21. Mirajane Strauss

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Suspiré y me recosté contra mi cama. Recién habíamos terminado el almuerzo. Resulta que Rin y Mukuro eran muy buenos cocineros, y cocinaron la comida para todos. Ryu estaba sentado a mi lado, con sus oídos bloqueados por unos auriculares. Murmuraba algunas palabras que no logré entender hasta acercarme- estaba cantando. Cerré los ojos y lo escuché por un rato antes de abrazarlo.

-¡Tienes muy buena voz!

Un tono rosado cubrió sus mejillas y, clavando su vista en el piso, se sacó los auriculares.

-¿E-estaba cantando...?- Apenas logró murmurar.

-Sí, pero no te avergüences que eres muy bueno cantando. Tu voz es tan...

-¿Dulce?- Rin se tiró a nuestro lado- Se lo digo todo el tiempo. A Mukuro también le gusta, pero no lo comenta.

-Canta algo, Ryu. Queremos escucharte.

Juvia se sentó en el piso. La cara de Ryu se tornó aún más roja de lo que ya estaba y nos dio la espalda. Respiró varias veces para calmarse y empezó a cantar. Lucy se acercó en cuanto escuchó su voz, alta y clara. Era tal como la había descrito Rin. Hicimos un completo silencio. Luego de unos minutos con solamente su voz para llenar el vacío, dejó de cantar y se cubrió el rostro con las manos.

-No puedo creer que acabo de cantar en voz alta- Tartamudeó.

Todos aplaudimos y nos tiramos encima de Ryu, dándole abrazos o palmadas en la espalda.

-Estuviste asombroso...

-¡Deberías cantar más seguido!- Juvia le sonrió. Él le devolvió la sonrisa y giró su rostro hacia Mukuro, quien se había mantenido callada.

-Tsk...- No lo miró a los ojos- Estuviste... bien.

Sonrió un poco más y corrió unos mechones de cabello de su cara.

-Gracias...

Nuestras conversaciones fueron interrumpidas por un fuerte golpe en la puerta. Rin frunció el ceño, acercándose a esta. La abrió para que un chico de cabellos llamativos entrara al cuarto. Apuntó su dedo al pequeño grupo que habíamos formado y le entregó un papel a Rin antes de salir. El suspiró, llevando una mano a su cadera y la otra a su cara para masajearse la cien.

-Eso significa "Ustedes, trabajo". Por cierto, ese es Nagito. Parece que al no encontrarme lo mandaron a él a entregarnos nuestro próximo trabajo.

Fruncí el ceño. No habían pasado muchos días desde la última misión o trabajo. ¿Era seguro aceptar otro tan pronto? Aun así, no teníamos otra opción más que aceptarlo. Nos acercamos a Rin, rodeándolo. Todos trataban de fijarse lo que decía el papel. Me paré en las puntas de mis pies, estirándome un poco más. Mis ojos se abrieron como platos en cuanto leí lo que teníamos que hacer.

-¿Tenemos que atacar un gremio...?




Nota:

¡¿ADIVINEN QUIEN VOLVIÓ Y CON GANAS DE ROMPER CORAZONES?!

►Ice


Cambios InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora