¿No la ves, cariño? -dijo Axel desde adentro_ No, no está aquí. ¡Edith! -Gritó de nuevoEn eso, mientras el llamado de la niña se iba perdiendo entre las ásperas ramas de las higueras, Axel logró escuchar un tímido murmullo que venía desde una de las habitaciones. Dio media vuelta y se dirigió hasta allí, al verlo, Maia lo siguió._ ¿Edith? -Dijo viendo la habitación entreabierta ¿A caso no te dije que no vayas a esa habitación?_ ¡Guarda silencio, papá te va a escuchar! -exclamó ella un segundo antes de que su padre se asomara por la puerta y se llevara una sorpresa.Aunque Edith los había desobedecido, ella parecía estar bien. Estaba sentadaa los pies de la cama de dos plazas sobre el piso polvoriento y rechinante, frente a ella, había un cuadrado de terciopelo color rojo y finalmente, sobre éste yacía sentada una vieja y macabra muñeca._ Niña, ¿qué estás haciendo? ¿No escuchas que te estamos llamando? Te dijimos que no entres aquí, estas cosas son de la antigua dueña del lugar.Entró a la habitación junto con Maia que acababa de llegar al lugar, era la segunda vez que lo hacían y no dudaban en tirar a la basura todos los muebles de la señora Amadine Tussaud,quién hacía ya diez años, se había suicidado precisamente en esa habitación por razones desconocidas._ Lo siento, es que estoy jugando con mi nueva amiga, Maddie.Los ojos de sus padres se posaron como flechas despiadadas sobre la muñeca sentada sobre el terciopelo. En seguida, Maia se acercó para tomar la muñeca._ Oh, Edith. ¿De dónde la has sacado? -preguntó levantándola, notando lo horrible del aspecto de la muñeca. Oh, Edith. ¿De dónde la has sacado? -preguntó levantándola, notando lo horrible del aspecto de la muñeca._ La encontré en ésa caja. -dijo señalando con el dedo al baúl abierto en el rincón de la habitación Lo abrí y estaba ella, sonriendo alegre de haber encontrado una amiga, me ha contado muchas cosas y ahora es mi mejor amiga._ ¿Contado? ¿Es parlanchina? -Preguntó su madre separando las dos cintas de velcro que su espalda para encontrar un parlante, pero no había nada_ No lo creo -agregó Axel, mira lo que es. Probablemente tiene más de cincuenta años.