Mostrárselo, ¿Cómo mostrarle a el chico al que amas tu verdadero ser?, no lo sabía y lo tenía que averiguar si no, no me dejaba, quería con todas sus fuerzas saber todo de mí, conocerme por completo cueste lo que cueste para así él estar seguro que confió en él y no lo temeré
Terminamos de desayunar en silencio, yo no paraba de darle vueltas a la cabeza la última palabra que había dicho y casi se me cae el tazón de cereales cuando me puso las manos en los hombros y me beso en el cuello, le pase mis manos por su cabello y nos quedamos así un buen rato hasta que caímos en la cuenta que había que subir escaleras.
No podía mostrárselo, lo quería demasiado para dejarlo escapar, que me cubra con sus brazos, tan fuertes que me sienta protegida, no podía dejar eso y menos a él, verlo dormir plácidamente a mi lado, sereno y tan calmado me hacía culparme por haberlo dejado entrar en mi mundo y más dejarlo ser parte de mí.
Ser amigos era una cosa pero novios era otra, si le digo que si a lo de ser pareja tendré que dejar que vea todo y había partes oscuras que mejor que no salgan a la luz pero si no las sacaba se iría de mi vida para siempre, ni amigos ni novios, no seremos nada de nada
Me levante a hurtadillas y busque en el armario hasta dar con una pequeña caja negra, negra como lo que esconde dentro, la deje en la cama y me fui, no quería despertarlo para enseñárselo, cuando se despierte que lo vea por sí mismo y que me juzgue.
Me juzgarían como todos y se marcharía sin decir nada de nada, lo veré salir por la puerta con mirada de miedo y sin despedirse ni siquiera, la mera imagen que se me pasa por la cabeza de verle irse me hace sentir mal y correr a por la caja y guardarla de nuevo en lo más profundo del armario pero tengo que contenerme y dejar que la abra
Escuche unos pasos bajando las escaleras, me puse al instante tensa y nerviosa, lo primero que vi fue su bolsa de viaje antes que a él, cuando lo vi me levante para salir de allí y no ver como se marchaba pero se detuvo enfrente mía, entre sus manos sostenía el cuaderno y ese cuaderno que escribí durante años y que me ayudaba a recordar que hago daño a la gente, casi lo tenía terminado, solo le faltaba una hoja y largarse
- ¿Es verdad esto? – dijo incrédulo
- Si, ya puedes marcharte, no te lo impediré – dije bajando la mirada
- ¿Pensabas que me iba por leerlo? No, me acaban de llamar tengo que estar en República Checa antes de lo previsto pero tu vienes conmigo
Fue hacía la papelera y arrogo el cuaderno en ella para después quemarlo, verlo quemarse me aliviaba, era como si me quitaran algo malo de mi y no lo iba a dejar que vuelva
- Este cuaderno me da igual, se cómo eres y quiero que estés conmigo, no te voy a dejar escapar
Era lo más bonito que me había dicho nunca, lo mire algo sorprendida pensando que esto era una broma y se iba a ir de mí ya mismo pero no, esto era la realidad, la pura realidad y esto estaba pasando
Lo cogí por el cuello y me levanto del suelo, lo quería con todo mí ser y él también, no podía creérmelo, lo bese como nunca lo había hecho, incluso mejor que la noche anterior
- Eres mía, princesa – dijo antes de llevarme a el sofá