8. Lucy Heartfilia

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-Si, Juvia- Mirajane se sentó en su cama- ¿A qué se refería con eso?

-Es una larga historia. Juvia les va a explicar, pero quieren un poco de agua antes?

Ambas asentimos. Juvia sonrió levemente antes de acercarse a la cocina. Agarró unos vasos, para luego quitarse el guante. Unas gotas de agua comenzaron a caer de su mano. Los vasos comenzaron a llenarse hasta estar completos. Nos entregó un vaso a cada una y se sentó a mi lado. Miré el vaso con una ceja arqueada. Prefiero pasar sed.

-Fue incluso antes de que Ju- Se aclaró la garganta- De que yo me uniera a Element 4. No tenía a donde ir, me sentía desamparada. Me crucé con este gremio de casualidad. Aquí fue donde comencé a entrenar. Luego de un tiempo decidí abandonarlo porque me faltaban experiencias fuera del gremio. Supongo que es bueno volver.

Mordió su labio y corrió unos mechones de cabello de su cara. Su tono de voz había cambiado, dejó de hablar en tercera persona y sonaba más segura de si misma. Mirajane la miró por un largo rato, pensando que podía decir. Yo solo estiré mis brazos para envolverla en un fuerte abrazo. Ella hizo lo mismo y pasó un brazo por mi cuello y con el otro atrajo a Mirajane hacia nosotras. Nos mantuvimos en silencio por un rato hasta que Juvia se limpió la cara y se levantó.

-Debemos terminar de arreglar todo, mañana comenzamos el entrenamiento.

Asentí antes de pararme. Entré al baño y me cambié a mis pijamas. Ya había terminado de ordenar todo, solo Mirajane tenía cosas que guardar. Para cuando salí ya estaba todo ordenado. Nuestra habitación constaba de dos literas. Salté a la de arriba más cercana a la ventana. Juvia se puso debajo de la mía, Mirajane cerca de la puerta. Posé mi mirada en la luna que estaba cubierta por algunas nubes pero aún visible. Sentí como los ojos me empezaban a pesar y los cerré para caer dormida.


***


-¡Arriba!

Froté mis ojos con mis manos. Era temprano por la mañana y el sol no había salido. Juvia se encontraba parada en la puerta con dos ollas de metal, golpeándolas repetidas veces. El sonido molesto retumbaba en mis orejas. Empujé las sábanas y saqué mis llaves de mis espíritus celestiales. La aferré con fuerza en mi mano mientras bajaba las escaleras hasta volver a pisar el piso. Levanté la llave de Loke y la acerqué a los ojos de Juvia.

-Mira- Dije prácticamente largando humo- Este es mi espíritu más fuerte. Me dejas dormir o lo voy a llamar.

Ella abrió los ojos como platos y dejó las ollas con una mueca. Suspiré aliviada y volví a tumbarme a dormir. Al cerrar los ojos, me tapé con mis sábanas hasta la cabeza. No entendía como tenía tanta energía a esa hora, ni menos la fuerza como para levantarse y vestirse. Estaba conciliando unos minutos de sueño cuando Mirajane entró al cuarto riendo.

-¡Despierta, es hora de levantarse!- Gritó y comenzó a golpear las ollas que Juvia había dejado en el piso.


Cambios InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora