Capítulo 14

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-TRES AÑOS MÁS TARDE: NARRA JENNI-

Estaba en la habitación de la casa donde me quede todo este tiempo. Leía un libro sobre el capitalismo cuando escuche a alguien llamar detrás de la puerta.

Jenni: Adelante – dije

Oscar: Señorita – llamo – el auto ya llego para llevarla hasta el aeropuerto – notifico

Jenni: Gracias – dije

Me levante luego de marcar donde me quede en mi lectura. Tome mi cartera camine hasta la entrada. El chofer abrió la puerta y entre dentro del auto. El chofer no tardo en subir y puso en marcha el auto. Por el camino miré los edificios pasar, la gente caminar mientras poco a poco nos íbamos alejándonos de la ciudad. Al llegar al aeropuerto, el chofer bajó mis maletas y nos dirigimos hasta donde debíamos dirigirnos.

Chofer: Fue un placer tenerla en Estados Unidos – dijo – que tengas buen viaje – deseo

Jenni: Gracias – dije quitándome las gafas de sol – fue un placer compartir contigo y los demás – dije – ya tengo que irme – comenté con una sonrisa en mis labios

Camine hasta donde debía abordar el avión. Allí me senté y mire por la ventana del lugar que me correspondía. No tardó mucho tiempo el piloto avisar que iniciaremos el vuelo. Las horas fueron largas para ir de regreso a Corea del Sur. Al llegar, baje del avión y me dirigí a tomar mis maletas. Caminando hasta la entrada me encontré de frente al chofer Choi.

Chofer: Bienvenida, señorita – dijo

Jenni: Tanto tiempo sin verte – dije – sabes – invite a que adivinara – tengo hambre – comenté lo que causo la risa del chofer

Chofer: Que deseas comer señorita – preguntó

Jenni: Mmm – dije pensando – costillas de cerdo – dije

El chofer se sonrió y tomo por mí las maletas. Caminamos hasta la entrada y allí frente a nosotros estaba el mercedes negro que usaba mi padre. Me detuve a mirarlo y recordar aquellos días. El remordimiento me arropo en esos instantes.

Jenni: Si hubiera sido mejor hija no te hubiera pasado esto – pensé

Chofer: Señorita – llamo interrumpiendo mi pensamiento

Entre dentro del auto y el chofer hizo lo mismo luego que cerró la puerta. Puso en marcha el auto y nos regresamos a la casa principal. Al llegar, los primeros en recibirme fue la servidumbre. La nana se acerco a mí y me dio un gran abrazo.

Nana: Mi niña – dijo – que hermosa te has puesto – comentó – ahora pareces una verdadera ejecutiva – añadió

Me sonreí para agradecerle el cumplido y entré luego que el mayordomo me saludó. Pase por el pasillo de la entrada de la casa y en el despacho vi a Sunake. Esta al verme se levantó de la silla que era de mi padre y se me quedó mirando asombrada.

Sunake: Llegaste antes de la fecha – comentó mientras guardaba algo detrás de ella

Jenni: Luego decidiré cuál es tu destino – comenté en respuesta

Me giré y camine hasta la cocina, donde las sirvientas me esperaban con una deliciosa comida. Me senté y agradecí por el acogedor recibimiento que recibí. Comí de todo un poco lo que había en la mesa. Una vez satisfecha me levanté y le dije al mayordomo que estaré descansando. Subí a lo que sería mi habitación, lo que antiguamente era la habitación de mi padre. Entre y mire a mí alrededor. No había nada de lo que un día fue de mi padre.

Jenni: Papá – llame – en verdad lo siento mucho – susurré para dejar caer unas lagrimas

Camine por la habitación para mirar que había en toda esta gigantesca habitación. Entre al baño y allí estaba mis cosas personales para mi aseo. Luego salí y camine hasta el closet. Allí estaban todas mis ropas, algunas eran ropas nuevas pero no preste atención a intentar adivinar cuales eran. Mire los zapatos, las prendas, las carteras, los perfumes. Todo era tan lujoso y parecía un sueño del cual quería despertar. El sueño y el cansancio me empezaron a vencer cuando decidí irme a descansar un poco. Me acosté en la cama y allí poco a poco me quedé dormida hasta un poco más de las cinco de la tarde. Me levante y fui al baño a enjuagar mi boca. Luego salí y vi a una de las sirvientas.

Conociendo el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora