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Para el momento en que Roth volvió al dormitorio, unos quince minutos más tarde, estaba calmada una vez más.
Sabía que tenía que aferrarme a lo que sentía. Sin embargo, no creía que Roth estuviese preparado para ese tipo de cosas, porque a pesar de que él era quien me buscaba, me observaba, era el que tenía el control, mis instintos me decían que las verdaderas y profundas emociones eran incomprensibles para él. Me deseaba, me quería poseer y tenerme. Me disfrutaba. Me apreciaba. Sí, usaba palabras como: "nena", "cariño" y "amor", pero esos eran términos casuales de aprecio, no declaraciones de amor ni nada de eso.
Alejé esos pensamientos y me acomodé mientras él dejaba una bandeja en la cama. Todavía estaba desnudo, y no podía quitar los ojos de su cuerpo, no podía apartar la mirada de su polla, que seguía siendo impresionante, incluso flácida. Quería hacerlo poner duro de nuevo sólo por el placer de verlo y sentirlo crecer en mis manos, pero mi estómago rugió cuando el aroma de nuestra cena golpeó mi nariz, anulando incluso mi deseo voraz por el cuerpo de Roth.
-No recuerdo que trajeras esto a casa -dije, agarrando un tenedor de la bandeja y empezando a comer.
Roth se sentó con las piernas cruzadas en el otro extremo de la bandeja, tomando el otro tenedor y llevándose un enorme bocado de pollo parmesano a la boca. -No lo hice -dijo después de haber masticado un par de veces-. Estaba tan centrado en nosotros volviendo aquí y desnudándonos que lo olvidé. Ese mensaje que envié antes era para Marco. Le pedí que nos trajeran nuestras sobras -Tomó otro bocado, y luego vertió el vino en una copa. Sin embargo solo había una copa y la llenó casi hasta el borde-. Marco me mataría por maltratar un vino como este, pero no me importa. La etiqueta del vino es para cuando estás en público.
Después de un gran trago, me pasó la copa a mí. Estábamos compartiendo una copa de vino. Algo acerca de eso me aturdió. - Bueno, ya sabes que me importan una mierda las etiquetas de vino - dije-. Quiero decir, si estoy contigo, voy a tratar de seguir tu ejemplo para así no avergonzarte, pero claramente no me crie con la misma clase de modales que tú.
Se encogió de hombros. -Sólo sé tú misma, Kyrie. No me importa si sabes cómo apreciar los vinos finos. Eso lo puedes aprender. Sin embargo, la belleza de tu alma es algo que no puede ser enseñado, y eso es lo que más aprecio de ti.
-Dios, Roth. Eso es tan dulce. Gracias -lo miré, dejando que algo de lo que sentía por él fluyera a través de mí y se fundiera en mi expresión-. Yo siento lo mismo por ti. Quiero decir, sí, tú eres el hombre más guapo y más sexy que he visto en mi jodida vida, pero cuanto más aprendo acerca de quién eres, más te aprecio.
Roth dejó el tenedor en el plato con mucho cuidado, inclinando la cabeza hacia un lado. Su expresión era inescrutable. -¿Tú... me aprecias? -Parecía aturdido-. ¿No estás... molesta por haberte reclamando como lo hice?
Negué con la cabeza. -No -Traté de sonar casual, así que hice una pausa para tomar un bocado de lasaña, lo mastique y lo trague antes de continuar-. Mira, estoy bastante en sintonía con mis emociones, ¿de acuerdo? Cuando descubro cómo me siento, voy directo al grano. Una vez que sé que me gusta algo, voy por ello. Y no lucho sintiendo algo sólo porque debe ser imposible o lo que sea. Sé que debería estar molesta por la manera en que me trajiste aquí y me reclamaste y lo estaba al principio. Pero... una vez que me rendí a jugar tu juego a tu manera, me di cuenta de que me gustaba. Ceder, obedecer tus órdenes, es... liberador. Es caliente. Nunca voy a ser una pequeña y tranquila sumisa. Obedecer no es algo natural para mí.
Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Soy fuerte, y soy independiente. Pero cuando te haces cargo y cedo, me divierto.
-Bueno. Me alegra -Tomó el tenedor, pero me di cuenta que aún estaba sumido en sus pensamientos-. Pero eso no explica el por qué me aprecias.
-¿No? Piensa en ello, Roth. Piensa en mí. ¿Habría llegado tan lejos contigo, cediendo, obedeciendo y dejándote hacer todas esas cosas conmigo si no confiara en ti? ¿Si no me gustaras ni disfrutara de ello?
Negó con la cabeza. -No. Por supuesto que no.
-Entonces, ahí lo tienes -Un par de bocados más, un trago de vino, y luego continué-. Me gusta el sexo. Me gusta mucho. Pero no tengo sexo sin sentido al azar. He estado con un par de tipos, como estoy segura de que lo sabes, pero nunca he sentido una conexión... de ningún tipo con ninguno de ellos. Sé que no es la gran cosa que decir o pensar después de lo que acabamos de hacer juntos, pero eso es exactamente el punto. ¿Todo eso? Todo lo que he hecho antes, todos los chicos con los que he estado antes... ninguno de ellos podría competir contigo. En ningún nivel. Esto -Señalé a la cama-, fue diferente a todo lo que he experimentado. Significó algo. No sé qué es, exactamente, pero lo hizo, y lo sé, y creo que tú también -Pero había una mentira ahí. Eso lo sabía.
-Tienes razón, por supuesto -dijo Roth. Luego tomó un largo trago de vino antes de pasarme lo último-. Creo que los dos tenemos mucho en que pensar.
Roth y yo habíamos comido una cantidad sorprendente de comida en poco tiempo, todas las sobras habían desaparecido y el vino se había terminado, también. Estaba saciada en todos los sentidos: mi estómago lleno, saturada sexualmente y con el corazón y la mente llenos de emociones poderosas manteniéndose en secreto por el momento.
Roth tomó la bandeja y la dejó en el suelo fuera de la habitación, y luego entró en el baño y abrió la ducha. Su cuarto de baño era aún más increíble que el mío. La ducha era un gran espacio de mármol oscuro y vidrio. Había un banco en el medio, con una ducha tipo lluvia de seis metros de largo incrustada en el techo, y chorros a lo largo de la pared también con el ángulo hacia el banco. Había una ducha de cuello largo más tradicional en una pared, que se encontraba por encima de los controles para el flujo de agua.
Observé a Roth desde la cama, disfrutando del juego de sus músculos bajo su piel firme, mirando su culo contraerse y relajarse en cada paso, el balanceo de su polla, sus bolas pesadas, sus muslos gruesos y poderosos, sus brazos largos y duros y sus músculos abultados. Giró una palanca en la ducha y ésta se prendió, enviando una corriente de agua hacia abajo sobre el banco. Giro otra palanca, y los chorros se prendieron, y luego ajustó una tercera palanca, para la temperatura, supuse. Apretó un botón en un panel fuera de la ducha; el baño se atenuó, y un juego de suaves luces multicolores se establecieron en el suelo y las paredes de la ducha se encendieron, jugando en las corrientes de agua, con carmesí, azul y verde. Un ámbar brillaba desde arriba y el púrpura se dirigió por el suelo.
Roth volvió a entrar en el dormitorio y me levantó en sus brazos.
Mientras él me llevaba al cuarto de baño le dije-: Realmente tienes algo por las duchas decoradas, ¿no?
Asintió. -Sí, supongo que sí. Una larga ducha caliente puede ser una cosa mágica, ¿no te parece? -Me puso en el banco y cerró la puerta de la ducha-. Si piensas que las duchas de este lugar son algo, deberías ver las de mi casa en Islas Turcas y Caicos.
-¿Tienes una casa en las Islas Turcas y Caicos? -le pregunté.
El agua estaba demasiado caliente, la corriente desde arriba me pegaba con una fuerza increíble, los chorros me pulverizaban por todos los lados. Roth se agachó y frente a sus pies sacó botellas de champú, acondicionador y gel de ducha, así como una esponja, todas las cuales estaban escondidas en algún tipo de compartimento integrado en el propio asiento.
-Sí -dijo, tratando de alcanzarme y jalándome para que me siente de lado en su regazo-. Además de este lugar, tengo casas en las Islas Turcas y Caicos, Londres, París, y otra en un pequeño pueblo en la costa mediterránea de Italia. Paso la mayor parte de mi tiempo aquí, ya que mi negocio está centrado en Nueva York, así que alquilo esas otras casas la mayor parte del año. Sin embargo siempre me quedan tres meses al año para viajar, así que mantengo mis otras casas abiertas y listas para mí desde septiembre hasta noviembre.
Entrelazó sus dedos en mi cabello y comenzó a masajearme el cuero cabelludo, poniendo puñados de pelo bajo el chorro de agua. Colocó el banco de manera en que, dependiendo de la dirección en que te inclinabas, pudieras obtener la chorro en la cabeza o en la espalda y no en la cara. Me apoyé en él, cerré los ojos y dejé que el agua caliente cayera sobre mi espalda, escuché a su corazón palpitante, disfrutando de la atención de sus manos sobre mí.
Colocó champú en el pelo, frotando mi cuero cabelludo y enjabonando mi cabello a fondo hasta las puntas, y luego nos inclinó hacia adelante para que el agua quitara el champú. Retrocedió de nuevo, y el agua corría sobre mi espalda, permitiendo a Roth trabajar con el acondicionador en mi cabello. Mientras que el acondicionador trabajaba, apretó la esponja en los chorros de agua, aplicó un poco de gel de ducha, y comenzó la depuración: en mi espalda, sobre mis hombros y mis brazos, en todas partes donde pudiera llegar, sin moverme.
-Muy bien, ponte de pie para mí -Se movió hacia adelante, y de mala gana me levanté.
Roth me lavó toda y luego comenzó a recorrer mi cuerpo con la esponja de una manera más pausada, prestando atención a mis pechos primero, levantándolos y arrastrando la esponja debajo de ellos, y luego sobre mis pezones. Incliné mi cabeza hacia el agua, y gemí de placer mientras el agua caliente pasaba por mi cara y espalda, y las manos de Roth vagaban por mi vientre y entre mis piernas. Ya había lavado allí, pero abrí mis piernas de todos modos y lo dejé recorrer la suave pero áspera esponja sobre mi piel sensible.
Mientras vagaba por mi cuerpo, agarré la botella de champú y enjaboné su corto y espeso cabello rubio, enredando mis dedos en él, hasta que apareció la espuma y después enjuague. Repetí el proceso con el acondicionador, y luego le quite la esponja, volví a aplicar el gel, y lo limpié de pies a cabeza, clínicamente al principio. Luego, una vez que estuvo limpio, hice lo que él hizo, lenta y suavemente explorar su cuerpo.
Empecé por sus hombros, frotando la esponja con una mano, y deslizando mi otra mano por su resbaladiza piel húmeda. No pude resistirme a besar a su carne, donde el agua había enjuagado el jabón, por lo que hice una cadena toques, refregaba primero, limpiaba con la mano, y luego lo besaba. Baje por los brazos, primero por uno y luego por el otro. Por su pecho, sobre sus pectorales, trazando sus contornos, luego hacia abajo, a sus abdominales, de rodillas en el mármol, restregando y besando hacia su definida V. Se puso tenso, pero intencionalmente ignoré su pene y sus testículos, eligiendo hacer mi camino por su muslo, sosteniendo la parte de atrás de su rodilla mientras besaba un lado de su pantorrilla y su pie, luego el otro tobillo y de regreso. Su rodilla. Su muslo. Su cadera. Apreté mis pechos contra él cuando llegué alrededor de firme culo, refregando cada mejilla y luego entre ellas. Alcé la mirada hacia él, abandonando la intención de lavarlo ahora que sostenía su culo.
Lo miré fijamente, respirando profundamente, comunicando una petición silenciosa con mis ojos.
-Estoy a tu merced, dulce Kyrie -Me miró, frunciendo ligeramente el ceño, con los ojos plagados de intensidad y emociones que no podía leer.
Lo sonreí, con una curva lenta desplegándose de mis labios. - ¿Cualquier cosa?
-Lo que sea.
Mi lengua salió a lamer el surco de sus abdominales, mis dedos clavándose en el duro músculo de su espalda. Apoyó sus manos en mis hombros, respirando profundamente, observándome. Me agaché por lo que mis talones se clavaron en mi culo, con mis ojos en su polla. Todavía estaba en reposo, colgando hacia abajo y curvándose un poco hacia un lado. Con mis manos, sin soltar la burbuja encantadora de su trasero, me incliné y le besé sus bolas. Un beso al principio, sólo un toque de mis labios, pero luego, cuando sus dedos se cerraron sobre mis hombros, abrí mi boca y extendí mi lengua para lamerlas, entonces tomé sus testículos en mi boca y los chupé suavemente. Él siseó, y sentí su polla, recostada través de mi mejilla, endureciéndose. Incliné la cabeza para que la longitud de su dura polla descasara en mi cara mientras chupaba sus bolas.
-Mierda, Kyrie. ¿Qué... qué demonios estás haciendo? -Nunca lo había oído hablar tan... fuera de control antes, y disfruté de la sensación.
-Todo lo que quiero -le dije, y luego tomé su bolas en mi boca de nuevo, chupándolas una vez, y retrocedí-. ¿Se siente bien?
-Sí. Tan bien.
-¿Quieres que lo haga otra vez? -Quería ver cuánto tiempo dejaba que dure esta inversión de papeles.
-Por favor. Sí.
Así que lo hice otra vez, y con cada toque de mis labios y lengua, sus bolas se apretaban y su pene se endurecía. Todo el tiempo, mis manos sostenían firmemente su culo, tanto para el equilibrio y porque me encantaba la forma en su trasero se sentía en mis manos. Y también, tenía planes para su culo. Planes sucios que probablemente le sorprenderían.
Cuando sentí su polla endurecerse a una semi-erección, lleve mi boca a su eje. Una larga lamida levantó la polla, y su cabeza en forma de hongo estaba en mi boca. La tomé y le di una suave succión, y luego retrocedí. Él gimió cuando hice esto, así que lo hice una vez más, lamiendo desde las bolas hacia la punta, haciendo una pausa al final, chupándolo para que gran parte de su longitud pudiera encajar en mi boca. Se puso más duro y grueso, y menos me podía tomar de ello, por lo que estaba casi a plena erección, su hermoso pene de pie, veteado y con la piel estirada, con la cabeza reluciente con mi saliva y sus bolas apretadas contra su cuerpo.
Miré hacia él. -Voy exprimirte, Valentine. Voy a tomar tu dura polla en mi boca y chuparla hasta que te vengas con tanta fuerza que no puedas ponerte de pie. Y entonces voy a seguir chupando.
Gruñó, con los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada.
Volví la cabeza hacia un lado y envolví mis labios alrededor de su contorno, lo lamí mientras deslizaba mi boca hasta la raíz y de regreso, teniéndolo en mi boca hasta que su punta golpeó la parte trasera de mi garganta. Me levanté, giré mi cuerpo hacia un lado, y me incliné sobre él, abriendo la garganta y llevándomelo aún más profundo. Gruñó, gimió y jadeó mientras yo retrocedía y luego lamía por el otro lado, agachándome por lo que mis talones tocaban otra vez mi trasero, y luego me doblé más para que pudiera tomar sus apretadas bolas en mi boca de nuevo. El siseo esta vez, y se convirtió en un gemido interminable cuando deslicé mis dedos en el pliegue de su culo. Una sola succión suave de sus bolas, y luego retrocedí hasta envolver mis labios alrededor de la cabeza. En el mismo momento en que chupaba con fuerza, deslicé mis dedos por su culo, los diez dedos rozando el nudo apretado de su trasero y músculos.
-¿Kyrie? -Fue un sonido áspero, con una pregunta confundida.
Me alejé lo suficiente para permitirme hablar. -Tú dijiste lo que sea. Quiero tocarte allí -Lo toqué con mi dedo medio, presionando-. Me gusta. Puede que a ti también.
-Mierda -Respiró hondo y soltó el aire-. Hazlo, entonces.
Me sentía mareada, emocionada. Era algo grande, increíblemente enorme que él me dejara hacerle esto, lo sabía. -Sólo relájate. Apóyate en mi pelo. Tira de él si quieres.
Hundió sus manos en mi pelo mojado, agarrándolo cerca de las raíces. Una de mis manos ahuecó su culo, y la otra fue al pliegue cerca de su muslo, mi dedo medio presionando contra su culo. Enterré su polla en mi boca, lamiéndola, retrocedí y lamí la punta, luego arremoliné mi lengua alrededor de la cabeza. Cuando de nuevo la enterré profundamente, maldijo en voz baja y aumentó la presión en mi pelo. Estaba tan grueso ahora que estiraba mi boca, y sentí cada pulsada de las venas de su pene, y supe que estaba cerca. Estaba tranquilo, su cuerpo esta duro como una roca, tenso, obligándose a permanecer inmóvil.
Levanté la vista hacia él, observando su reacción mientras trabajaba en mi dedo con más fuerza contra su culo. Su mandíbula se apretó con más fuerza, sus hombros se tensaron, y sus ojos se movieron hacia abajo para bloquearlos con los míos. -Puedes moverte, Valentine. Mueve tus caderas. Folla mi boca. Puedo soportarlo.
Su expresión se oscureció, su pecho se hinchó mientras tomaba una respiración profunda. Volví mi atención a su polla, pasando en un momento una fugaz mirada a él, alto y orgulloso y rogando en mi boca. Lamí la punta, y él se movió. Luego lo deslicé entre mis labios, y esta vez movió sus caderas, empujando descendentemente. Retrocedí antes de que tocara mi garganta, e inmediatamente lo saqué. De nuevo bajé mi boca sobre él, y mi movimiento acertó, tirando hacia atrás cuando lo hice. Empecé moviéndome, y él se movió conmigo, empujes bajos para que coincidieran con los míos, y ya puse un ritmo, mi dedo comenzó a palpitar contra su culo. Un gemido escapo, una tras otro, y luego mi dedo se deslizó sólo un poco, y masculló, maldiciendo.
-Jesucristo, Kyrie -Su voz fue un susurro desigual.
Tomó mi cabello en dos puñados y agarró con fuerza, aspirando y gimiendo echándose hacia atrás. Incliné su polla lejos de su cuerpo, así estaba empujando mi cara hacia su cuerpo, lo que permitía abrir mi garganta cada vez más profundamente. Empujé mi dedo en un poco más, y él no pudo contenerse, luego tiró de mí por mi pelo a su polla. Gemí, más para su beneficio que para el mío; las vibraciones lo hicieron gruñir y empujó de nuevo.
Retrocedí, sintiendo que él estaba cerca, y mantuve mis labios sellados debajo de la cabeza, succionando y presionando mi dedo dentro y fuera, apenas se movió en el primer movimiento del dedo medio, pero fue suficiente para que perdiera todo el control, empujando contra mí. Dejé que se moviera tan fuerte como él quisiera, pero me aparté de sus embestidas cuando él gimió en señal de protesta. Y luego lo bebí, tirando de él lejos de su torso y haciéndolas partícipe de mi garganta hasta que sus bolas tocaron mi labio inferior. Sentí un momento de triunfo ya que había tomado mucho de él.
Y entonces él tiró de mi pelo dos veces. -Me vengo, Kyrie - Retrocedí y chupe la cabeza de su pene, empujando lentamente-. Quiero venirme en tus tetas.
-Mmmm-mmm -Seguí moviéndome sobre él, sosteniéndome de su culo y dejando que mi dedo fuera dentro de él.
Gruñó con frustración, pero luego lo sentí contraerse y el latido de su polla, finalmente sentí un tirón. Se vino con una explosión de calor y un salado sabor en mi lengua. Lo chupé y tragué el primer chorro, y luego lo escupí. Alargó la mano y apretó mis tetas juntas, deslicé mi puño por su longitud, acariciándolo mientras salía un segundo chorro de su polla. Vi cómo un poco corría por la pendiente de mis tetas y se deslizaba entre ellas, arrastrados por el agua aun escurrida, caliente, pero tibia ahora. Me moví sobre él, aplastando su polla entre mis tetas, y empujó hacia arriba, esperando a mi boca, disparó un tercer chorro que vino a mis labios y la lengua. Moví mi dedo profundamente en su culo, y maldijo, echando la cabeza hacia atrás, arqueando la espalda, tomando mi dedo medio. Balanceó sus caderas, empujando su polla en mi boca, y sentí otro chorro de viniendo de él, y luego otra más, menos esta vez, y luego arqueó la espalda y movió sus caderas en pequeños empujes rápidos. Chupé cada pequeño espasmo de su pene, sujetándolo aún contra mí con una mano en su nalga. Tome la punta con mi lengua y la ordeñé con mi boca hasta que supe que ya no quedaba nada, y luego seguí chupando, meneando la cabeza y succionando tanto como pude.
Finalmente, se tambaleó hacia atrás, tirando a sí mismo de mi agarre. Lo dejé ir y me levanté, observándolo mientras se recostaba contra la pared de la ducha. Me sentí poderosa. Este era un hombre siempre perfectamente calmado, un hombre que se enorgullecía de su autocontrol y moderación, y yo simplemente lo había reducido a un jadeo. Con calma, me eché un poco de gel sobre los dedos y me lavé las manos, la cara y las tetas, y luego me acerqué a él y siempre tan atenta froté su entrepierna.
El agua iría bien ahora. Roth me miró durante un largo momento, luego dejó escapar un largo suspiro y pasó junto a mí para ir por agua. Toallas gruesas estaban apiladas en un cubículo construido en la pared justo fuera de la ducha, y Roth sacó una y la envolvió a mí alrededor, con el ceño fruncido, y una expresión indescifrable, sus paredes emocionales estaban de vuelta. Me limpió secándome de pies a cabeza, suave y profundamente, y luego lo hizo con él. Cuando ambos estuvimos limpios, me tomó en sus brazos, vaciló como si estuviera dándose valor y luego me llevó al dormitorio.
-Podría haber caminado, lo sabes -Lo observé, sin saber de su estado emocional, de sus pensamientos, de lo que había sentido con respecto a mi pequeña demostración de control.
Estaba un poco impresionada conmigo misma. Nunca había hecho nada de eso antes. Quiero decir, claro, que había dado un montón de mamadas antes, eran un rigor del sexo y el noviazgo. Pero nunca había tomado a un chico hasta el fondo antes, nunca pase tanto tiempo y esfuerzo en asegurándome de que llegara tan fuerte como sea posible. Y ciertamente nunca toqué el culo de un chico antes. Realmente no podía creer que me dejara hacerle eso. Pero lo hizo. Y había parecido que lo disfrutaba, cediendo.
Dar sexo oral siempre había sido sólo parte del proceso, algo que hacer como parte de las relaciones sexuales. Si un hombre me preguntaba, y me gustaba, lo haría. Si me sentía realmente bien con él, voluntariamente lo hice varias veces. Pero nunca realmente lo disfruté. Quiero decir, cualquier mujer lo hace, pero, ¿cuando tiene una polla gigante empujando contra su garganta? Probablemente no. No muchas, por lo menos. Pero lo que acababa de hacerle a Roth...
realmente, realmente me gustó. Me encantó la sensación de poder, tener el conocimiento de que pudiera hacerle venir y perder el control. Me encantó hacer que se sienta bien, dándole ese placer.
Después de que me dejara en la cama, Roth se apretó la toalla a la cintura. -Espera aquí -Se pasó la mano por el pelo en un gesto agitado, luego salió de la habitación sin mirar atrás. Me pregunté entonces si había ido demasiado lejos. Había tomado el control y había sido demasiado abierta acerca de mis sentimientos por él, a pesar de que no le había dicho todo. Pero, ¿había sido demasiado clara? Si lo había sido, ¿lo había espantado?
Sólo habían pasado unos segundos antes de que Roth regresara, trayendo un paquete de seis de Stella Artois, un abridor de botellas, una rebanada gigante de un cheesecake rociado con chocolate, y un tenedor. Al entrar en la habitación, me bajé de la cama, pase mis dedos por mi pelo, y tiré la toalla al suelo.
-Vengo trayendo regalos -dijo con una sonrisa.
-Sabrosos regalos -Me senté con las piernas cruzadas en la cama junto a él, en un ángulo hacia él.
Abrió la parte superior de dos cervezas, me entregó una, y tomó un largo trago de la suya. Lo imité, bebiendo profundamente de la botella. Cuando bajé la cerveza, el sostenía el tenedor a mí, y tenía un bocado del cheesecake.
-Mierda, esto está bueno-le dije.
Había tratado de que me dejara tomar posesión, pero seguía sin lograrlo. Afortunadamente, a Roth no parecía importarle. Si lo hacía, él nunca había dicho nada acerca de ello.
-Mmhm -Asintió con la cabeza en acuerdo, y luego se tragó su bocado-. Sí. Es de Eliza. Alguna receta secreta.
-Esa mujer es una hacedora de milagros.
-Exactamente -dijo, dándome de comer otro bocado.
El silencio se instaló entre nosotros, largo y cómodo. Roth me dio de comer entre largos tragos de deliciosa cerveza, y cuando terminé el mío, abrió otra antes de que incluso pidiera otra botella.
Terminamos el cheescake y estábamos cerca de nuestra segunda cervezas cuando Roth finalmente se encontró con mi mirada. -Lo que hiciste en la ducha... fue... increíble. Dejar que lo hicieras a tu manera, sin embargo... eso fue un gran desafío para mí -Apartó la mirada-. Dejar que me tocaras como lo hiciste, fue aún más difícil. Nunca he dejado que nadie me haga eso antes. Tú... me desafías, Kyrie. En todos los niveles.
-¿Por qué me dejas, entonces?
-Has demostrado tanto valor, tanta voluntad y entusiasmo, incluso con todo lo que te he exigido. No sé, y realmente no quiero saber nada de todo lo que has hecho antes... o por qué no lo has hecho. Te lo dije, sólo te veía y quería protegerte, para saber más de ti. Nunca averigüe sobre ello, así que no estoy familiarizado con los detalles de tu historial sexual. Y no me importa entrar en ello ahora, ni en la tuya ni en la mía. Sólo quiero que sepas que estoy muy consciente de lo que te pido, y el hecho de que tú nunca me hayas negado nada significa mucho para mí. Darte el control en la ducha... eso fue... sabía que tenía que darte el control, porque no podía exigir algo de que yo no podía dar.
Le sonreí. -Bueno, si me tienes que dar el control, sin duda elegí una forma divertida de hacer ejercicio en ti, ¿no?
Se rio entre dientes. -¿Divertida? Eso es un infierno de eufemismo. No fue sólo una mamada, eso fue... algo más. Algo mucho más.
-¿Te gustó, entonces?
-¿Si me gustó? -Se me quedó mirando-. Kyrie... mi mente estaba totalmente nublada. No sabía que podía sentir de esa manera, o que pudiera venirme tan fuerte.
Me estremecí de placer. -Bueno. Eso era lo que quería hacer. Sin embargo, no puedo garantizar que vaya a ser como antes cada vez que lo haga.
-¿Cada vez?
Asentí con la cabeza. -Sí. Quiero decir... habrá una próxima vez, ¿verdad?
No respondió de inmediato. -Eso depende de ti. Voy a tomar lo que quiero de ti, cuando quiero. -Su mirada era caliente, enganchada con la mía-. Me voy a despertar en medio de la noche con mi polla dentro de ti. Te tomaré en la pared del garaje, y en cada uno de mis coches. Te tomaré en la isla de mi cocina y en el escritorio de mi oficina, y en el cuarto de baño de un concierto con tu vestido alrededor de tus caderas y los talones alrededor de mi cintura. Pero lo que no voy a tomar de ti es el sexo oral. Eso te lo dejo a ti.
-Estoy a bordo con eso -le dije, terminando mi segunda cerveza y aceptando una tercera.
Sonrió. -Bien -Levantó una ceja-. ¿Qué parte, sin embargo?
Me encogí de hombros. -Todo eso. Sobre todo, el sexo en todas partes. Nunca he hecho el amor en cualquier lugar que no fuera una cama. Bueno, eso no es cierto. En un coche una vez, y fue difícil e incómodo. Así que ya sabes que puedes tomarme en cualquier lugar, en cualquier momento, simplemente... no delante de la gente. No soy exhibicionista.
Roth me frunció el ceño con sorpresa. -¿Y yo lo soy?
Me eché a reír. -No, obviamente no. Sólo estoy... aclarando.
-No hay problema en ese aspecto, Kyrie. Podría tomarte en un lugar público, pero nunca de una manera en la que estarías avergonzada. Sólo lo suficiente para que sea... arriesgado, y por lo tanto aún más emocionante.
El subtexto de esta conversación no pasó desapercibido para mí. Estábamos hablando, sobre nuestros planes de conquista sexual, una futura relación.
No estaba segura de que esto implicaba emocionalmente, a él o a mí, pero aun así fue una actividad muy interesante. Me gustaba obtener lo que pudiera de Roth, por el tiempo que él diera por mí. Todavía estábamos en nuestra primera noche completa de sexo junto, y ya era la vida increíblemente fantástica, fuera de este mundo.
-Cambiemos de tema -dijo Roth-. ¿Qué tal una película?
-¿Veremos películas desnudos? -Sugerí.
Se echó a reír. -Como si te hubiera dejado ponerte la ropa.
Me puse de pie. -¡Vamos, entonces!
Negó con la cabeza. -¡Vuelve aquí! -Dejó el plato y el tenedor sobre una mesa junto a la cama, luego sacó una Tablet.
Tocó la pantalla para prenderla, y luego tocó una serie de botones. Una pantalla bajó de la pared en frente de su cama, escondida en un hueco en el techo. Miré hacia arriba y vi que el proyector también estaba oculto, el único indicio de que una pequeña pantalla se escondía en el techo. Roth tocó otro botón, y la pantalla de la Tablet cambió a mostrar una cuenta de Netflix, y tecleó rápidamente el título de una película, lo seleccionó, y le puso play. En el momento en que había terminado esto, el proyector se puso en acción, y en cuestión de segundos comenzó la película. Él había elegido una comedia romántica, algo divertido y ligero. Apoyé las almohadas contra la cabecera y me dispuse a ver. Roth salió de la habitación sin explicación, mientras que los créditos de la apertura comenzaban, y regresó unos minutos más tarde con otro paquete de seis. Yo ya estaba un poco borracha, pero me tomé una cuarta cerveza y bebí despacio, y estaba abrazada a Roth cuando la película comenzó.
A mitad de la película, me sentí flotando, mareada, caliente, feliz, y con sueño y agradablemente borracha. Roth tomó mi botella vacía de mí, la dejó a un lado, y se deslizó hacia abajo en la cama, sosteniéndome contra su pecho.
-Debí haberte advertido que casi nunca termino las películas - murmuré-. Siempre me quedo dormida.
-Está bien-dijo-. Es por eso que estoy aquí. Sólo relájate.
-Pero... es tiempo de película desnudos -No tenía sentido que cayera bajo el hechizo del sueño.
Se echó a reír, sentí una risa retumbar más que oírla. -Espera a ser despertada muy temprano, entonces.
-Oh, Dios. Quiquiriquí.
-¿Estás borracha? -Sonaba divertido.
Asentí con la cabeza de manera descuidada. -Soy una especie de peso ligero.
-Es bueno saberlo.
-Emborráchame mientras estoy despierta la próxima vez. Me excito locamente cuando me pierdo. Especialmente si me das tequila. Un tequila, dos tequilas, tres tequilas hasta el fondo, excepto desnuda. El tequila hace que tu ropa se caiga... -Busqué en la toalla alrededor de su cintura, deslicé mi mano bajo el borde, encontré su piel caliente-. Mira lo que encontré.
Tiró de mi mano, y la colocó sobre su pecho. -Eres ridícula.
Asentí con la cabeza, y sentí la mezcla embriagadora de alegría, somnolencia, y de Roth su cuerpo duro y limpio aroma estaba tirando de mí. Me fui por voluntad propia.
Mi último pensamiento antes de dormir fue, podría estar enamorándome de este hombre. Tenía la esperanza de no haberlo dicho en voz alta, pero era cierto.

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