su extremo izquierdo, Tomás miró a Rodrigo en tono de disculpa.
—Tiene miedo de nuestro hermano.— Rodrigo estaba a punto de repente otro hombre de estatura alta, castaño y con algo de barba hablo.
—¿Donde está Thiago?— Rodrigo entendió porqué Thiago le tenía miedo, era aterrador y su voz resonó en todo el vecindario.
—Escuche que alguien fue asesinado por un Creeper en Minecraft y que estaba gritando como loco, si eres tú, ¡Ven aquí y juguemos una buena partida!— El hombre grito, antes de ver a Thiago. —¿Fuiste tú?—
—N-no.— Contesto Triago pero Rush se acercó, sin creer su mentira. —Esta bien, si fui yo boludo, lo ssiento.—
Tomás vio al hombre más alto y mayor.
—¿Lo llamaste tú maramor?—
Juan le dió una mirada de disculpa. —Estaba siendo muy ruidoso piojo y está es la única manera de hacer silencio.—
—Eso fue más fácil de lo que ppensaba.— Rushlai se encogió de hombros mientras veía a Thiago con su celular. —Que lástima pensé que en realidad podría tener una buena partida en el Minecraft.— Dejo a Thiago tranquilo antes de alejarse.
Rodrigo rio ante la situación, parecían una familia muy feliz, una punzada de celos se llenó dentro de él, desde ver a Thiago jugar feliz, hasta el divertido estilo de crianza de Juan y Tomás, desearía el haber crecido así.
—Bueno deberia irme.— Tomás le dijo a Rodrigo. —Nuestro padre vendrá está noche a cenar y no eh hecho la cena.—
Rodrigo sonrió. —Encantado de conocerte a ti y a tu familia, Tomás.— Se levantó y se sacudió la suciedad de los jean. —Espero que podamos hablar de nuevo.—
Tomás le grito a a Thiago: —Yo también, ¡Que tengas un buen día!— Camino hacia su hermano, caminaron lado a lado para poder regresar a casa con su familia sano y salvo.
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