Capitulo 33

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Ese restaurante me trae muchos recuerdos, el mejor regalo que me ha podido hacer es llevarme allí, era un lugar familiar para mí y para él, allí nos conocimos por primera y desde ese día no parábamos de venir aquí, nosotros solos sin entrar pero quedábamos en la puerta

Entrar allí, recordar ese olor a comida rica, me produjo una nostalgia bonita, Marc lo noto y me rodeo entre sus brazos para que supiera que a él también le produce esa nostalgia

Nos sentamos en la misma mesa donde nos conocimos, el propietario nos reconoció y nos reservo esa mesa en particular, era un hombre de edad media, con entradas y con ese carácter que siempre ha tenido, amable y bueno con los niños

- Valla han vuelto los que me rayaron todas las mesas mientras corrían de mi

- Hola señor Benito ¿Cómo está usted?

- Mas viejo para volver a las mismas travesuras que hacíais vosotros – dijo riéndose, acordándose de ese día – pero gracias a vosotros tengo una salud buena y me fijo más en los niños cuando vienen – me guiño y se fue

Marc me miro y después se agacho para mirar si aún seguía la marca que dejamos en aquellos tiempos

- Aún esta, la marca, no ha cambiado las mesas en todos estos años

- Pobre, ahora con mi edad me acuerdo y me siento mal por haberlo hecho

- Nena no te sientas mal, no las he cambiado porque cuando las veo me recuerda a vosotros, siempre juntos, unidos, jugando por todo mi restaurante, dabais una frescura que aun no he conseguido reemplazarla – dijo señor Benito, que venía de regreso con los primeros platos

- Seños Benito le tengo que dar las gracias por no haber abandonado este restaurante, hoy al entrar me ha encantado recordar ese día y todos los que estuvimos aquí

Me dio un gran beso y un abrazo y me regalo una rosa, "No todos podemos recordar esos momentos, no olvidaros de ellos", me daba un poco de pena aquel hombre, su mujer murió a temprana edad por una enfermedad y desde entonces no ha tenido novias, solo a sus hijos pero ya se han hecho mayores y cada uno tiene su vida

Al terminar la mesa y de estar un rato con el propietario para recordar viejos recuerdos, Marc me llevo a un descampado para mirar las estrellas y dar por finalizado esta noche tan fantástica

- Esto es para ti, mi niña, mi amor

Me entrego una cajita con estampados de rosas, dentro de ella había una pulsera con abalorios, cada abalorio significaba un recuerdo, un recuerdo de nosotros juntos, no podía dejar de mirarlo, Marc me ayudo a ponérmelo

- Marc es precioso, muchas gracias, te quiero mucho

- Un bonito regalo para la más bella...Y al absoluto y horrible horror de perder a tu mejor amiga porque fuiste lo suficientemente estúpido para enamorarte de ella.

- Marc tu no me has perdido como amiga, siempre lo seré, pero ahora te veo como mi novio y eso no cambia nada

- Lo sé mi pequeña, siempre lo supe y siempre lo sabré...

VeranosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora