La aventura

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Somos aves que todos los días despertamos con el ego, y nuestro vuelo es crucial para el aprendizaje. Nunca estaremos completamente preparados. Simplemente somos aquellos a quienes llamarán inusuales, los que muy pocos conocen y unos cuantos afortunados logran mirar y apreciar.

Nuestras metas son la cadena más grande de los perdidos del desierto, y avaricia para quienes viven en la oscuridad del mar...

Ninguna meta define si nuestro vuelo será afortunado o una desgracia escrita. Pero ¿para qué vivir en agonía, cuando todo el mundo duerme mientras unos cuantos exploradores escalan las ruinas de su mundo por querer quedarse mirando un amanecer que ya sucedió y que ya fue visto?

Otros son luciérnagas volando sin destino, pero con un corazón lleno de paz y un saco lleno de sabiduría, para que cuando el aire cambie de dirección, no se acobarden ante un cielo diferente, lleno de tantas estrellas.

Lo que los hace únicos es su forma simple de ver el mundo. Mientras unos miran montañas, soles por conquistar y conchas de mar por obtener, la luciérnaga ve eternidad en la naturaleza, luz en lo que muchos llaman oscuridad, y aprendizaje en los nuevos paisajes por descubrir.

Vivir con simplicidad, presencia y tranquilidad nos hace auténticos, sin perder nuestro aroma ni nuestra esencia en este mundo de cuervos perdidos y hambrientos de alcanzar sus cumbres en el abismo.

Vuelta al abismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora