¡Maddie no es un muñeco, es mi amiga! -le gritó_ ¡Hey! Ya basta, niña. Tu madre ya te ha dicho que no le gusta que le grites de ese modo. -Dijo Axel tragando los cereales mojados en lecheEdith se puso de pie, tomó con determinación su tazón de leche y se lolanzó con fuerza a su padre. El plástico rebotó en su frente y lo empapó de leche._ ¡Y a mí no me gusta que hablen así de Maddie! ¿Entendiste? ¡Maldito infiel!Todo el mundo parecía haber entrado en alguna especie de shock al ver la reacción de Edith. Sus padres habían quedado mudos, no entendían de dónde su hija había sacado tanta agresividad y cómo había aprendido las palabrotas que acababa de decir._ Ed... Edith... dijo Maia soltando la caja de cereales al piso ¿Cómo te atreviste? Te desconozco...En el momento que Maia iba a emitir la siguiente pregunta, Axel se levantó poseído por una ira indescriptible, necesitaba poner en su lugar a su hija que de un día para el otro, actuaba conrebeldía, gritos, insultos y agresiones. Le tomó fuerte del brazo y alzó la otra mano para pegarle una palmada._ Si me pegas, contaré tu secreto, hijo de puta. -espetó la niña con una sonrisavilLa soltó en seguida y junto con su esposa, le dirigieron una mirada fruncida y confundida._ ¿De qué hablas, Edith? -Preguntó MaiaLa niña tomó a Maddie en la falda y sonrió hacia su padre._ ¿Hay algo que quieras confesarle a tu esposa, Axel?Silencio. Caminó hacia el lavabo, se lavó la cara y se sacó la remera mojadade leche. Intentaba disimular el hecho,pero apenas podía._ ¿De qué están hablando? -insistió Maia sintiendo en su pecho el fuerte latido de su corazón ¿Quién te enseño esas malas palabras? ¡Por Dios! ¡¿Qué es lo que les está pasando?!_ A mi nada, mami. Pregúntale a tu esposo sobre Deborah y te lo dirá. Bueno... pensándolo bien y según lo que me dijo Maddie hoy a la mañana, la idea de él era ocultártelo, entonces te lo diré. Papá trajo una mujer a la casa, más bien una puta, ya sabes, de esas que cobran por sexo. Su nombre era Deborah, la llevo a tu habitación yla cogió dos veces en el piso. La muy puta gemía como los demonios.Maia quedó sin respiración, su hija se había convertido en una completa desconocida para ella._ ¡Por Dios, Edith! ¡¿Qué estás diciendo?! ¿Qué te está pasando hoy? -Interrogó Axel desesperado acercándose a ella y tomándole con ambas manos su carita_ No te hagas el disimulado le recalcó la niña, estoy diciendo la verdad. Mamá, por si no nos crees, Maddie sacó algunas fotografías con la cámara, la que está arriba de la heladera.