La luz del sol despertó a Cris e inmediatamente le llegó el olor a café. Le encantaba tomar café negro por la mañana y Ale por supuesto, sabía eso.
Cris se levantó, se dirigió al baño y se lavó los dientes. Se puso una franela pues dormía sin ella. Y salió a la cocina.
Se detuvo en seco al llegar. Ale estaba de espaldas a él preparando el café y tenía puesto una de sus camisas. Le llegaba por los muslos, un poco más arriba de las rodillas. Era sexy. Cris la recorrió de arriba abajo con la mirada. Pasando por su cabello primero, recogido desordenadamente en una cebollita. Su sensual nunca. Su espalda.
Bajó más. La deliciosa curvatura de su trasero. Sus piernas tan torneadas. Hasta sus pies.Estaba descalza. Se veía tan apetitosa.
—¿Cris? —Cris levantó la mirada. Estaba tan embelesado con las piernas de Ale que no se dio cuenta que ella tenía su rostro volteado mirándolo.
Cris carraspeó.
—Buenos días.
—¿Quieres café?—preguntó Ale.
—Siempre.
Ale tomó una taza de café de una despensa que estaba arriba en la pared. Y en el proceso se le subió un poco la camisa. Cris tragó duro. Controló sus ganas de ir hasta ella voltearla, colocarla arriba de la alacena, abrir sus piernas y...
—¿Cris?
—¿Sí?
—Tu café... ¿Estás bien?
—Sí, lo siento.
Ale le dio una taza y tomó una para sí.
—Yo... Este... Lo siento por lo de anoche. Estaba ya sabes, estaba algo...
Cris la paró.
—Lo sé Ale. Solo olvidemos que pasó.
Ale asintió y acercó su taza a los labios. Cris se sintió un mentiroso. El nunca olvidaría su beso. Ni cómo Ale había movido sus caderas contra él. De alguna manera sabía que estar con Ale así; sería el cielo, la gloria. Pero no podía. Eso arruinaría su amistad. Y eso era importante para Cris. Por no decir lo más importante para él.
—Bueno yo... Me voy en un momento.
Cris no dijo nada, por lo que siguió un momento de silencio. Ale terminó su café y se acercó al lavaplatos a lavar la taza.
La taza casi se le cae de las manos, pues sintió unas manos en su cintura. Unas manos grandes y fuertes. Ale se paralizó y aguantó la respiración.
Cris se había acercado a Ale porque sencillamente no podía no hacerlo. Ni siquiera pensaba en lo que hacía. Solo sabía que quería tocarla.
La tomó por la cintura y acercó su rostro a su nuca. Inhaló su olor. Pasó la nariz por su nuca, como extasiado.
—¿C-cris? ¿Q-qué haces?
—¿Te lo pusiste?—preguntó Cris, ignorando sus preguntas.
—¿Q-que? —Ale casi no podía hablar. Cris estaba dándole besos es su cuello mientras acariciaba su cintura. Sentía su respiración allí y eso le causaba estremecimientos.
—¿Te pusiste el conjunto?
—No sé de qué hablas. —Pero sí sabía.
—Ese conjunto que compraste para Milán, ¿lo llevas puesto?
—N-no.
—¿Por qué no?
Ale no contestó. No quería contestarle. Ella no quería que supiera que realmente lo había comprado para él y no para Milán.
![](https://img.wattpad.com/cover/35115358-288-k881067.jpg)
ESTÁS LEYENDO
En ese momento, me enamoré
RomanceAlexandra Guerrero, o Ale como le gusta que la llamen. Abogada exitosa, tiene ehmm ehmmm TENÍA un encaprichamiento con su mejor amigo Cris, porque era solo eso ¿cierto? Un encaprichamiento. Cris Falcón realmente adora a su amiga. Llegó en el momento...