La explicación del médico había sido muy clara y él la entendió bastante bien; su cuerpo era un puto traicionero, tantos años cuidándolo para que cuando más lo necesita el muy... le voltee la situación y lo haga pasar por esto.
Y es que Harry ya no le disgustaba del todo; de hecho admitía que era atractivo, le había tratado bien y parecía un hombre respetuoso, tenía muchos puntos a favor para darse una oportunidad, estaba consciente de que para el noble sería sólo uno más en su cama, sin haber convivido con alguno de los habitantes de esa casa, no podía saber si existían otros "juguetitos" para el Alfa; en su naturaleza no estaba la sumisión y el conformarse con lo que la perra vida le tenía deparado, pero mirando a futuro no veía nada claro; igual y lo mejor era abandonarse a lo que era inevitable.
El calor lo estaba matando, y de seguir así, no dudaba que le diera algún paro cardiaco, las sensaciones en su piel eran demasiado intensas, el simple rose de la sabana sobre su piel le provocaba algo parecido a corrientazos eléctricos; los pezones no los podía tener mas duro y ya hasta le lastimaba si llegaba a tocárselos por error; dos días tenía soportando esos síntomas, creyó que las duchas de agua fría le calmarían, pero el remedio duraba apenas unos cuantos minutos, y ni hablar de su parte baja, podría asegurar que toda la sangre la tenía localizada en el pedazo de carne que se mantenía erguido en medio de sus piernas, a estas alturas masturbarse ya resultaba cansado y doloroso, y su entrada, la cual no se había atrevido a tocar, pero que sentía le punzaba y demasiado húmeda, al grado de tener que cambiarse los interiores mínimo cada dos horas, si Harry no se enteraba por los síntomas, seguro lo haría cuando las mucamas notaran todos los boxers manchados.
Imaginaba que para ese momento el médico ya le habría explicado a Harry sobre su condición y el Alfa correría a reclamarle, ahora que se encontraba tan necesitado y dispuesto, la buena suerte siempre se ponía del lado de la persona equivocada.
Y los minutos de espera se transformaron en horas, el suplicio se acrecentaba y el Alfa no aparecía ¿será que no le interesaba que estuviera sufriendo? ¿Pensaba dejarle ahí hasta que el calor le agotara? Conocía lo de los juguetes sexuales que servían para Omegas en celo, pero dudaba que algo así le ayudara en esos momentos, además de que no sabría donde podría conseguirlos ahora mismo, el médico fue muy claro, sólo se cortaría el celo al recibir el nudo de un Alfa y si fuese el que desencadenó aquella reacción, sería mejor.
-Nmn – gimoteaba respirando acompasado.
Tirado sobre el sofá, el fresco que entraba por la ventana le ayudaba a soportar con más dignidad, dudaba que pudiera caminar, es por eso que no había ido a buscar a Harry pidiéndole que... de sólo pensarlo la rabia le envolvía, ¿Por qué le pasaban esas cosas a él? No era la primera vez que convivía tanto tiempo con un Alfa, ya Simón les visitaba seguido para "amaestrarlos" aunque nunca les tocó sexualmente, pero Harrt tampoco lo había hecho entonces ¿Por qué?
La puerta se abrió lentamente y por ella entraba un Harry con el mismo semblante de siempre, Liam quiso mostrarse de la misma manera, pero no lo logró, cualquier movimiento causaba rose y los jadeos le salían solos.
-El médico me explicó lo que te sucede – apostilló acercándose hasta quedar a centímetros del sofá donde el castaño se había vuelto a recostar con los parpados apretados.
-No creí... que tardarías tanto en venir – murmuró con voz ahogada.
-Estaba pensando, tratando de encontrar alguna solución para que tu calor cediera.
-¿Acaso no te dijeron cual era el método más fácil? - preguntó sarcástico, sin dejar de respirar pausado.
-Lo sé, es sólo que no quiero...
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CUADRILATERO |Larry Stylinson|
Hayran Kurgu- Louis Tomlinson. – saludó con un asentimiento ligero de cabeza – mi nombre es Harry Styles, esta noche voy a derrotarte, y serás mío. -¿Estás loco? Tú eres mío, no voy a permitir que nadie más te ponga una mano encima. ¿Sería capaz de tomar a Loui...