Dos.

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II

Hace dos días que no escribo, pero tengo una buena excusa, en realidad.

El martes por la mañana desperté desorientado y con el corazón saliendo de mi pecho.

Había tenido el sueño más extraño de mi vida. Caminaba por la misma ruta que tomé cuando me perdí en New York y volvía a encontrarme con la linda chica, una y otra vez…

Nuestros diálogos se repetían y cuando quería agregar algo más, dentro de mi poca conciencia, ella sonreía, acariciaba mi mejilla haciéndome sentir un escalofrío subir por mi espalda  después todo se volvía negro y empezaba de nuevo.

«Debía haberla seguido cuando tuve la oportunidad», me reprendo ahora.

Y, dentro de todas las dudas que tengo ahora, hay una en especial, ¿Por qué lloraba aquella noche?

Entonces, querido diario, he ahí la razón de mi ausencia, «¿Debería preocuparme por ella?»

Words |h.s||pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora