♦ Capítulo 2 ♦

205 8 8
                                    

♦ So you hear my heartbeat? ♦

Capítulo #2


Tres toques en la puerta de mi recamara y mi madre avisando que la comida estaba servida del otro lado de la pared, sin preocuparse por abrir la puerta, me despertaron de la ligera somnolencia en la que parecí entrar mientras esperaba la cena. Me quedé acostado con los ojos abiertos, queriéndose cerrar de nuevo hasta que me senté para espabilar y salí hacia las escaleras en modo automático.


Cuando bajé estaba mi padre ya instalado en la punta de la mesa, mi madre se apuraba en poner y traer cosas hacia él, sirviendo, y mi hermano estaba en su habitual lugar del comedor. Ambos con sus celulares sin mirarse ni el uno al otro ni a mi madre ni a nada más, básicamente.

Escuché a mi padre saludarme mientras me acercaba, en ese segundo en la que una nueva presencia atrae las miradas. Contesté sin voltear a verlo e ignoré a mi hermano que me seguía con los ojos mientras caminaba hacia la cocina para ayudar a mamá a servir la cena.

— Ven a sentarte, Gerard — casi me exigió mi padre con un suspiro pesado. Me atareé en llenar una jarra de agua y al ponerla en el centro de la mesa para seis personas, que ocupábamos entre cuatro regularmente, me dirigí a mi padre

— Estoy ayudando — le dije, mirándolo por primera vez a la cara — Así comemos más pronto.

Pasaron algunos minutos más mientras mi padre se tragaba su coraje y yo seguía agarrando y llevando cosas de la cocina a la mesa, que estaba casi lista en la mitad del tiempo — No te preocupes hijo, ve a sentarte yo puedo — me pidió mamá en un murmuro con la mirada baja, tratando de quitarme los cubiertos que sostenía, como claramente llevaba un rato queriendo hacer.

Como de todas maneras estaba todo casi listo, no dejé que me quitara los cubiertos y los acomodé sobre cada mantel de cuero negro que utilizábamos para proteger la mesa de madera, tomándome algún tiempo extra colocando los que le tocaban a mi padre, fastidiándolo a propósito, y pasé a sentarme junto a mi hermano esperando a que mi mamá terminara de servir los platos.

Mi familia siempre había sido machista y conservadora de la manera más cínica posible, era un pan de cada día. Al no haber ninguna otra mujer en la casa, pues no teníamos hermanas, el deber doméstico recaía en mi madre quien aceptaba de buena gana o al menos disimulaba su cansancio muy bien. A veces mi hermano y yo lavábamos nuestros platos si nos servíamos algo entre comidas o invitábamos gente a la casa, pero normalmente nunca se nos obligó a hacer nada, nunca tocábamos escobas y ni hablar de cocinar.

Lo peor es que no era cosa solo de Donald, mi padre, un señor crecido que cumplía cabalmente con el estereotipo de padre de familia inapetente americano; gordo, con pérdida de cabello, lentes para su vista desgastada por los años de trabajar como maestro de química en la misma universidad. Él ponía reglas y creía cosas, y en nuestra vida familiar siempre fui el único que se resistía a ellas. Por eso me gritaba frente a todos y me hacía quedar como la oveja negra, no porque en verdad fuera un problema, sino porque todos se pondrían de su lado tal vez por temor a un conflicto o tal vez porque esa era la costumbre.

Tampoco era que nos prohibieran todo lo referente a labores domésticas, mi hermano podría haberlo hecho si quisiera — que no quería —, porque él practicaba soccer en la escuela y coleccionó tarjetas de baseball cuando tenía 9 y su habitación olía mal con ropa por todo el suelo. Él escondía revistas para adultos entre su ropa interior y se ponía nervioso hablando con chicas, no sabía bailar ni dibujar, escuchaba Anthrax y Iron Maiden y a veces le gustaba tocar el bajo. Se peinaba con cera y siempre vestía en el mismo formato con camisas holgadas y jeans del mismo corte todos. Era un adolescente normal, que ocupaba las conversaciones durante la comida con sus historias repetitivas e infladas de presunción — según yo, también fantasiosas, que aunque nunca lo veía jugar eran difíciles de creer enteramente — sobre sus prácticas de soccer.

Heartbeat Hearie [Frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora