Asesina 3

34 1 0
                                    

Cojeando lentamente por la nieve pero feliz, Ziora subió hasta el lugar por donde había resbalado y contemplo entonces la enorme distancia que había hasta el suelo.

"Es un milagro que halla sobrevivido. Si hubiera caído yo sola de seguro ahora estaría muerta, no creo que sea una casualidad, la propia Hidra paro mi caída, es una señal de los espíritus."

Con la poca comida que aun le quedaba colgada a su espalda en su mochila, regreso por la escarpada senda entre las ruinas blancas hasta el lugar donde la Hidra había atacado a Baldin y sus compinches. Ziora se dijo a si misma que no sentiría lastima si veía su cuerpo muerto, pero lo cierto es que el corazón le latía con fuerza, lo conocía desde hace demasiado tiempo y aunque la había intentado matar, Ziora no quería verlo muerto.

Pero no hallo ni rastro del muchacho ni de sus acompañantes, solo una gran mancha roja en la nieve parcialmente cubierta con nieve nueva. Tampoco había armas rotas, ni miembros amputados ni nada que delatase lo que había pasado hacia unas horas.

"Si hubieran sido animales quedaría algo, si hubieran sido gigantes las armas estarían en su lugar... ¿Habrán sobrevivido? Y de ser así... ¿Como lo habrán logrado?  Escuche como la Hidra los devoraba, aunque no gire la vista para contemplarlo."

Ziora sintió un escalofrió al recordar los sonidos.

Al cabo de un buen rato contemplando la nieve tintada de rojo en silencio, se giro y reemprendio la marcha hacia su hogar.

La vuelta fue mucho mas complicada que la ida, pues la herida de la pierna le dolía y de vez en cuando al realizar un esfuerzo o dar un salto se volvía a abrir y sangraba de nuevo. Era entonces cuando la joven cazadora se paraba y limpiaba la herida con nieve, después esperaba a que dejara de sangrar y aprovechaba para descansar un rato.

Cronicas ElementalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora