Sólo Tú y Yo.

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---Ya somos novios -repite feliz-. Ya somos novios. -Y sonríe.
Es tan mágico, y de repente se siente extraño, como si de pronto se avecinara una tormenta, tan silencioso, pero no quiero preocupar a Derek.
---¿Stiles? -pregunta él, se ha dado cuenta de mi preocupación.
---Qué... -exclamo recuperando la compostura, sólo lo suficiente para que Derek no sospeche más.
---¿Tienes algo? -Me observa con detenimiento en todas partes de mi rostro.
---Nada malo, estoy feliz. -Sonrio de forma natural, es verdad.
---Eres un niño con linda sonrisa -declara coqueto y creo que hasta tiene un toque pequeño de rosado en las mejillas.
---No te quedas atrás... -Volteo la cabeza hacia la pared por pena.
Toca mi barbilla y me gira la cabeza de nuevo. Otra vez recibo un beso casto. Puedo sentir todos los sentimentos de él hacia mí con sólo este roce tan sincero, que nunca esperé sentir de su parte.
La puerta se abre de manera estrepitosa, mi estómago se contrae hasta el punto de casi desaparecer.
---¡¿Qué carajos está pasando aquí!? -grita colérico mi padre desde la puerta.
Oh por Dios. No es cierto.
Derek se quita de mí por completo, se para en la cama y se pega a la pared más cercana queriendo desaparecer. Yo por mi parte no puedo evitar que todo mi cuerpo sucumba ante la presión y las lágrimas empiezan a salir de mis ojos.
---Papá, puedo explicar esto. -Me levanto de la cama con las piernas congeladas siendo golpeadas una y otra vez con martillos que las quiebran-. Lo juro, sólo...
Me quedo estático, todos están viendo detrás de mi padre, es decir, mi madre, la madre de Derek, Laura y Peter.
---¡Joder! ¡Yo qué te hice Dios! -grita mi padre realmente molesto, se jala los cabellos mientras da vueltas sobre mí mismo.
De pronto siento algo en mi espalda, me sacudo rápido, lleno de terror en todos mis poros.
---Soy yo Stiles -habla Derek sujentándome por los brazos.
---Derek... -Sus manos están temblando de miedo igual que yo.

---¡Escuchen todos! -exclama Derek llenando todo lo que puede dentro de él con valentía-. Yo estoy enamorado de este chico, y él de mí. -Se aferra a mi mano aún más fuerte-. No sé si es bueno, si estamos equivocados o lo que sea que piensen ustedes, no me importa, yo nunca lo dejaré...
Y sin que lo vea venir mi padre toma a Derek por la ropa y la lanza raudo hacia una pared con tanta fuerza que la madera se quiebra. Me quedo con los ojos tan abiertos ante la vista de mi Derek cayendo al suelo desde la pared. Mi padre se gira, y me ve. El se me va tan rápido de pronto.
---Y tú... ¿Él te hizo esto? Dime que lo hizo, que te ha obligado a besarle y estar con él de esa forma tan asquerosa -murmura conteniendo todo su cólera dentro de sí mismo. Cada pisada que da hacia mí contra la madera pálida y oscura, es como un paso más a la muerte. Está cerca de mí y mi llanto es cada vez más fuerte. Veo a mi mamá con súplica, pero ella está en shock, volteo a ver a la familia de Derek, se ven tan, arrepentidos de haber venido aquí-. ¡¡Contesta!! -ordena más fuere mi padre en mi cara llena de lágrimas.
---Papá... -Mi voz se quiebra demasiado. Volteo a ver a Derek, creo que está inconciente. Si él lo hizo por mí, yo también debo de hacerlo por él-. Yo... traje a Derek aquí, porque desde el primer momento que lo vi... -No termino, recibo una cachetada de mi madre, está en un río de llanto.
Me quedo hecho mármol, quieto, frío, sin expresión alguna, bueno sí, la de el dolor. Dirijo mi mano hacia mi rostro, justo donde he recibido un golpe de la persona que menos esperaba, de mi propia vida, de mi propia madre. Derek ve la escena sorprendido, al parecer no estaba desmayado.
"---Te amo hijo, y no importa qué pase nunca dejaré de hacerlo -habló mi madre."
Fue el día de mi cumpleaños trece. Mi corazón se está llenando de un líquido negro y espeso, que contiene enojo y traición.
---¡Salgan de mi casa monstruos! -mumura mi padre con tango odio remarcando sus palabras.
Derek, toma una mochila rápido, y mete ahí unas velas, la cobija y una almohada, después coge mi mano, y me jala lejos de la habitación, volteo un segundo, mi madre se ha desmayado, es todo tan rápido que de pronto ya estamos bajando las escaleras, rodeados de gritos y quejas, abre la puerta de salida y ésta se cierra detrás de nosotros de forma estrepitosa. Las voces dejan de oírse alto, se escuchan más bajo, pero todo es un desorden en contra de nosotros. No lo puedo creer. Nuestros zapatos pisan piedras y tierra en el suelo mientras caminamos, Derek sujeta mi mano muy fuerte. Ni siquiera tenemos a donde ir.
---¿A dónde vamos? -pregunto a mi novio que no deja de caminar.
---No lo sé... -susurra y de pronto detiene el paso-. No sé a dónde vamos a ir ahora... Stiles.
Derek se gira y me ve a los ojos, en sus ojos hay dolor profundo, me resulta demasiado para él y para mí, nosotros sólo no merecemos esto, nosotros sólo estamos enamorados, nosotros sólo queremos estar juntos. Pero desde un principio sabía que era imposible. De alguna manera siento que he madurado varios años y él también.
---Derek... -susurro y me acerco muy lento a él, evitando romperme en llanto pero es imposible, no puedo evitar sentirme desgraciado. Yo tuve la culpa, al verlo a él aquel lejano día mirando tan fijamente el firmamento hace un año.
---Stiles... -repite él y me aferra contra su cuerpo con fuerza, yo también lo hago, mis manos se confunden en su espalda, mis lágrimas humedecen su ropa, escondo mi rostro en su pecho y él lo hace en mi cuello.
Estoy llorando, muy alto, mi familia me odia, al igual que a de Derek la suya, incluso estoy pensando que...
---Oye... -murmuro a Derek.
---¿Qué pasa? -pregunta él sin moverse ni un centímetro.
---¿Me odias? -interrogo con miedo de que la respuesta sea afirmativa.
---¿De qué hablas? -Me despega de su cuerpo de manera rauda, me ve consternado a la cara, pone sus manos en mis hombros.
---Me odias ¿cierto? -repito con un cuchillo de dolor en mi corazón, casi terminando matándolo por completo.
---¿Acaso perdiste la cabeza? Por Dios niño. ¿Por qué te odiaría?
---Por mi culpa ahora nos han corrido del único lugar que teníamos para vivir. Por mi culpa nuestras familias nos odian. Por mi culpa se ha arruinado todo... -Termino de decir aún con lágrimas que parecen nunca acabar de producirse, es un diluvio que inunda mi mundo en perdición.
---Pequeño tonto, eres el chiquillo más hermoso, inteligente, gracioso que he conocido en mi vida. -Sus dos manos se pegan a mis cachetes-. No te odio, te quiero ahora más que nunca. No me dejaste sólo cuando tu padre te dio la oportunidad de poder salvarte el pellejo.
---Pero...
---Pero nada, nosotros somos más fuertes, te prometo que todo estará bien -repone-. Ahora deja de llorar, no me gusta verte llorar, o me harás llorar a mí también -comenta Derek con los ojos empezando a humedecer un poco, y liberan un sonido que me clama los nervios. Sus pulgares tocan la parte debajo de mis ojos y se deslizan con mucho cariño limpiando las lágrimas que escurrían por ahí.
---¿Sabes? Mira, tengo esta llave -dice y me muestra una pequeña llave de metal en sus manos-. Es de la escuela.
---¿De dónde la conseguiste? -pregunto consternado, tocando la llave con la punta de mis dedos, es brillante y plateada.
---Cuando me llevaron a la dirección la otra vez... -explica inseguro, tal vez porque robó algo-. Vamos a quedarnos en la escuela, ese es el plan ahora.
---Está bien.
La escuela no está muy lejos de nosotros, las calles están muy silenciosas para ser cuatro de julio, probablemente todos estén reunidos en el centro de la ciudad disfrutando de la festividad. El aire es tranquilo y frío, la ciudad de noche, es bonita, siempre y cuando Derek esté conmigo.
Llegamos a la escuela, la enorme puerta está cerrada, pero sólo una débil cerradura de frío metal oxidado la cuida. Derek intenta meter la llave, pero definitivamente no es esa.
---Mala suerte -susurra decepcionado.
---¿Y ahora qué hacemos? -pregunto viendo su cuerpo, espero que la mochila no le pese mucho, la cobija enredada adentro hace que ésta se vea más grande y llena de que lo en realidad está.
---No lo sé -murmura una vez con ese toque desolado que me estruja el corazón de forma cruel.
Me pierdo un poco su cabello, la luz de la luna hace que sea bastante más negro de lo normal, hay un espectro blanco que delinea su contorno. Un poco más arriba, veo un enorme árbol con fuertes ramas, una de ellas está lo suficiente grande y alta como para poder cruzar la barda de la escuela.
---Tengo una idea.
Se lo digo a Derek y en pocos minutos ya estamos escalando el árbol. Mis brazos y piernas apenas pueden sujetarse pero lo estoy logrando. A Derek no parece causarle ninguna molestia la textura rasposa del árbol y mucho menos parece esforzarse mucho. Finalmente como puedo, llego hasta la rama que deseaba, me asomo para poder ver mejor como está dentro, si salto, caería sobre un gran jardín de flores, es perfecto.
---Voy a saltar -digo sin tomarle importancia.
---¡No espera! -exclama Derek atrás de mí ya parado como puede sobre la rama. Creo que después de todo ésta no es tan fuerte, está empezando a crujir.

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