Cuenta atras

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Nada más abrir los ojos Herman noto dolor en todo su cuerpo, el ejercicio echo el día anterior le estaba pasando factura. Trato de estirar sus maltrechos músculos y ahogo un grito, incorporarse aquella mañana iba a resultar más difícil que nunca. LA tienda de campaña parecía llorar, las sombras de los palos se proyectaban sobre el suelo y la falta de luz causada por las nubes que cubrían el cielo confería un aire tétrico a la estancia. Un escalofrió le recorrió el cuerpo, tenía un mal presentimiento, su intuición le decía que algo malo había ocurrido “si mi intuición me hubiese dicho esto cualquier otra mañana en este horrible bosque también habría acertado” pensó Herman “Es mejor no darle vueltas”. Poco a poco se vistió, había estado ahorrando un par de pantalones y una camiseta completamente limpios para el último día. Nada más abrir la cremallera de la puerta el estudiante escucho algo, bueno más bien no escucho nada, un silencio completo que parecía hacer más ruido que cualquier mañana bañada por el sonido de los animales del bosque y el agua del arroyo, pero aquella mañana era diferente, el viento no soplaba los pájaros permanecían en sus nidos el rio bajaba lentamente por la montaña. Tan desconcertante era el ambiente que Herman tardo unos minutos en percatarse del macabro escenario que había en el centro del campamento. Tanto Bisune como N permanecían inertes en el centro del campamento, parecían sentadas como cualquier otro día con las piernas cruzada y una sonrisa en la cara, pero la misma calma que envolvía el bosque también las envolvía a ellas, sutiles movimientos como el parpadeo o el movimiento del pecho al respirar de los que normalmente no nos percatamos pero cuya ausencia es fácilmente perceptible. Aquella falta de movimiento y un fino hilo de sangre que se deslizaba por el cuello de ambas mujeres fue lo que despejo las dudas de Herman, estaban muertas. Con tristeza pero con arrojo y sin dar importancia a la lagrima que le bajaba por la mejilla, se hizo con el hacha y se dispuso a enfrentarse a el asesino a la única persona a parte de él que quedaba con vida, andar se le hacía difícil no ya por las agujetas de las que se había olvidado sino por la certeza de estar acercándose a un monstruo, la distancia entre ambas tiendas nunca había sido tan larga y por desgracia o por alivio para el no tuvo que recorrerla entera, Sara con las manos vacías y en alto, aun en pijama salió de la tienda, el miedo le paralizo y no fue capaz de emitir ninguna clase de sonido.

-Normalmente, si esto fuese una película, ahora te contaría el porqué de todo te explicaría como lo hice y, después de que dijeses una frase ocurrente, acabarías conmigo- Dijo Sara con un tono sin altibajos suave y dulce, más propio de quien canta una nana que de quien ha matado a tanta personas.

-No lo entiendo, te conozco desde hace años, ¿Por qué? –Trago saliva-eran tus amigos porque les hiciste aquello- Limpio sus ojos repletos de lágrimas- Ellos te querían…

Sara empezó a avanzar y por muy irracional que pudiera parecer y a pesar de estar armado con un hacha Herman retrocedió, no era la chica que tenía ante sí la que hacía que sus piernas temblasen sino la imagen que poco a poco había construido del asesino al que tanto temía.

-¿Por qué no?¿ Acaso alguno de ellos era realmente una buena persona? Uno era alcohólico, otra quería cuitarse la vida, otra hablaba mal de sus amigos a las espaldas… Es cierto que no parecen razones suficientes para matar a alguien pero bueno, a fin de cuentas, yo quería hacerlo y ninguno me dio ninguna razón para no acabar con ellos- A pesar de estar hablando Sara continuo andando.

Sujetó con fuerza el hacha, aquellas eran las palabras de una loca no de una persona cuerda, dejo de caminar, no quería pisar los cadáveres de sus amigas y ya no tenía miedo, sencillamente había asumido la locura de Sara.

-Algunos asesinatos no encajan, ¿cómo lo hiciste? Habla ahora, y elige bien tus palabras serán unas de las ultimas que vayas a pronunciar-Afirmo acercándose a su antigua compañera

-Mira Herman no tengo intención de explicarte lo ocurrido, sencillamente te montaste una paranoia con la letra de Bisune, cualquiera podía haber imitado otra letra, ella ingenua confiaba en mí, me abrazaba y se sentía segura cuando sentía que estaba cerca. Corre en dirección al bosque, te daré 5 minutos antes de salir en tu busca- Según hablaba fue esbozando un sonrisa.

Herman no se molestó en responder alzo el hacha y se dispuso a asestar un golpe que acabara con la vida de aquella mujer, pero, cuando se disponía a atacar volvió a notar un pinchazo en la espalda, en un principio pensó las agujetas que tanto lo habían molestado aquella mañana. Trato de bajar los brazos pero el pinchazo que había sentido se estaba convirtiendo en un insoportable dolor que lo destrozaba por dentro, soltó el hacha, no podía aguantar su peso. Notó otro pinchazo esta ven en la cadera, cayó al suelo entre gemidos

-Se abre el telón y aparecen tres burros uno subido en cima del otro, ¿Cómo se llama la película? ¡Triburron!

Frente a él como un fantasma que volvía del más allá N se alzaba con una sonrisa de oreja a oreja. “Debí comprobar el pulso” pensó Herman mientras se palpaba la espalda. Una lágrima cayó por su mejilla, sangre, toda su espalda estaba cubierta de ella.

-¡Sorpresa!-Exclamo N sacando una daga cubierta de sangre.

La excitación y el nerviosismo de N contrastaban con la calma y la sangre fría de su compañera.

-No sufrirás, será rápido, es tu premio por llegar hasta el final-Explico Sara

Herman trato de ponerse en pie pero resbalo y se fracturo la nariz contra el suelo. Había asumido su propia muerte, si no moría desangrado lo haría a causa del ataque de aquellas dos psicópatas. Mientras Sara se acercaba a él Herman dedico sus últimos pensamientos a Natalia y sus parpados cayeron como una fría puerta de hierro que nunca más volvería a ser abierta.

-¿Que haremos con este?-pregunto N sonriente.

-Lo dejaremos muerto en el suelo, frente a su asesino si no la historia no resultara convincente- Explico su compañera.

Homo Homini LupusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora