El Guardia de piedra 5

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Gaiadhara se despertó y se levanto de la cama a toda prisa. Había soñado que quitaba la gran tela y descubría esa cosa que su padre guardaba, y justo cuando la tela caía salían revoloteando un montón de mariposas y pájaros.

"¿Sera un regalo para mi?" Pensó la niña.

Se levanto y salio a la sala contigua a su habitación y se dirigió a la doncella.

-Ya estoy despierta.- Dijo simplemente.

La mujer llamo a un par de sirvientas mas y entre las tres le dieron de desayunar y la arreglaron, peinandola y vistiéndola con un traje de plata.

-Estarás muy contenta, hoy es tu cumpleaños Gaiadhara, te van a hacer un montón de regalos. Y han venido desde todas partes del imperio para asistir a tu cumpleaños.- Le dijo una de las muchachas.

Gaiadhara no le contesto solo la miro entre risas y después se tapo con un cojín la cara, juguetona.

Cuando estuvo lista, agarro al señor bigotes y salio corriendo al salón principal cruzando a toda velocidad medio castillo. Estaba todo lleno de gente de todas partes.

Habían elementales de tierra, con sus cuerpos anchos y su piel grisácea, elementales de agua, delgados y esbeltos todos ellos de color azul y con ojos de colores marinos, también elementales de fuego tapados hasta los ojos y rojizos, envueltos en llamas.

Y no solo elementales, también había elfos y humanos, algún que otro centauro y demás criaturas del bosque que habían venido a su cumpleaños.

Gaiadhara entro en el salón principal, y corrió a donde estaban sus padres, subió las escaleras y después se sentó al lado de su madre en el pequeño trono reservado para ella.

El día fue icreible. Hubieron actuaciones durante todo el día y Gaiadhara jugo y bailo hasta no poder mas, después hubo un gran banquete y todos los asistentes comieron y bebieron en armonía, las risas y la camaradería estaban presentes en cada una de las conversaciones.

Finalmente cuando el sol quería esconderse y el horizonte se volvió malva y naranja su padre se levanto y por la puerta apareció la enorme manta con su regalo oculto bajo ella.

Varios elfos la acercaban sobre una pieza de madera pulida con ruedas.

Gaiadhara, que estaba jugando con un niño humano, apuro su copa de agua y salio corriendo para ver que era el gran regalo.



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⏰ Última actualización: Sep 03, 2017 ⏰

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