14 Capitulo

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Por suerte, la tierra estaba húmeda por el abundante rocío que la había ablandado, entonces no tardó mucho tiempo en cavar el gran pozo. Cuando terminó, no pudo evitar largar una aturdidora carcajada cuyo aullido demente torció del miedo hastaa las higueras. Agarró del pelo a la muñeca que había permanecido inmóvil todo el tiempo y la arrojó adentro._ ¡Ahí tienes tu maldito pozo, hija de puta! ¡Ahora déjanos en paz! -le exclamóCargó un montón de tierra con la pala y comenzó a llenar el pozo, pero algo lo detuvo. Sintió un dolor indescriptible en su espalda, algo frío y filoso lo había atravesado de atrás, percibió que sus pulmones le ardían pero al mismo tiempo sentía congelado el resto de su cuerpo. Tosió una vez y de su boca saltó un chorro de sangre, su respiración ahora había alcanzado elpunto máximo de agitación y cada vez le costaba más tomar aire.Edith retiró el cuchillo que había clavado en la espalda de su padre y soltó una risita al mismo tiempo que éste caía al pozo. Golpeó su cabeza con la tierra húmeda y desparramada, estaba boca arriba junto a la muñeca Maddie que enigmáticamente, tenía la nariz y la boca empapadas de sangre.Aún con el dolor que estaba terminandocon su vida y la tos sangrienta que sucedía cada cinco segundos, tomó fuerzas para decir sus últimas palabras._ Ed... Edith... ¿Qué me has hecho?La niña se rió nuevamente y agarró la pala del piso, luego habló:_ ¿Edith? -Largó una carcajada malvada Éste ya no es el cuerpo de tu hija. Ella ahora está muerta, justo a tu lado. -Axel le dio un vistazo a la muñeca y en un esfuerzo de llorar, una corriente de dolor le hizo retorcer su cuerpo, la niña siguió hablando Lo más gracioso de todo es que yo sólo te he matado a ti, pero tú... tú has matado a toda tu familia, accidentalmente, pero en fin, los has matado a todos. Por si el dolor no te deja darte cuenta,cuando abriste a la muñeca por la espalda para retirar el sobre, en realidad se lo estabas haciendo a mi querida amiga Edith, pero no te preocupes, posiblemente murió en el segundo y sin darse cuenta; y ahora morirás tú, tal y como me lo han predicho los dioses. -En ese momento, Axel dejó de respirar y el viento furioso: el viento de mal, sopló por toda la casa Ya he entregado mis tres ofrendas, ya los he sacrificado y ahora, estoy nuevamente viva.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2015 ⏰

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