Hola querido Sourwolf, te he extrañado, ya sabes que uno como niño hace muchas cosas durante el día, en especial cuando no vas a la escuela y tu familia tiene un granja y te conviertes en un chico del campo. En fin, que más puedo decir, tampoco tengo amigos y Derek no cuenta como uno. Ya verán por qué. Después de aquella vez donde el muy creído quiso apoderarse mi cobija y nos castigaron llenando frascos de mermelada...
Estábamos en un silencio ornado de algunos cantos de pájaro en el exterior de la casa, por ahora estaríamos ambos solos, al menos en la cocina.
---Oye engendro -escuché a Derek decir deteniendo su tarea. Yo seguí con rostro serio, tal vez un poco arrepentido de haber recibido a Derek en mi casa-. Engendro -intento de nuevo, esta vez noté movimiento de su parte-. ¿Quieres que lo diga verdad? -Yo seguí vertiendo mermelada en mi frasco, incluso me moví de lugar, no quería que se acercase, porque, todo era su culpa, y aunque nadie lo sepa puedo ser muy rencoroso algunas veces-. No lo puedo creer... -suspiró y se puso las manos en las caderas-. Bien si eso es lo quieres lo diré... Stiles, Stiles, Stiles -repitió, sin embargo, yo no hice nada-. ¡Ya lo dije! ¿Qué más quieres? -interrogó y entonces se acercó peligrosamente a mí-. ¡Stiles!
---¿Qué quieres? -pregunté a la defensiva sin verlo, pero él es más fuerte que yo, me tomó del hombro y me giró con brusquedad.
---¡Quiero que me hables! ¡Tonto! -exclamó en mi cara haciendo relucir esos dientes enormes de su boca. Me sorprendió que lo hiciera, que viniera hacia mí y hablarme e incluso gritarme.
---Déjame -dije y me solté de él y hasta me atreví a empujarlo un poco, me giré a hacer lo que estaba haciendo.
---Pero, pero, mencione tu nombre -excuso conmocionado-. A ti te gusta que diga tu nombre ¿y ahora me vas a decir que no te gusta? Con eso debería ser suficiente.
---No lo es -sentencié de tajo.
---¡Stiles! -gritó esta vez mi padre.
---¿Qué pasó? -alcé la voz.
---¿Cuantos frascos te faltan? -cuestionó desde la sala.
---Diez -asegure terminando con uno de ellos.
---¿Qué tal tú Derek? -Pero Derek no hacía nada más que seguir viéndome con sus ojos penetrantes en la espalda-. ¿Derek?
---Me hace faltan treinta señor. -Derek cambió un poco el tono que había usado conmigo por uno un poco menos demandante.
Mi padre se rió un poco.
---Tal parece que Stiles te está ganando -exclamo el sheriff alegre.
---Sí éso veo -respondió Derek intentando sonar amigable.
---En cuanto terminen vienen conmigo tengo otras tareas para ustedes -ordenó mi padre.
---Sí sheriff -respondimos Derek y yo al mismo tiempo.
---Bueno -digo por último.
Derek no hizo nada más y por ahora ya casi terminaba con los frascos. Cuando terminé de hacer ésto, dejé todo en orden yo me encaminé a la sala, sintiendo como Derek no dejaba de verme.
---¿Qué pasa papá? -saludé a mi padre mientras él leía el períodico, sentado frente a la mesa de centro con una taza de café frente a él todavía humeante.
---Bueno, yo... se me hizo tarde -comentó curioso rascándose la nuca, dejando el periódico en la mesa de centro.
---¿Y luego? -pregunté un poco confundido.
---Pues tu madre me dejó algunas tareas que hacer, pero, no las he hecho... -explicó terminando susurrando-. Y quería saber sí tú podrías hacerlas por mí. -Era la primera vez que mi padre me pedía algún favor y tenía mucha duda respecto a mi respuesta, naturalmente lo iba a ayudar.
---Sí claro, ¿y qué es? -curiosé de todas maneras me tenia que decir.
---Bueno, es difícil, pero... tú, tú, tienes que recoger las manzanas de los árboles y también las moras -explicó y me miró con insistencia.
---Pues ya que -acepté, estaba a punto de hacer mi camino hacia la cocina de nuevo pero.
---Pero Stiles, es difícil porque aún no tienes la altura necesaria ni la fuerza -habló un poco alarmado y preocupado. Ni que se tratara de cargar costales de veinte kilos-. En cambio, Derek si posee ambas cosas así que deberías pedirle ayuda -repuso o más bien destrozó. ¿Pedirle ayuda a Derek? ¿Acaso estaba fuera de su cordura?
---Papá, Derek me lleva como por tres centímetros -comenté un poco ofendido.---¡Ya terminé! ¡¿A dónde está Stiles?! -Mi padre y yo oímos a Derek gritar éso. Y llegó corriendo hasta la sala-. Oh, aquí estás.
Sus cejas se levantaron y su boca se abrió un poco al verme ahí parado, tal vez creyó que estaba más lejos, en el campo. Y entonces Sourwolf, sentí que mis fuerzas se iban, se veía muy lindo con esa expresión.
---Que rápido eres Derek, llenaste treinta frascos de mermelada muy rápido. Le decía a Stiles que le ayudarás a retirar las manzanas maduras del los árboles, pero él es muy pequeño para hacer ésto sólo -decía mi padre al atento Derek que no dudó ni un segundo en aceptar.
---¡Claro que sí le ayudaré a Stiles en todo lo que pida! -exclamo y entonces se puso detrás de mí y me agarro por los hombros.
¡¡Casi muero Sourwolf!!
---Mira que entusiasta -opino mi padre con dicha, se levantó del sillón, tomó su chaqueta y se encaminó a la puerta-. Bueno, les encargo éso y Derek.
---¿Sí? -preguntó él.
---Cuida a Stiles -pidió mi padre.
---Siempre... -susurró aún detrás de mí.
¡¡ Definitivamente morí Sourwolf! ¡Tuve un paro terrible! Y claro, después éso me reanime a mí mismo. Y en serio fue raro, porque me odiaba pero me cuidaría siempre. Hasta a mi padre le pareció curiosa su respuesta.
---Me refiero a que lo cuidaré siempre, porque ahora somos como... familia... -intentó reponer, pero no sé, aún tengo mis dudas, sin embargo, mi padre resultó convencido y tal vez hasta un poco, conmovido en cierto grado.
---Que buen chico -exclamó mi padre en el marco de salida-. Que bien que trajiste a este chico y a su familia Stiles. -Mi padre seguía segurando que era buena idea tenerlos aquí, pero yo seguía pensando que no del todo, sí ya sé, que yo los traje pero el problema era Derek, y sí ya sé, los traje por Derek pero él es, la mayor parte del tiempo molesto. Menos en ése momento.
Me safé de Derek con sólo caminar, su agarre no era tan fuerte en mis hombros como para sujetarme bien.
---Oye niño, a dónde crees que vas sin mi? -reclamó iendo tras de mí.
Yo iba hacia la cocina para poder tomar los canastos y tal vez unos guantes de cuero que obviamente me iban a quedar grandes, cuando los tomé entre mis manos, por un momento volteé a ver a Derek, sus manos son más grandes que las mías, tal vez el sólo debería recoger las manzanas y yo quedarme abajo a acomodarlas en los canastos, pero debía aplicarle la ley del medio hielo, es decir hablarle, pero cortarte, sí Sourwolf, yo lo inventé y así se llama.
Sin decir nada aún sobre lo que yo quería hacer, tomé los canastos con mis manos, y empujé una par de ellos contra el cuerpo de Derek.
---Oye niño no seas grosero, pudiste haberme dicho que los tomara -reclamó de nueva cuenta cogiendo el par de canastos.
---Pues ya ni modo -dije con desaire y salí de la cocina por otra puerta que llevaba directo al campo, primero pasando por unos cuantos árboles de limón. El día era soleado y el cielo estaba por completo despejado.
---Oye Derek trae la escalera -ordené firme y seguí con mi camino hasta llegar a los árboles de manzana-. Bueno chico el plan es este, tú subirás a la escalera bajarás las manzana y yo me quedaré aquí a acomodarlas. ¿De acuerdo? -pregunté sólo para estar seguro, estando listo ya para llevar a cabo la tarea que nos encomendaron.
---En desacuerdo -respondió de mal gana-. Yo quería acomodar manzanas, no bajarlas.
---Pero tú eres mas alto que yo, tú deberías bajarlas -argumenté sin dejar mi tono militarizado.
---Tú no me mandas -retó con valentía y se cruzó de brazos.
---Repito que eres más grande que yo y podrías alcanzar manzanas que yo no podría -reclamé molesto acercándome un poco a él.
---Precisamente por éso, porque soy más grande que tú, yo debería darte órdenes a ti -argumentó, me cogió por la remera con ambos puños y me empujaba para atrás, mi espalda casi choca con el árbol, pero me liberé con coraje y lo empujé hacia atrás.
---¡No reclames que yo te salve el culo de las calles sujeto amargado! -En ése momento no lo pensé pero creo que me pasé de la raya.
---Este engendro... -susurró-. Y no soy amargado.
---Para que veas que no soy igual de terco y mal agradecido que tú, yo bajaré las manzanas. -En el fondo, muy en el fondo, creo que lo hice sólo para satisfacer su capricho. Acomodé la escalera en el tronco del árbol y subí por ella, recogiendo algunas manzanas.
---No soy un mal agradecido, además mi familia trabaja para la tuya -comentó desde abajo. En realidad no estaba muy alto el árbol, pero si era lo suficientemente grande para que yo usara una escalera.
---Tendrás que atrapar las manzanas -grité pues el aire, se soltó un poco el aire en ese momento.
---Engendro mandón -parloteó. Yo lancé unas manzanas una por una, y él las cachó con sumo cuidado y perfección-. ¡Esta manzana está podrida tonto! -Y sentí el impacto de aquél fruto podrido en mi cabeza, embarrando mis cabellos. Cerré los ojos, apreté los dientes y aguanté el coraje. Subí un par de escalones más y cogí una manzana realmente grande y brillante.
》 》 》
---¿Qué te pasó esta vez Derek? -preguntó mi madre preocupada. Todos estábamos en el comedor, ya era la hora de la cena.
---Una manzana cayó de un árbol y me golpeó la cara... Otra vez... -explicó y los adultos se quedaron no muy convencidos. En cambio Laura y Peter se estaban aguantando la risa igual que la última vez. De acuerdo, esta vez sí le había aventado una manzana en el rostro.
---¿Seguro? ¿Stiles te está pegando? -insistió mi madre.
---No, como cree él, no ha hecho nada como éso. -Sonaba, como si en realidad le estuviera acosando de esa forma.
---Está bien -Mi madre no estaba del todo convencida-. Pero si tienes algo que contar, puedes decirme a mí o a tu madre. -La madre de Derek asintió con la cabeza.
---Está bien -aceptó Derek continuando con su cena.
Y más tarde en mi habitación.
Yo ya casi me encontraba acostado, cuando Derek apenas venía para casi meterse a la cama.
---Cuántas veces tengo que decirte que tú vas de el lado de la orilla -reclamó molesto.
Yo tomé una cobija que ya tenía previamente doblada y la lancé al suelo.
---Dormirás en el suelo -sentencié mirándolo firme a los ojos-. Si quieres otra cobija para secarte tendrás que sacarla del cajón. -Me acosté y le di la espalda.
---También tengo derecho a la cama -demandó más baqueteado.---Desde ahora no. Mi casa, mis reglas amigo -sentencié.
Me acomode en la orilla de la cama, porque quería ver como Derek acomodaba sus cosas, y se quedaba dormido. Sólo una vez logre quedarme más tiempo despierto que él, y entonces note que se veía muy lindo con esa expresión sería y concentrada, pero al mismo relajado y descansando. Quería volver a ver éso.
Pasaron unos minutos cuando en medio de la oscuridad, Derek se levantó del suelo de madera, y se acercó a mí, de rodillas fenete a la orilla de la cama donde yo estaba acomodado de forma plácida.
---Stiles -habló.
---Qué pasa? -pregunté.
---Este, pues, yo quiero, proponerte algo. -Parecía que le estaba costando trabajo decir aquello-. La otra vez quería decirte pero, pero tu me interrumpiste y luego tu madre nos habló para cenar y ya no tuve esta platica contigo, pero...
---Basta de peros y ve al grano -ordené chasqueando los dedos.
---Tú y yo no funcionamos así como estamos, yo pienso que tú y yo, tú y yo de deberíamos, deberíamos ser... -Hecho un suspiro-. Yo pienso que tú y yo deberíamos ser más...
---Ser más que...
Bueno Sourwolf, me iré por ahora quiero, quiero comer algo. Tengo hambre y me duele la mano.Nota de Autor: este capítulo lo encontré por mis archivos, espero que les guste, y creo que la actualizaré el próximo martes así que estén pendientes. Feliz día ;)
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Himno Nacional
FanfictionDerek Hale acaba de llegar a Estados Unidos. Y conoce a Stiles el cuál tiene la misma edad que él. Durante la guerra civil de Estados Unidos. Ambos tienen doce años.