2- Mmm yo...

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Desperté aterrorizada soñando que el estúpido Ken había entrado a mi cuarto, y si el apodo de Lucas es Ken. Alguien tocó la puerta y yo rápidamente llegué a la puerta.- ¿Quien es?.- tocaron otra vez.- Ty, entra...- abrí la puerta y ne sorprendí al ver a Lucas cerré la puerta rápidamente.

-¿Por qué no puedo entrar en tu habitación?.- daba portazos y yo solo coloqué las tres llaves de seguridad.- Sam dejame pasar.

-¡No!, ¡Nunca!.- suspiró y escuché unas pasos.

"Por fin se dio por vencido"- pensé

Abrí la puerta y una fuerza se tiro hacia mi. Lo miré.- Lucas.- tenía su cara a milímetros recordaba esos pequeños ojos que me observan pero no se de dónde.

-Mmm yo.- se levantó y lo tiré fuera de mi cuarto no sin antes cerrar la puerta con seguro. Me di la vuelta dándome cuenta de que me estaba mirando el trasero.

-¡Eh mis ojos están más arriba!.- rodó los ojos

-Tan agresiva por las mañanas.- acomode mi pelo en una cola de cabello y bajé las escaleras.

-¿Qué quieres para algo me has despertado, no?.- asintió.

-Taylor tiene una cita y no llegará hasta la noche así que tu tienes que hacerme la comida y la cena.- alze las dos cejas

-¿Perdón?, ¿te acojo en mi casa y quieres que yo te haga todo?.- asintió sonriente.

-Veo que lo coges morena.- me agarró un moflete como si fuera pequeña.-Muy bien Sami.- le mordí la mano.- Auch bestia.

-Haz lo tú.- alzó una ceja.

-¿Si lo hago bien que tengo a cambio?.

-¿Comida?.- rió sarcásticamente.

-Entonces no.- grité frustrada.

-Bien cualquier cosa pero si cocinas spaguettis a la boloñesa.- alzó los pulgares.

-Trato hecho enana.- miré la hora eran la una de la tarde, (si soy de esas chicas que se despiertan tarde).

-Deberías ir empezando antes de que se haga tarde.

-¿No vas a desayunar?.- asenti

-Si, en el Tropical Bar.- gruñó por lo bajo.- ¿Qué pasa?.

-Y si te encuentras con ese chico.- recordé a Peter.

-Tranquilo viejo que yo se cuidarme.

-Solo nos llevamos tres años.- alze los hombros desinteresada

-Tú me llamas enana yo te llamo viejo.- le guiñe un ojo y regresé a cambiarme a mi cuarto.

Me miré a el espejo quedaba solo un mes y cumpliría 17, y obviamente mis padres se la perderían, otra vez. me vestí con una playera negra, unos shorts y unas sandalias café. Salí con el sonido de cacerolas resonando por todo el salón. Abrí un poco la puerta de la cocina, tenía los auriculares puestos y cortaba las verduras con precisión. Lo miré detalladamente era guapo no hay que decir que no me mordi el labio.

Salí de la casa sin decir nada. Llegué al Tropical Bar pedí una ensalada de frutas y mi granizado favorito.- ¿Qué tal hermosura?.- sonreí al ver a Carlos.

-Hola hermoso.- sorbi un poco del granizado.

-¿Qué tal con tu playbloy?.- se mordió el labio.

-Ag ya me arruinastes el desayuno.- me dio un golpe en el hombro.

-Ahora dime la verdad.

-No esta mal.- se levantó abriendo la boca indignado.

¡PlayBoy, aléjate de mi cuarto! #WOWAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora