Capitulo 13

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*POV Camila*

-¡No! –le dije a Jacob cuando se acercó a Lauren.
-¿Cómo demonios se desmaya al verme? –preguntó y siguió acercándose a el cuerpo inválido de mi amiga.
La realidad es que no supimos cómo rayos pasó. Estábamos hablando y en eso la puerta de mi cuarto se abrió, los dos miramos hacia allí y Lauren al vernos a ambos, apretó los puños y de repente sus ojos se pusieron blancos y cayó al suelo Me levanté corriendo y Jacob detrás de mí, la levantó y la puso en mi cama.
-¿Qué rayos pasó? –me preguntó mi ex.
- No tengo ni idea –respondí mientras la acomodaba en cama y veía si estaba respirando bien.
- ¿Tanto miedo me habrá tenido? –preguntó Jacob riendo un poco altanero.
- Cállate Whitesides –susurré medio divertida. Acaricié la mejilla de Lauren, así dormida era tan encantadora que daban ganas de besarle.

Me quedé mirándole por un rato, lucía tan cansada y tan partida en dos. ¿Por qué venía a mi cuarto? Era la pregunta del millón.
-¿Qué vendría a hacer aquí? –peguntó Jacob al aire.
- Viene porque... bueno al menos es lo que sospecho. Hace varias noches ya, esta sería como la veinte o no sé, viene y se sienta al lado de mi cama y se pone a hablar con Cameron.
- ¿Con quién? –preguntó Jacob mientras nos sentábamos de nuevo al lado de Lauren en la cama.
- Con mi hija, nuestra.... –recalqué y a él le agradó un poco.
- ¿Cuál es su nombre? –preguntó- Completo...
- Cameron Michelle Cabello... -respondí y él suspiró mientras movía un poco su cabello.
- Cameron Michelle Whitesides –replicó poniéndole su apellido- esa es la realidad.
- Bueno, se supone que le tengo que poner el apellido de su verdadero padre –dije encogiéndome de hombros y él asintió.
- ¿Tienes alcohol? –preguntó y yo me le quedé mirando algo sospechosa, ¿para qué?- Tenemos qué despertarla, porque no sabemos si es un simple desmayo.
- Ah –contesté y me levanté de la cama. Caminé hacia el baño y tomé la botellita con algodón y la empapé en ella.
- Espera –dijo antes de que yo me acercara- antes debo irme así no se pone de mal humor y comienza a decirme que me vaya.

Asentí y no sabía cómo despedirme de él. ¿Qué se suponía que hiciera? Jacob sin decirme nada se acercó y me abrazó. Yo estaba inmóvil, no sabía cómo reaccionar ante tal atrevimiento. Puso su mano en mi vientre y lo acarició levemente.
-Te veré mañana pequeña –susurró para mi hija-. Te extraño –susurró para mí y rozó levemente mis labios, haciéndome sentir a penas un cosquilleo en el estómago- Hasta mañana. Si pasa algo solo llámame –dijo mientras me entregaba su celular y lo ponía en el bolsillo de mi pants-. En los contactos se encuentra mi otro número.
- Bien –respondí y luego atrapó mis labios nuevamente haciéndome estremecer. Ahora mi estómago daba vueltas y las piernas me comenzaban a temblar. Sonrió entre mis labios y luego besó mi frente.
- Aún eres mía –susurró y me abrazó más fuerte-. Me voy –dijo y salió por mi terraza de nuevo.

Me quedé mirándole por un par de segundos o minutos más. No entendía cómo rayos había cambiado tanto. Bueno, tenía meses de estar solo y si había visto a su madre supuse que algún buen cambio hizo en él, pero aún no creía todo lo que él me decía. Solo que mi corazón mandaba y me decía que yo aún le quería, no, yo aún lo amaba. Pero era inevitable pensar en él de otra forma; seguía siendo el padre de mi hija.

Me acerqué a Lauren y rocé el algodon bajo su nariz y también en sus brazos. Me senté a su lado y acaricié levemente su mejilla mientras esperaba que el olor del alcohol hiciera efecto en su cuerpo. Su respiración cambió y luego toqué su frente y sonreí, parecía tan tranquila.

Lauren abrió los ojos y al verme se levantó de golpe y su cabeza dio vueltas haciéndola recostarse de nuevo, sonreí y me acerqué más a ella para poner mi frente en la suya.
-Ya se fue no tienes por qué ponerte así –susurré cerca de ella. Me rodeó con sus brazos y me atrajo más a sí, para poder abrazarla bien.
- Te estoy perdiendo –susurró en mi oído. Tragué saliva.
- No puedes perder algo que nunca has tenido Lauren –respondí y sus brazos se tensaron alrededor de mí. Cerré los ojos y ella suspiró afligida.
- Te quiero –susurró.
- Yo también –respondí automáticamente. No porque quería decirle lo que ella quería escuchar, era porque realmente la quería.

-¿Regresarás con él? –preguntó una vez que yo estaba recostada a su lado y ella acariciaba levemente mi vientre. Yo me encogí de hombros.
- No lo sé –respondí-. Necesito hablar primero con Austin.
- ¿Por qué con él? –preguntó y yo mordí mis labios algo nerviosa.
- Sabe convencerme o me hace ver las cosas desde un punto maduro y completamente diferente –respondí y ella me miró aún confundida-. Me dice lo que tú siempre me dices, de forma educada y amable, haciéndome ver las verdaderas razones de todo sin insultarme ni hacerme sentir como una idiota.
- ¿Yo hago eso? –preguntó inocentemente-. No soy buena con las palabras.
- No –respondí yo poniendo una mano en su mejilla-. No eres buena con las palabras.
- Debería de quedarme callada más seguido –susurró mientras veía hacia el techo y cerraba los ojos ante el tacto de mi mano.
- Sí, deberías. Tal vez así yo no te odiaría tanto –dije y ella sonrió apenada-. Pero te quiero más Lauren no te preocupes.

Nos quedamos calladas solo así, observándonos una a la otra. Ella puso su mano en mi vientre y me abrazó por allí, poniendo su cara en mi vientre haciéndome reír un poco. Comenzó a susurrarle a Cameron cosas que yo no podía entender. Ella parecía preocupada y además lloraba.

-No quiero perderte, no quiero que él nos separe –susurraba a mi hija- eres mía. Yo quería cuidarte, yo quería verte crecer, es más... quería ponerte primero mi blusita de gatos.
- Lo harás –dije rápidamente-. Si algo pasara, si de repente tengo qué entrar en parto. Te juro que tú serás la que vendrás conmigo.
-¿Enserio? –preguntó y sus ojos resplandecieron ante la idea.
- Claro –respondí- y serás quien que la verá caminar. Quiero que tú la veas.

Lauren sonrió y yo también lo hice. Verla feliz de nuevo era parte de mi misión. No sabía exactamente por qué me encantaba verla sonreír, pero lo añoraba cada minuto del día.

-¿Recuerdas... -inició- el beso que te debo?
- ¿Beso que me debes? –pregunté con una ceja levantada.
- Si, en el hospital dijiste que te podía besar si me podría levantar –asentí y luego reí bajito- no pude, y te dije que guardaría esa oportunidad para otro día.
- Sí, lo recuerdo –respondí.
- Quiero esa oportunidad ahora –pidió y se quedó quieta esperando mi respuesta, esperando mi afirmación o mi negación. Mordí mis labios y miré hacia todos lados, esperando que una señal me dijera qué hacer.

Me senté en la cama y ella también lo hizo, no sabía qué decirle, se suponía que era cierto yo se lo debía también. Pero Jacob ya me había besado y yo no sabía qué pensar.
-Bien, bésame entonces –dije al final.

Lauren lentamente se incorporó y se acercó a mí a gatas. Me le quedé mirando y ella a mí también, puso su mano en mi mejilla y con el dorso comenzó a acariciarla, mi cara involuntariamente se corrió hacia donde venía la caricia, buscando más de ella, acoplándose a la forma de su mano. Lauren se acercó más a mí y sus labios tocaron primero mi frente, luego bajaron lentamente a la nariz, y luego pasearon de una de mis mejillas a la otra. Mi respiración debido a la sorpresa y la inconciencia de lo que Lauren hacía me hizo estremecer. Sus labios por fin tocaron los míos, haciendo una leve presión en ellos y luego separándose de mí, para ver mi expresión, la cual no sabía qué tenía. Luego regresó a mis labios y comenzó a acariciarlos, dulce y suave, atrayendo los míos y saboreando su sabor. Su mano se corrió a mi nuca y me atrajo más a ella, haciéndome cerrar los ojos fuertemente y ella saboreó mis labios haciéndose paso entre mis dientes y encontrándose con mi lengua, con la cual jugueteó un momento. Sonreí algo curiosa, jamás me había besado tan descaradamente. Pero era tan linda, tan suave y tan tentadora que mis pensamientos comenzaban a nublarse. Mi respiración se mezclaba con la de ella. Lauren mordisqueó un par de veces mi lengua y susurró un: "Te quiero". Asentí y me besó dulcemente por ultima vez.
-Más –susurré y ella no lo pensó dos veces, sino que pegó sus labios de nuevo hacia mí y comenzó a besarme como la primera vez.

Yellow Shirt (Camren adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora