Capítulo 9.

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Después de pocos minutos, veo que entramos en un estacionamiento.

Me bajo del carro y al alzar la mirada veo una gran rueda de la fortuna justo frente a mi.

Recuerdo las veces que fui a ferias con mis amigos en Canadá, especialmente un otoño en el cual nos disfrazamos de payasos y corrimos detrás de los niños que se acercaban al puesto de algodón de azúcar. Algunos de ellos se empezaron a quejar, por lo cual los guardias de seguridad de la feria nos persiguieron por todo el lugar. Sonrío al recordar lo mucho que reímos mientras huíamos de los guardias.

Vuelvo a la realidad y veo que Niall me mira con cara extrañada y truena sus dedos frente a mi cara, tratando de llamar mi atención y riendo dice.

-Vamos a comprar las boletas.

-Ah sí, dale, vamos.

Compramos las boletas y entramos.

-Bueno, Alanna, ¿A qué te quieres subir primero? -Me dice y yo pienso la respuesta. 

-La montaña rusa suena emocionante.

Él hace una mueca y yo río.

-¿Te da miedo? -Le pregunto con tono burlón.

-Claro que no. No, ¿como crees? - Responde apresurado, lo cual hace que me ría aún más.

Lo agarro de las muñecas y mas o menos lo arrastro por el parque hasta llegar a la montaña rusa.

Empezamos a hacer la fila, nos subimos y veo que durante todo el recorrido Niall grita muy duro y mantiene sus ojos cerrados y apretados, no puedo parar de reírme.

Al bajarnos, miro a Niall con cara burlona y levantando las cejas. 😏

-¡Deja de mirarme así!

-¿Te asustaste mucho? -Digo aguantando una risa. Esto es muy chistoso.

-Ugh, olvídalo. Vamos a otra parte.

-Dale, vamos a otra parte, pero nunca lo voy a olvidar.

Él rueda los ojos y dice. -¿Qué quieres hacer ahora?

-Subámonos a las sillas voladoras de allá, dale vamos.

Y así pasan casi dos horas montando en todas las atracciones de la feria como el carrusel, carros chocones, entre otros.

La verdad, la he pasado súper bien con Niall, no creí que sería así, nos hemos reído mucho aunque casi no hemos hablado de nosotros.

-Tengo hambre, ¿Vamos por un helado? -Le digo.

Asiente y nos dirigimos al puesto de helados que se ve a lo lejos.

Yo pido un helado de mora azul y él de vainilla, y nos sentamos en una mesa que hay al frente. 

Se forma un silencio un poco incómodo, pero Niall lo rompe, cuando dice.

-¿Jugamos 20 preguntas?

Lo miro un poco extrañada pero acepto.

-Mmm sí... Empiezas tú.

-¿Cuál es tu libro favorito?

-¿En serio vas a empezar con esto?

-Ahí va tu primera pregunta y sí, supongo que por estar estudiando literatura debes tener mucho de donde escoger.

-¿Cómo sabes que estudio literatura?

-Ya vas 2. Sólo hice algunas investigaciones. Ahora, responde mi pregunta.

-No soy estúpida, sé que quieres que te diga mi libro favorito, para que digas  que también es el tuyo y finjamos ser almas gemelas.

Él deja escapar una pequeña risa que es casi inaudible.

-Bueno, te diré yo primero mi libro favorito, tienes que tener en cuenta que tal vez no lea tanto como tú, así que no puedes criticarme.

Sonrío un poco y asiento.

-On The Road de Jack Kerouac.

No puedo creerlo. Es el mismo que me gusta a mí, no puedo decirle ya que quedaría como una completa estúpida. Veo que me queda solo un poco de mi helado y se me ocurre una idea.

-Niall, acá va mi tercera pregunta. ¿Crees en los unicornios?

Hace una mueca muy exagerada y niega con la cabeza.

-¡PUES CREE! -Digo mientras le pongo el cono del helado en toda la frente y estalló a carcajadas.

-No acabas de hacer eso, me voy a vengar Alanna.

Cuando termina de decir eso, me paro de la silla y salgo a correr lo más rápido que puedo. Pero al parecer Niall es mucho más rápido que yo.

Él llega y me agarra por la espalda y cuando menos lo pienso tengo su cono de helado en la nariz.

-Já, ahora tú eres un muñeco de nieve.

-¡Niall no! Soy alérgica a la vainilla.

Niall detiene sus carcajadas, la expresión de su cara cambia totalmente a una preocupada y rápidamente con una servilleta empieza a limpiarme la cara mientras dice.

-Dios Alanna en verdad lo siento, no tenía ni idea. Debí preguntarte sobre tus alergias. Ahora me siento muy mal y culpable.

Cuando termina de limpiarme la cara, yo suelto una gran carcajada, no puedo creer lo que acaba de pasar, en serio se creyó lo de mi alergia.

-No eres alérgica a la vainilla ¿Verdad?

Al no poder responder por la risa, niego con la cabeza. Él entrecierra los ojos y me empuja un poco.

-Tenía que hacerlo, hubieras visto tu cara. -Digo aún riéndome.

Él se mantiene serio aunque igual sé que sólo está fingiendo.

-Está tarde, vámonos ya.

Asiento y seguimos caminando hacia el estacionamiento. Nos subimos y supongo que nos dirigimos  hacia mi casa.

Faltan unas cuadras para llegar, el camino en el auto ha sido muy silencioso pero es un silencio cómodo. Él solo canta muy suave algunas canciones que suenan en la radio. Puedo escuchar que tiene una voz muy dulce. No le digo nada para no volver incómodo el silencio.

Llegamos a mi apartamento y justo antes de bajarme, Niall por fin habla.

-Espero que la hayas pasado tan bien como yo, y espero también que esto se vuelva a repetir. -Dice muy sonriente.

-Tengo que admitir que no creí que  la pasaría tan bien como la pasamos hoy, y claro que podemos repetirlo, estoy segura que podríamos ser muy buenos amigos. -Imito su sonrisa.

-¿Podrías darme tu número? Así podríamos seguir en contacto.

-Claro que sí, pásame tu celular. 

Él me lo da, anotó ahí mi número, se lo devuelvo y finalmente salgo del auto.

Al entrar al apartamento, me pongo la pijama y caigo rendida en mi cama.

Bittersweet Tragedy {n.h}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora