Capítulo II

726 77 14
                                    


Estábamos ya a mitad de la clase de matemáticas, tenía las piernas sobre el asiento vacío de la chica que iba frente a mi, pero que había faltado. Zayn roncaba levemente, esparcido de torso hacia arriba en la mesa que compartíamos. Su boca estaba abierta, ya apunto de llenar todo de saliva. La profesora seguía dando su clase con su voz de vaca cagando, mirando mal de vez en cuando a mi amigo dormir como si no le importarse una mierda los demás, y realmente, eso hacia. La profesora voz de vaca cagando andaba explicando unas ecuaciones por milésima vez, ya que todos en el curso eran imbéciles o los habían dejado caer al nacer. Ya mi celebro estaba apunto de explotar si seguía escuchando la misma mierda que tan a la perfección sabía. Cuando la vi mirar su reloj y cerrar el libro que traía en sus grasosos dedos. Tapé mis oídos fuertemente como si fuera algo común, contando hasta cinco y escuchando levemente la campana. Me había aprendido cada paso y gesto que hacían los profesores cuando ya era hora, para no ser sorprendido por la ruidosa y desgarradora campana. Sacudí a Zayn un poco, dándole a entender que ya era hora, pero era imposible, tenía el sueño pesado y era sordo. Le jalé de las greñas un poco y se levantó de un salto, mirando para todos lados viendo el salón ya vacío. Se pasó el antebrazo por su boca mientras se levantaba y agarraba las mochilas de ambos. Así fueron las siguientes dos clases, una más aburrida a la otra. La de historia había faltado, y era la única clase que podía llamar "interesante".

-Creo que si sigo durmiendo con la boca abierta despertaré atragantado- Escuché a Zayn decir, yo sólo carcajeé.

-Tu tranquilo, que cuando te vea como salmón violado en la tierra, te pegaré tan fuerte que te habré curado de todo- El sólo negó mientras reía junto a mi. Caminamos hacia la biblioteca y nos sentamos en una de las mesas más apartadas. Saqué la caja de cereal y la abrí. Zayn y yo empezamos a meter la mano dentro de esta y comer, lo único que se podían escuchar eran los crujidos de aquel cereal sabor chocolate.

-Cuidado que no te muerdas un dedo- Me burlé, como hacia cada vez cuando él o ambos comíamos chocolate. El sólo me enseñó el dedo del centro, para agarrar otro puñado y acurrucarse para dormir, usando mi mochila casi vacía como almohada. Yo sólo suspiré. Me gustaba que Zayn fuera tranquilo, pero mi maldita imperatividad me hacia aburrirme rápidamente, así que me levanté a caminar por la biblioteca, la cual era bastante grande. Miré los libros que ya había visto mil veces, sabía el orden de ellos mejor que nadie, sabía lo que había y lo que no. Parecía la maldita bibliotecaria, sólo me faltaba ser alto y más amargado de lo que ya era, y menos nervioso. Luego sentí un constante toqueteo con un dedo en uno de mis hombros, así como el que le haces a tus profesores cuando estas en primaria. Mis hombros se tensaron y mi cuello se inclinó de ese lado, casi clavando mi mejilla en mi clavícula. Me moví bruscamente, casi a la defensiva, listo para insultar a quien fuese que era.

-Hola- Dijo aquella cosa alta de patas largas y hombros anchos. Tenía el cabello largo y una sonrisa de marica en el rostro.

-¿Quien mierdas eres y porque carajos me tocas pedazo de...- Pero interrumpió mi intento fallido de un casi grito, ya que estábamos en la biblioteca.

-Tenía una duda de química y la bibliotecaria me dijo que viniera donde ti- Dijo tan simple, que me daban ganas de treparme en algo, llegar a su alto cuello y extrangularlo. Mi cuello estaba tenso, mientras poco a poco lo despegaba de mi hombro. Tenía ansiedad por moverlo, por escucharlo tronar, pero no quería verme como una maldita paloma picando pan ante el enemigo.

-¿Y quien te dice que pienso ayudarte?-

-La bibliotecaria- Dijo inocente y aún sonriendo la maldita enredadera de pelos frente a mi. Me estresaba, podía sentir ya mis manos temblar y cerrarse en puños.

-La bibliotecaria me chupa los cojones, aléjate de mi- Le dije, y me fui lo más rápido posible de aquel pasillo de enciclopedias, de vuelta a la mesa donde Zayn dormía con comida en la boca. Le di un zape en la cabeza, haciendo que se ahogara con el cereal, así que despertó. Le di algunos leves golpes con la mano abierta en la espalda hasta que este dejó de toser.

-¿¡Me quieres maaagghh..- Tosió aún atragantado. -¿¡Matar?!- Dijo con una voz desgarradora, aún faltándole algo de aire.

-Vamos, un raro de mierda me esta colmando la paciencia- Le dije, mientras a la distancia veía las marañas de pelo de aquel idiota buscándome.

-No sabía que tuvieras admiradores- Dice burlón, viendo hacia la misma dirección que yo hacía. Guardé la caja aún media llena en mi mochila y la agarré junto a la de él, para arrastrarlo por el brazo, lejos de allí. Se que estaba actuando como un paranoico, pero no me gustaba que las personas vinieran donde mi, traspasarán mi espacio personal y me dijeran que hacer. Bueno, si me estaba comportando como un pendejo, pero no quería ayudar a nadie con sus mierdas ni mucho menos hablarle. Realmente... Agh, realmente yo no estaba acostumbrado a que las personas me hablarán.

-Que raro, no que yo sea alguien en esta escuela o esté pendiente a quien está cursando aquí o no, pero nunca lo había visto- Escuché a Zayn decirme a mi lado, cuando lo había dejado de arrastrar por el brazo y devuelto su mochila. Yo cargaba la mía, ya que lo que quedaba adentro era la caja de cereal y algunas tonterías livianas.

-Yo menos, pero tampoco me importa-

Tourette {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora