Treinta y cuatro

14 4 0
                                    

XXXIV

Clara casi me arranca la cabeza cuando aparecimos en su puerta la mañana siguiente. Mhm, sí... Ella quería matarme.

Le presenté a mi hermana, y como era de esperarse, Gemma inmediatamente la sobrecargó con sus preguntas y comentarios inteligentes «Más bien imprudentes, diría yo»
Clara simplemente asentía y sonreía educadamente, fulminándome con la mirada a cada tanto.

—Bueno, Gemma, creo que Clara está a punto de explotar si dices una cosa más —interrumpí uno de sus discursos sobre mi cayendo de mi cochecito a los seis años—. Venimos a llevarla a dar un paseo por Central Park, no ha que me pusieras en ridículo.

—Tranquilo, Harry, que eso lo haces tú mismo —respondió con una sonrisa de suficiencia, tomó su bolso y antes de salir para esperarnos afuera, me guiñó el ojo. A ella le había gustado.

En cuanto estuvimos solos, atraje a Clara en un abrazo. «Por fin»

—Dos minutos —murmuró en un tono fúnebre—. Tienes dos minutos para explicarte. Habla.

—Upss...

—Harry....

—Ella me lo pidió.

— ¿Qué? ¿Por qué?

Me encogí en hombros, dándole una mirada inocente. Apartó la mirada, tallando su rostro y revolviendo su cabello.

—Harry, no puedo.

—Sí, si puedes... simplemente será un paseo, no conoceremos a la Reina Isabel.

—Más vale que eso sea sarcasmo, porque malditamente ya la has conocido.

worqIg

Words |h.s||pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora