4 de Julio de 1864

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Hola Sourwolf, ha pasado mucho tiempo... Hoy es 4 de Julio de 1864. Esta todo el pueblo aquí en el futuro parque de la ciudad, se rumorea que se inaugurará por
Y de hecho ellos están parados ahí, a unos metros de mí, la princesa Paige y Derek. Con las manos entrelazadas, bajo la luz de las estrellas y los fuegos artificiales de la celebración, una luz blanca los alumbra en demasía y de pronto sin que me de cuenta, se están dando un beso. Ahora soy una esfera gruesa y dorada de vidrio explotando desde adentro lento y de manera estrepitosa, no puedo dejar de escuchar el sonido del reloj reloj de bolsillo que me regaló Derek en la Navidad pasada, nuestra primera Navidad juntos. Desde aquel día yo tuve la culpa de todo, de hecho esto no estaría pasando, si no hubiera hecho lo que hice ese día.
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24 de Diciembre de 1863
P.O.V. Stiles.
Después de la entrega de los regalos, él salió corriendo hacia el piso de arriba, yo lo perseguí pues se metió en el cuarto. Caminé lento, al parecer sólo había una vela prendida, me adentré en la media penumbra y la puerta se cerró, había sido Derek.
---En realidad, quiero darte otra cosa... -susurró quedito-. Dame tu mano.
Levanté mi mano lento, desde mi costado, pero sin dudar, cuando la tenía en un ángulo aceptable, puso su mano sobre la mía en forma de puño y después la abrió se sintió como un momento muy íntimo. Derek puso su mano sobre la mía, sentí un lago frío extenderse desde el centro de la palma de mi mano.
---Es... Bueno, ni me costó un dólar pero la intención es lo que cuenta, tú sabes. -Se rascó la nunca apenado-. Quiero que te lo quedes toda tu vida. ¿De acuerdo?
Su mano se despegó de la mía y pude ver un reloj de bolsillo con cadena.
---Siempre quise un reloj pero son muy costosos. ¿Cómo lo conseguiste? -pregunté anonadado mirando atento al reloj y luego a él.
---Cuando no me encontrabas, antes de eso lo vi por ahí y me desaparecí para que no sospecharas, entonces fui a comprarlo -confiesa. Eso pasó cuando salimos a comprar cosas aquel día navideño. Ambos fuimos al centro de la ciudad, y como ya había dicho, lo perdí de vista por unos momentos.
---Gracias. -Sujeté el regalo con mi mano derecha y lo guardé en mi puño.
Desaparecí la distancia entre nuestros cuerpos y lo abracé fuerte. Él escondió su rostro en mi cuello y correspondió a mi gesto. Nos quedamos así un buen rato, hasta que él levantó el rostro y me vio a los ojos, me esbozó una ligera sonrisa con sus labios. De pronto compartimos el mismo aire, mi último obsequio, un tercer beso suyo. Lo quise, me causó emoción pero... No lo sé, tal vez no era correcto, no, definitivamente no era correcto. A sólo unos centímetros de que se realizara el acto, me hice hacia atrás. Me miró con desconcierto.
---¿Qué sucede? -preguntó él arqueando las cejas, se veían más prominentes con las sombras causadas por la única vela en la habitación.
---No... -No podía decirlo-. No está bien que hagamos esto. -Lo miré con toda sinceridad. Él me soltó y se separó.
La expresión de Derek no me trajo una buena sensación, sino todo todo lo contrario.
---Todo el día estuve enojado... -susurró, se dio la vuelta y caminó un poco-, porque tenemos que ocultarlo en todos lados, porque tú y yo no somos nada más que amigos, y yo quisiera que no fuera así. Stiles yo te quiero -declaró y se volteó para verme-, no sé cómo lo lograste pero ahora lo hago y desearía poder demostrartelo sin tener que mantenerlo en secreto y me frustra eso. No estaba enojado contigo hace unas horas, estaba enojado con el mundo. Parece que lo nuestro es...
---Imposible -completé-. Y seria mejor que así se quede por el bien de ambos Derek.
Lo dije por las cosas que alguna vez dijo mi padre y porque según yo es peligroso que tengamos un romance así sabiendo que no está bien visto por nadie.
Sentí como todos los nervios del cuerpo de Derek se contraían dentro de sus músculos, parecía más pequeño y su mirada se había apagado por completo ante lo que había dicho. Él miró hacia todos lados, se pasó una mano por el cabello, pude observar su boca entreabierta y sus dientes de conejo. Abrió la puerta y salió del cuarto asotandola tan fuerte que brinque ante el impacto. Somos tan sólo unos adolescentes confundidos como para enfrentarnos algo tan grande como esto. Me quedé solo en el cuarto frío. Derek se acaba de declarar... Tanto lo había esperado y soñado, y al final, lo rechacé... Mi corazón se oprimió jalando mis pulmones ante el fresco recuerdo de su partida. ¿Qué había hecho...?
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Ahora mismo.
P.O.V. Stiles
Y desde entonces, pasaron seis meses en los cuales Derek y yo, nunca más hablamos, tenía que ir a la escuela, vestido en mi soledad, mientras que él y Paige conversaban, no dejé de tener contacto con mi amiga, pero ya no es igual que antes. Ellos dos se volvieron novios hace tres meses. Se suponía que tenía que ser feliz por ellos porque, se merecen, además de que nos salvé la vida a todos a costa de mi propia felicidad, pero no fue así, el brillo en mis ojos desapareció y ya no soy capaz de dar largos monólogos. Pero volviendo al tema principal. Estamos en el parque.
Estaría loco, diciendo que hasta puedo sentir sus sentimientos de cariño hasta aquí, pero es así, estoy tan celoso, tan triste, tan desesperado, tan enojado conmigo mismo. El viento golpea mi ropa fuerte, me pongo de pie, porque no puedo soportar esto, quiero gritarle a ella que se aleje, quiero golpearlo fuerte a él, pero no puedo porque la culpa de todo la tengo yo, yo lo rechacé primero y es una mezcla de impotencia en todo mi torrente sanguíneo que no puedo contener que las lágrimas salgan de mis ojos, calientes se sienten caminar rápido hasta mis labios donde puedo probar lo saladas que son, me limpio con la mano el agua salada de mi boca. Doy media vuelta, caminando rápido con los nudillos tan apretados que duele, mi bufanda sale volando hacia atrás en dirección a ellos, el aire juega con ella y ésta desliga de su ser mi aroma por todos los cuatro vientos. Recuerdo que en la tarde use bastante del perfume de Derek, en un estúpido intento de tenerlo conmigo de alguna manera.
El camino ha casa se hace horriblemente largo, las calles están oscuras y silenciosas, mis talones sienten el impacto contra el suelo lleno de tierra y piedras, me duelen. Al entrar a la casa todo está oscuro, puedo sentir toda la soledad azotar las paredes, me siento prisionero ante tanta violencia de tristeza hacia mí, es tan complicado, estoy enamorado de un chico, en esta época donde podrían hasta matarme por el simple hecho de hacerlo, y cuando tuve la oportunidad de poder estar con él, lo rechacé, porque tenía miedo, aún tengo miedo de que lo hubiera podido pasar. Simplemente creo que me quedaré aquí sentando, llorando por un amor que nunca sucederá. Es imposible...
Me quedo en el rincón del cuarto. Con las rodillas bien apretadas en mi pecho, y los brazos abrazando éstas con mucha fuerza para hacerme más pequeño en la habitación, si no me muevo nadie puede alterar esta soledad que se está convirtiendo en mi amiga del alma. Poco a poco me estoy quedando dormido sintiendo la humedad de mis lágrimas en mi pantalón gris oscuro. Es todo tan sereno, casi no hay ruido, es muy poco, es curioso porque creo que el silencio absoluto no existe en la tierra, el silencio del planeta también tiene voz, puedo oírlo, o tal vez sólo estoy perdiendo cada vez más la conciencia, quedándome dormido, mi cabeza se recarga en la pared que tengo a la izquierda, sobre la madera dura y ahora opaca de mi cuarto.
La puerta del cuarto se abre de forma hercúlea, hace ruido, y entonces, los vidrios del silencio se rompen en mil pedazos hechos añicos dolorosos, una luz naranja se prende de nuevo, y las aves de plumas oscuras vuelan lejos de mi cuarto. El sonido y la oscuridad desaparecen y me siento desprotegido, así que cierro los ojos con más fuerza y me aprieta imposiblemente más.
---¡Stiles! -suena una vez que podría reconocer en cualquier lugar de esta basta tierra.
Y de igual forma quiero poder reclamarle pero sería demasiado injusto. Todas mis emociones me llevan al centro de un torbellino que me presiona hasta que exploto y sin saber qué hacer me dejo llevar y sólo lo abrazo con todas mis fuerzas, mi pecho se presiona contra mis pulmones, siento como su ropa se arruga demasiado ante mí cuerpo, mis ojos se convierten en lineas casi invisibles apenas y dejan salir el agua salada de mis cuencas, apenas y emito unos gemidos muy bajitos, apenas el aroma de su vestimenta vuela hacia mi narices y apenas también percibo el horrible olor de Paige.
Mas éso no evita que Derek me abrace también con ganas y esconda su rostro en mi cuello, siempre que lo hace siento su aliento tocar salvaje mi cuello como muchas fibras moleculares de pasto fresco. Me estoy quebrando y mis lágrimas por fin caen raudas sobre la ropa. Oigo la única vela prendida caer y apagarse.
---Pude escucharte llorar desde donde estaba, tus pasos furiosos, el sonido de tu piel rechinando en tus manos apretadas, y sobre todo ese aroma que desprendías de la ropa, mi perfume mezclado con tus sentimientos. -Toma aire profundo- Y... No lo soporté, me quedé estático, detuve el beso con Paige, no es lo mismo. En cambio, cuando mis labios tocan los tuyas, puedo sentir que soy capaz de hacer de esto imposible, algo posible. Yo me separé de ti todos estos meses, sólo porque tú así me lo habías pedido, lo único que me tranquilizó para no caer en la locura es que dormimos en la misma habitación, y podía tenerte de esa insoportable forma. Pero ahora puedo volver a tocarte. -Pasa sus manos por mi cabello-. Hablarte y olerte. -Aspira fuerte por la nariz como si nunca jamás volviera a respirar.
---No sé qué hacer o qué decir Derek -susurro en medio del llanto.
---No digas nada -murmura y se separa un poco de mí, puedo ver sus ojos brillando de color amarillo, iluminamdo de nuevo la habitación.
Se acerca más, y nuestros labios se tocan por primera vez en seis meses, nuestro por fin tercer beso, el tacto es tan fuerte emocionalmente que mi aura se sacude con la suya en todas direcciones. Siento como nuestro lazo se une de nuevo, está desgastado pero digamos que bien. No dura mucho el contacto pero ahora siento que una cálida luz dentro de mi ser me ilumina, es una pequeña llama débil, pero lo suficiente fuerte como para mantenerme en pie mucho tiempo más. Es liberador y por un momento decido olvidarme de todo lo demás.
---¿Recuerdas lo que dijo el profesor aquella vez Stiles? -Me mira a los ojos de nuevo, y esta vez su mirada es roja, pero no me da miedo.
Entonces recuerdo el tema de una clase, donde Derek me distraía porque no dejaba que nuestros pies se separaran, los teníamos enredados, no puedo recordar muy bien qué era lo que decía el maestro, pero al menos puedo imaginar lo que es.
---Los adolescentes empiezan a tener cambios, principalmente en las cuestiones sexuales, por el aumento de hormonas, sus cuerpos cambian y sus deseos también -repito como leí alguna vez en un libro viejo de la escuela.
---En sí, soy unos años mayor que tú en cuestión de ser maduro, quizás dos.
---No te pregunté -comprendo lo que Derek quiere decir.
---Entonces besame de nuevo -pide en forma de súplica. Es tan promiscuo, es tan prohibido, es tan imposible, que lo hago y empiezo a tocar su cuerpo de más.
Camino hasta la cama, me acuesto ahí, sintiendo la tela suave en mi cuerpo, no quiero pensar en lo que sea que esté haciendo, sólo quiero dejarme llevar. Derek se pone a un lado de mí, como cuando dormimos juntos, me toca la mejilla con la mano, y entonces besa mi boca una vez más.
---Te amo -dice y se separa de mí para poder ver mi expresión.
---Somos jóvenes para amar de verdad -pienso, y quiero decirle, pero no quiero arruinar sus ilusiones, así que sólo respondo-: También te amo.
Nos quedamos viéndonos un buen rato.
---¿Y si damos un paso más? -pregunta con ilusión en la mirada, sus cejas se levantan atento, es como un perrito poniendo atención. Esa mirada, no podría negarle nada.
---Lo que sea... -Mi voz se acomoda con el silencio tan bien y me parece que sólo puede oírla él.
---Deberíamos ser novios... ¿Deberíamos? -pregunta indeciso, esperando mi aprobación.
---Tenemos que ser novios -afirmo, sin temor, mientras Derek y yo estemos juntos, éso no es más fuerte que nosotros. Ya estoy seguro.
Se pone encima de mí, me besa ahora más fuerte, parece que se ha vuelto loco, mete sus manos por debajo de mi camisa, y gruñe satisfecho al sentir el calor de mi cuerpo, le gusta, y entonces decide quitarme la remera, no entiendo lo que hace pero me estoy perdiendo porque me gusta mucho, pone su boca sobre mi cuello y se deja caer sobre mí por completo, siento un cosquilleo misterioso en mi entrepierna, no es muy intenso, aún no es lo que pienso, pero podría suceder si esto sigue así. Con los ojos puedo ver que sus manos tienen garras, es extraño, pero su boca toca la mía de nuevo y siento como la profana con sucio beso.
---Ha sido un beso de adultos -murmura y me da un cosquilleo en mi espalda ligero.
Derek se mueve mucho sobre mí, tengo una erección y no hace falta mucho para que llegue lo que pensaba, es tan intenso, tan extraño, tan misterioso, tan nuevo, que no puedo evitar respirar de forma muy agitada, mi cuerpo se retuerce porque siento un cosquilleo insoportable hasta las plantas de los pies, microexplosiones suceden en cada parte de mi cuerpo.
---Detente -chillo, y me sujeto a Derek con mucha fuerza de la camisa que él lleva puesta-. Oh santa mierda... -Fue tan fuerte que hasta tuve que detenerlo. Él deja de moverse y entonces, me doy un momento para pensar, ha sido muy misterioso, me provoca un poco de miedo, pero incluso así quiero poder sentirlo de nuevo. Me muerdo el labio en mi descanso. Derek me ve con su mirada roja, se nota satisfecho.
---Ya somos novios -repite feliz-. Ya somos novios. -Y sonríe.
Es tan mágico, y de repente se siente extraño, como si de pronto se avecinara una tormenta, tan silencioso, pero no quiero preocupar a Derek.
---¿Stiles? -pregunta él, se se ha dado cuenta de mi preocupación.
---Qué... -exclamo recuperando la compostura, sólo lo suficiente para que Derek no sospeche más.
---¿Tienes algo? -Me observa con detenimiento en todas partes de mi rostro.
---Nada malo, estoy feliz. -Sonrio de forma natural, es verdad.
---Eres un niño con linda sonrisa -declara coqueto y creo que hasta tiene un toque pequeño de rosado en las mejillas.
---No te quedas atrás... -Volteo la cabeza hacia la pared por pena.
Toca mi barbilla y me gira la cabeza de nuevo. Otra vez recibo un beso casto. Puedo sentir todos los sentimentos de él hacia mí con sólo este roce tan sincero, que nunca esperé sentir de su parte.
La puerta se abre de manera estrepitosa, mi estómago se contrae hasta el punto de casi desaparecer.
---¡¿Qué carajos está pasando aquí!? -grita colérico mi padre desde la puerta.

Nota de Autor:Hola amigos, pues otro capítulo, es pequeño, pero es suficiente. Gracias por no dejar de leer, y así. Un abrazo y hasta el próximo capítulo que tal vez sea el final, pero de la primera etapa de la historia. Lo iba a subir el martes pero tenía mis dudas sobre algunas cosas, pero bueno aquí está UuUr actualizo el miércoles que viene u/

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