Encerrados

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-Álvaro, Álvaro...

Álvaro abrió los ojos y vio como Lorca le zarandeaba.

-¿Ya es la hora de levantarse? Qué raro no he oído la música- Balbuceo Álvaro.

-Es que aun no ha sonado la música- Explico una voz al otro lado de la habitación.

Álvaro se puso en pie. Todos sus compañeros estaban despiertos, algunos se estaban vistiendo mientras que otros todavía no habían empezado. Cerca de la puerta estaba el chico al que había pegado Ricardo: Unai.

- Todavía queda una hora para que suene la música pero necesitamos tiempo para prepararnos- Explico Unai.

En cuanto Kevin vio el ceño fruncido de Álvaro dedujo que no sabía de qué se trataba.

-Hoy no vamos a ir a las clases vamos a cerrar el pasillo que conecta nuestros dormitorios con el resto de la casa y vamos a permanecer encerrado el resto del día-aclaro Kevin- No sé cómo no te has enterado ayer en la cena repartieron papelitos avisando a todo el mundo.

Álvaro suspiro, aquel folio lo había convertido en un pato de papel, no se había molestado en leerlo.

-No tienen derecho a tratarnos como lo están haciendo- Afirmo Unai.

-¿Y qué vamos a comer? La comida que nos dan es mala pero por lo menos es comida- Pregunto Álvaro preocupado.

-Ahora mismo vamos a bajar a la cocina a coger tanta comida como nos sea posible ¿Vienes?-Pregunto Lorca.

Álvaro asintió y se vistió tan rápido como pudo.

-¿Ya estás?- Pregunto Gabriel, que también les iba a acompañar a por comida.

-Un segundo- Respondió Álvaro mientras se ponía las zapatillas.

Una vez todos estuvieron preparados se reunieron en el pasillo con los demás compañeros que iban a bajar a por comida, en total  unos 17. Al final del pasillo, antes de las escaleras que bajaban a la sala principal, estaba Unai de pies encima de una silla lo que sumado a su gran estatura le hacía resaltar entre todos los alumnos, Álvaro dedujo que había sido el quien lo había organizado todo.  Unai silbo y las conversaciones cesaron inmediatamente, todo el mundo le prestaba atención. Unai carraspeo y comenzó su discurso:

-Chicos tenemos que bajar ahí abajo a por comida, coged tanta como podáis, coged cosas como paquetes de galletas y no como melones que la verdad, no nos valen para gran cosa, id en silencio o se despertaran los profesores ¡Animo que este es nuestro viaje de estudios debemos pasarlo bien!

Después de escuchar a Unai todos bajaron tan silenciosos y rápidos como pudieron y, tras recorrer un par de pasillos, llegaron la cocina. Álvaro miro a su alrededor y sin pensarlo 2 veces se apodero de un cesto lleno de fruta que había cerca suyo, con la otra mano cogió un par de barras de pan y subió. Todos subieron corriendo de vuelta a las habitaciones,  esta vez fueron más rápidos y menos silenciosos que antes. Cuando Álvaro volvió a la zona de los cuartos dejo la comida junto a la de los demás en una habitación en la que no dormía nadie. Álvaro contemplo el botín que entre todos habían logrado y volvió a su cuarto sin parar de reír.

-¿De qué te ríes?-Le pregunto Ander.

Álvaro decidió que lo mejor era enseñárselo así que agarro a Ander y lo llevó al cuarto de la comida. Ander contemplo la sala: A la izquierda había fruta algo de pan y embutidos pero más de la mitad de la sala estaba ocupada por decenas de botellas de distintos tipos de alcohol. 

-¡Álvaro!-Grito una voz desde el pasillo- Coge tu colchón que hay que tapar la entrada.

Álvaro se asomo al pasillo, y vio a Kevin con su colchón a cuestas.

-Me sujetas un rato el colchón, quiero ver con cuanta comida contamos, es que he dejado la comida de los primeros y no he visto todo el botín junto- Explico Kevin.

Álvaro miro a Kevin y a la masa de botellas de alcohol.

-Solo hay pan frutas y algo de embutido nada interesante- Comento Álvaro mientras cerraba la puerta de la habitación.

Kevin se encogió de hombros y siguió su camino. Álvaro volvió a su cuarto, cogió el colchón y lo llevo a las escaleras. Luego fue de vuelta a su cuarto pero antes de llegar descubrió a sus amigos en otra habitación. Estaban sentados alrededor de un poster publicitario, en el se podía ver a dos personas besándose el de la derecha con traje y con un secador de pelo en la mano y la otra con un traje indio y sosteniendo una aspiradora.

-¡...como va a ser una chica, si se nota que los dos son tíos!- Exclamo Kevin señalando a las cabezas de los 2 personajes del poster.

-Pues a mí me parece que la que va vestida de india es una mujer- Comento Álvaro sentándose en un hueco libre en el círculo.

-Claro porque lleva una aspiradora, ¡Dios que machista eres!- Le increpo Bisune.

Álvaro se quedo en blanco, no había querido decir eso para nada, al final decidió no responderla, total daba igual lo que él dijese, aquella chica tenía algo en contra suyo.

La mañana paso rápido, los alumnos, a medida que pasaba el tiempo, fueron apoderándose de las botellas de alcohol. Álvaro seguía hablando en el mismo grupo que antes cuando Unai se asomo por la puerta.

-¿Alguien que no haya bebido y quiera echar una mano? Los profesores se han levantado y, al no conseguir derribar la muralla de colchones han decidido negociar con nosotros- Explico Unai.

Aunque no eran los únicos que no habían bebido solo Lorca y Álvaro se molestaron en levantarse y seguir a Unai a la muralla de colchones. Unai también había traído a otros 4 alumnos de otras habitaciones.

-¡Ya estamos!-Grito Unai para que los profesores le oyesen desde el otro lado- ¡¿Que trato nos ofrecéis?!

-¡Si salís ahora no os haremos nada, si decidís seguir ahí os cortaremos la luz y el agua!- Grito Algún profesor desde el Otro lado del muro.

Álvaro miro a  la gente que estaba en los cuartos: Estaban bebiendo y usando el móvil.

-¡No creo que lo del agua sea ningún problema, aquí casi no se bebe agua y no necesitamos electricidad, tenemos móviles!-Replico Álvaro.

-Malditos críos cuando salgáis de ahí os voy a matar, os voy a pegar tal paliza que rezareis para que os mate!- Grito Ricardo desde el otro lado.

Los alumnos entendieron que las negociaciones habían acabado y cada uno volvió a su grupo. Poco después los profesores cortaron la luz pero no se atrevieron a quitar el agua por los efectos que podría tener en la salud de los alumnos. Cuando Álvaro llego a su grupo Marta y Kevin habían caído dormidos a causa del alcohol, muchos de ellos estaban a punto de acabar como ellos.

-¿Te cuento un chiste?- Pregunto N a Álvaro en cuanto se sentó.

Álvaro asintió.

-Un día estaba Jaimito en clase y su profesora le dijo "Jaimito dime las formas verbales del verbo andar"  "yo ando tu andas, el anda..." "más rápido" le grito su profesora "yo corro, tu corres, el corre"

Álvaro sonrió vio como todos los que estaban cerca emitían sonoras carcajadas, era evidente que habían bebido. El resto de la tarde la paso ablando con la gente que aún se mantenía en pies, hasta que llego la noche, como no había colchones cada uno cogió una almohada y se tumbo donde quiso, Álvaro se tumbo en el mismo lugar donde llevaban toda la tarde hablando. No hubo que apagar ninguna luz pues no tenían electricidad.

-Álvaro- Le susurro Kevin.

-¿Que quieres?- Pregunto Álvaro.

- Tengo un problema... el alcohol me ha metido en muchos líos y quiero dejarlo ¿podrías ayudarme?- Pregunto Kevin.

- Claro pero ¿Cómo puedo ayudarte?

-Toma mi petaca y por favor cuando veas que voy a beber no me dejes, haz lo que sea pero no me dejes- Respondió Kevin mientras entregaba la petaca a Álvaro.

Álvaro guardo la petaca en su mochila y cerró los ojos. Mañana seria otro día, mañana marcharían a acampar. Estaba muerto de ganas de ver a Ricardo trabajando en su campamento mientras ellos disfrutaban de su excursión.

Homo Homini LupusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora