Veintiséis

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XXVI

Por primera vez, después de tres años, me lamentaba ser cantante y tener que viajar.
Viajar significaba que debía dejar a Clara en New York e irme, muy lejos de ella.

—Uhm… —murmuró—. Supongo que algún día nos volveremos a ver.

Metió las manos en los bolsillos de sus jeans con fingida indiferencia, pero sabía que la separación le afectaba tanto como a mí.

—Tal vez… —la imité, quería ver hasta dónde podía mentir—. Puede pasar mucho tiempo antes de que volvamos de gira por aquí.

—Pero siempre puedes venir por tu cuenta, ¿no? Digo… a visitarme, o simplemente a ver la cuidad…

Sonreí internamente.

—Siempre volvería por ti, Clara.

«Siempre»

—Pasaré todos los días por aquel lugar.

Asentí, sabiendo a qué lugar se refería. Donde nos vimos por primera vez.

—Nuestro lugar.

De nuevo la cámara lenta sucedió, y vi cómo lentamente se ponía de puntitas, agarraba mi nuca y me acercaba a ella.

Tomé su cintura, besando sus labios desesperadamente. Tratando de poner todos los besos que no podría darle en uno solo.

«Cómo la extrañaría» 

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¿Les importaría dejar su voto? No estoy muy segura sobre seguir esta historia...

¡Gracias por leer!

Words |h.s||pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora